Cuando las temperaturas suben de forma drástica, es esencial circular con el aire acondicionado encendido. Además, con el buen tiempo también aumentan los desplazamientos en coche.
Vayamos a hacer viajes más o menos largos, el verano es un buen momento para poner el coche a punto. En este sentido, no solo hemos de verificar elementos como los líquidos, las luces, los frenos, las suspensiones o los neumáticos, entre otros.
Si apreciamos que el aire acondicionado no enfría correctamente el habitáculo es que puede tener algún problema o avería. Repasamos cuáles pueden ser las principales causas.
Posibles averías del aire acondicionado
El sistema de climatización del coche necesita un mantenimiento preventivo, aunque esto no quiere decir que sea necesario recargar el aire acondicionado cada verano, ni cada año.
En un coche nuevo o con pocos años, solo tendrá que hacerse cada dos años después de llevar a cabo una limpieza a fondo del sistema.
Pero si notamos que el aire acondicionado de nuestro coche no funciona como debería, esto puede ser debido a tres causas principales:
- El filtro del habitáculo está sucio: sería la avería menos grave y por tanto la más barata. La suciedad impide que el aire frío llegue al habitáculo y por tanto habría que limpiarlo. Si esto no es posible o ya es muy viejo, habrá que cambiarlo.
- Problema eléctrico: se debe a que es necesario cambiar algún relé, fusible o conexión.
- Fuga de gas en el sistema: el circuito de aire acondicionado es un circuito cerrado. Aunque pueden producirse pérdidas del gas refrigerante, estas serían mínimas. Así que si hemos de recargar el gas del aire acondicionado a menudo, eso nos indica que hay alguna fuga. La gravedad y el precio de esta avería, dependerá de dónde se encuentre dicha fuga.
Eso sí, en los coches más antiguos, las juntas del sistema pueden deteriorarse. En ese caso puede que sea necesario cargar de nuevo el gas, pero quizá compense más encontrar la causa de la fuga cuanto antes.
Cómo detectar que el aire acondicionado no funciona correctamente
Conducir con una temperatura demasiado elevada dentro del vehículo aumenta hasta en un 20% el riesgo de sufrir un accidente según datos de la DGT.
La temperatura idónea para todo el año estaría entre los 20 y los 23º C y para poder mantener dicha temperatura, es fundamental que la climatización o el aire acondicionado funcionen de forma adecuada.
Pese a que revisemos a fondo el coche periódicamente, hay algunas señales de alarma que podemos detectar con el uso habitual y que pueden estar indicando que algún elemento del aire acondicionado no funciona correctamente.
Las principales son el mal olor en el habitáculo al encender el aire y el caudal de aire reducido. Ambas podrían estar indicándonos que algo no va bien como por ejemplo, que el filtro o los conductos del sistema no están limpios y por tanto, debemos revisarlos.
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