Apple es demandada por no impedir que se chatee al volante

Hace unas semanas un residente californiano emprendió acciones legales contra Apple. Sufrió un accidente durante el cual el responsable se encontraba chateando a través de un iPhone. Lo que comenzó como una denuncia particular, se ha convertido en una demanda colectiva que ha sido presentada en la Corte suprema del Estado de California. La acusación defiende que Apple tiene tecnología para bloquear el uso de chats desde 2008, pero que no quiere aplicarla para no verse en situación de desventaja frente a competidores.

Lo cierto es que el papel de Apple en la sociedad no es el de mero agente tecnológico y comercial; sus productos han supuesto un cambio de paradigma en el primer mundo (en el tercero también, pero como afectado). El hecho de que se haya lanzado a fabricar un coche, pone de manifiesto su papel ejemplarizante en la seguridad de sus consumidores, que por un lado no deben poner en peligro su vida o la de los demás, pero tampoco tener por qué acceder a tecnologías potencialmente peligrosas. El debate está servido.

La demanda estipula que resulta muy sencillo saltarse la prohibición de manejar el móvil mientras se conduce, más aún en estos tiempos en los que la dependencia a los dispositivos y su posterior ausencia están llegando a crear síndrome de abstinencia entre los más jóvenes. Es decir, si no eres capaz de apartar las manos de tu móvil mientras conduces, Apple te deberá obligar. El demandante pide además que dejen de vender iPhone en California hasta que no se incluya este bloqueo.

No es la primera vez que Apple es demandada por un caso similar: a finales de 2016 recibió otra denuncia al ser culpada de un accidente mortal, que supuestamente podría haberse evitado si hubiera un modo de impedir que los consumidores usaran FaceTime al volante. Snapchat y Pokémon Go también han provocado daños devastadores.

El sistema que patentó Apple en 2008 para bloquear los canales de conversación no se lanzó hasta 2014. Dicha tecnología actúa como detector de movimiento que analiza la velocidad a la que se está desplazando el dispositivo dentro del vehículo. Asimismo el mecanismo tendría la capacidad de detectar la posición de la persona que maneja el teléfono móvil, para determinar si se encuentra en una región segura.

CarPlay o Android Auto son sistemas de integración del smartphone con el coche, de forma que podamos utilizarlos con ciertas restricciones y evitando perder la atención en la conducción a través de la interfaz del vehículo. Tecnologías que ofrecen precisión táctil, control de voz integrado y música en streaming sin pasar por la pantalla del smartphone.

En Reino Unido quieren hacer del "modo coche" una obligación, sin impedir que se realice una llamada de emergencia o mostrar una ruta GPS. No obstante, el hecho de instalar sistemas de bloqueo durante la conducción de manera obligatoria puede provocar la negativa de las compañías de tecnología al verse perjudicadas. Siguiendo la misma línea, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) lanzó hace unos meses una solicitud formal a los operadores de telefonía móvil y a los desarrolladores de aplicaciones para que en sus terminales venga instalado de fábrica un modo coche.

El uso del teléfono mientras conducimos alarga los tiempos de reacción, reduciendo también el campo de visión. Según la DGT "hablar por el móvil aumenta entre 4 y 9 veces el riesgo de sufrir un accidente de tráfico, es decir, es similar a conducir con una alcoholemia de 1.0 g/l." Sin embargo, continuamos haciendo uso de estos dispositivos mientras conducimos. ¿Cómo se aceptarían en España estas medidas? ¿En quién recae la responsabilidad, en la empresa o en el consumidor?

Vía | Jalopnik

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