Por más que intento mirar con buenos ojos al nuevo Ford Focus ST hay algo que no me termina de encajar. Quiero que me guste, lo intento, pero no me llama tanto la atención como lo hizo la generación anterior. No es feo, dejémoslo en diferente. Habrá que acostumbrarse.
Supongo que será un efecto secundario de la globalización a la que está sometiendo Ford a sus modelos bajo la filosofía One Ford, ya que por primera vez en uno de sus compactos deportivos, el Ford Focus ST será un modelo global destinado a mercados tan diferentes como son el europeo, estadounidense y asiático.
Para hacer las cosas bien, las dos divisiones deportivas de Ford han unido fuerzas con el fin de adecuarlo a los gustos de unos consumidores tan dispares. Por lo tanto, el Team RS y la división american SVT han desarrollado el coche a media, aunque el Team RS ha sido quien ha llevado la voz cantante.
Más potencia y menos consumo para el Ford Focus ST
El propulsor del Ford Focus ST ya sabemos que es el 2.0 EcoBoost de cuatro cilindros con mejoras respecto a los otros motores de la misma cilindrada y tecnología. Construido completamente en aluminio, este motor cuenta con mejoras en el sistema de admisión y escape y un mapeado diferente de la ECU.
Desarrolla una potencia máxima de 250 CV combinada con un par máximo de 360 Nm. Gracias al uso de la inyección directa de alta presión, turboalimentación de baja inercia y distribución variable de válvulas se han conseguido reducir las emisiones en un 20% respecto al anterior T5 2.5.
En el show car del Ford Focus ST se asocia a una caja de cambios manual de seis velocidades con las relaciones optimizadas para una entrega de potencia más deportiva. Esta es la primera vez que se usa el motor 2.0 EcoBoost en un modelo de altas prestaciones. Y no será la última.
Es lógico pensar que el Ford Focus ST contará con un chasis mejorado respecto al Ford Focus de serie. Empezando por las suspensiones, que se rebajan en 10 mm (y me parece poco) y contarán con un tarado específico, hasta la relación variable del giro de la dirección, todo es de corte deportivo.
Otras mejoras serán los frenos, que no especifican que medidas tienen, o el sistema Torque Vectoring Control. Este sistema actua como un diferencial de deslizamiento limitado pero de forma electrónica (o eso he creido entender) eliminando partes más complejas del diferencial y supongo que reduciendo algo de peso.
Un interior más deportivo, al menos por ahora
Todavía es pronto para afirmar que el interior del Ford Focus ST será tal como nos lo enseñan en estas imágenes, pero si diría que muchas de las novedades se quedarán en este show car y no pasarán a producción. Es demasiado radical para ser “solo un ST”.
Los asientos Recaro estan tapizados en cuero negro combinados con zonas naranjas de neopreno y una parte central rugosa de tela. Tanto delante como detrás, los asientos son baquets. Esto, por ejemplo, será una de las cosas que no pasarán a producción, al menos en la fila trasera.
El volante podría ser algo más deportivo. No está del todo mal, pero no tiene el espiritu deportivo que se respira en el resto del interior del Ford Focus ST. Los relojes del panel de mandos están retroiluminados en blanco con las agujas rojas y al igual que en la generación saliente, cuenta con tres relojes en el salpicadero para la presión del turbo y la presión y temperatura del aceite.
El ambiente deportivo se remata en la consola central con un material que imita a la fibra de carbono y un generoso uso del cuero para los revestimientos de las puertas, el salpicadero, pomo del cambio de marchas y un largo etcétera, todo aderezado con costuras amarillas. Los pedales y el pomo son de aluminio.
De esto al modelo de producción habrá cambios, seguramente y por desgracia, serán cambios que dejarán al nuevo Ford Focus ST algo más sosillo que esto. Sigo mirando y sigue sin terminar de convencerme. ¿Habrá que esperar a una prueba para emitir el veredicto? Hasta 2012 todavía tenemos tiempo para pensarlo.
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