Si hace unos días especulábamos sobre qué seria lo que Renault tenía preparado para el Salón de Frankfurt hoy ya sabemos que es algo más interesante que lo que nos habíamos pensado. El Renault Symbioz se ha desvelado al completo y descubre un mundo de innovación que va más allá de lo hasta ahora conocido en la marca francesa.
Pensando en cómo mejorar la movilidad del futuro, esta proposición de berlina del mañana explora el nexo entre coche y vivienda con 680 CV. Presentado conjuntamente con una vivienda, el Symbioz es más que un show car, es un proyecto con el horizonte en 2030 que empezará a rodar este mismo 2017.
Renault Symbioz, una promesa de movilidad 100% conectada
Este prototipo en forma de berlina luce una figura estilizada y musculosa con unas proporciones de 4,70 metros de largo por 1,98 de ancho y 1,35 de alto. La línea exterior es muy particular con líneas exteriores muy marcadas que pueden condicionar los futuros diseños de Renault y un habitáculo de estilo burbuja repleto de superficies acristaladas.
Por delante un gran rombo preside la carta de presentación del Symbioz en un morro afilado con ópticas reducidas a la mínima expresión que se prolongan en forma de C exagerada hasta el extremo inferior del paragolpes. Latereralmente destacan unos grandes pasos de rueda, un pilar C (o B más bien) enorme sobre la cintura y una zaga de estilo shooting break futurística con una aleta de tiburón de cristal que integra la tercera luz de freno.
En el interior de esta carrocería esculpida se esconderá una nueva generación de motorizaciones eléctricas de cero emisiones. Dos motores eléctricos de imanes permanentes impulsarán al Symbioz desde el eje trasero capaces de generar 500 kW (680 CV) de potencia y 660 Nm de par motor.
Por su parte las baterías (suponemos que de iones de litio) albergan una capacidad de 72 kWh. Con estas garantías Renault anuncia un sprint de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos y una autonomía superior a los 500 km reales en autopista, con un tiempo de recarga por inducción de sólo 20 minutos para obtener el 80% de carga.
El acceso al interior se realiza a través de cuatro puertas de apertura opuesta en la zona inferior y una superficie acristalada compartida en configuración alas de gaviota. Una vez dentro cuatro asientos independientes se orientan hacia el exterior para facilitar la entrada.
Además de mármol, porcelana, madera y lino para las distintas superficies, el interior del Symbioz recibe una pantalla OLED de 80 cm que hace las funciones de cuadro de mandos e interfaz para el sistema de infoentretenimiento y un volante de formas modernas que se esconde al conectar el sistema de conducción autónoma, los pedales se retraen y los asientos delanteros se pueden mirando hacia atrás.
Haciendo un guiño a los Renault Espace de los años 80 que inauguraron esta tendencia, la modularidad interior se complementa con una pequeña mesa retráctil y plegable con superficie de mármol que se coloca en el centro. Para manejar las funciones del coche en esta posición cada cinturón cuenta con una pequeña pantalla táctil.
Aparte de este Symbioz, Renault tiene preparado un coche de pruebas paralelo que no está expuesto en Frankfurt pero que comenzará en breve con su fase de test. Este coche dispondrá de tres modos de conducción: Classic para un estilo de conducción tradicional, Dynamic para una conducción animada (tacto de motor, dirección y chasis afinados y asientos más envolventes) y Autonomous Driving (AD) en la que el coche asume las tareas de conducción.
Tanto el prototipo como la unidad de pruebas que saldrá a rodar en breve equiparán conducción autónoma de nivel 4, despojando al conductor de todas las tareas de conducción y permitiendo que tanto él como sus ocupantes puedan dedicarse a otros menesteres.
Este nivel promete ser capaz de hacerse cargo de todo el control en las vías autorizadas para ellos, pudiendo incluso en las situaciones de emergencia, pudiendo buscar lugar seguro en el arcén incluso si ocurre un accidente por delante de nuestra trayectoria.
También se incluye el funcionamiento en modo autónomo a la hora de cruzar barreras de peaje en autopista, algo que ya demostró Renault con anterioridad en el mes de julio y utilizando un carril específico para vehículos autónomos y telepeaje, reduciendo la velocidad a 30 km/h y manteniendo la línea apropiada tanto de entrada como de salida.
Coche y casa unidos en simbiosis
Como ya adelantamos en el teaser, el nombre Symbioz procede del término "simbiosis" y hacía referencia a su conexión con el domicilio del propietario. El maridaje entre el vehículo y el hogar entendido por Renault se refleja en un habitáculo que es la prolongación de la casa y una casa condicionada por las necesidades de transporte.
La conexión total entre los dos mundos se expresa como un coche que es una habitación más de la casa que el fabricante a expuesto de forma paralela en Frankfurt. Un edificio proyectado por el estudio Marchi Achitectes tiene una superficie de 120 metros cuadrados.
Dentro del habitáculo se han utilizado materiales y formas inspiradas en la arquitectura y el interiorismo para poder dejar que el coche nos lleve a destino mientras trabajamos o disfrutamos del tiempo que dure el desplazamiento en un cómodo asiento. Al llegar a casa, un ascensor permite al coche llegar a una habitación independiente o incluso hasta la terraza del tejado, para que no sea sólo un coche sino también un lugar donde relajarse.
Además, al ser eléctrico, el Symbioz se une a la corriente de coches que son fuentes de energía inteligente con la que alimentar la electricidad del hogar. Esto se consigue mediante inteligencia artificial capaz de reconocer y prever las necesidades de consumo, tanto a nivel doméstico como de desplazamientos. Las programaciones de los trayectos o la configuración del sistema se pueden llevar a cabo desde el propio vehículo o desde el sistema de domótica de la casa.
La conectividad constante del Renault Symbioz y de la vivienda se refleja en algo más que el acceso a redes sociales, música, agenda o cualquier otra información o archivo almacenado en la nube, pudiendo abrir (o no) la puerta de casa si alguien llama al timbre, mostrándonos las imágenes de la cámara de la entrada en el coche.
Sólo nos falta por saber si con el coche te regalan la casa o es un extra.