Ya hemos podido conducir el nuevo Renault Mégane durante la presentación de la cuarta generación que ya está a la venta en el mercado español. No se trata de un modelo cualquiera para la marca francesa, es un coche llamado a continuar con el legado superventas de las tres generaciones anteriores, y eso se nota en el mimo que han puesto a la hora de desarrollarlo.
El Mégane inicialmente en fotos no me acababa de convencer, pero admito que en persona su línea gana muchos puntos. Tiene personalidad, carácter y aparte de eso, dinámicamente su comportamiento le sitúa como uno de los referentes de su segmento. Aquí tienes toda la información sobre este compacto que estoy casi seguro te aburrirás de ver por las calles en los próximos años.
El Renault Mégane lleva vendiéndose 20 años. Se dice pronto, pero lo cierto es que en ese tiempo, ha sido el referente en el mercado español durante muchos años. En España se han vendido 1,4 millones de unidades de las distintas versiones y generaciones del Renault Mégane.
Ha sido líder absoluto del mercado español en doce ocasiones, y en el año 2004 se vendieron ni más ni menos que 117.000 unidades del Mégane, más que todos los Renault juntos vendidos durante todo el año 2015.
Aunque en Renault saben que será casi imposible volver a alcanzar unas cifras tan destacadas, principalmente porque en nuestro país, al contrario de lo que ocurre en otros mercados, el segmento C está en decrecimiento (ha pasado de 500.000 a 250.000 unidades en los últimos años), el nuevo Mégane llega con diferentes argumentos para seguir siendo siendo un referente entre los compactos generalistas.
Un diseño vanguardista
Como decía antes, el nuevo Mégane no acababa de entrarme por los ojos en las fotos. Había visto las del dossier de prensa, las de la campaña publicitaria que empapela las ciudades de todo el país, y no acababa de engancharme, aunque admito que eso cambió cuando lo vi en persona.
El nuevo Renault Mégane tiene personalidad, despierta interés, tiene un aspecto sólido, robusto y vanguardista. Crece seis centímetros de largo frente a su antecesor, es algo más ancho y más bajo. Además los voladizos son más cortos, lo cual ayuda a que su aspecto sea más compacto a pesar del aumento de dimensiones.
La personalidad se la confieren principalmente las ópticas delanteras y traseras. Las anteriores tienen forma de C y gracias a la tecnología LED y a las formas en 3D de los componentes, le dotan de un aspecto curioso, especialmente de noche. También destaca en el frontal el prominente logotipo del rombo, que cada vez tiene más presencia en los coches de la marca francesa.
Lo mismo ocurre con las ópticas posteriores, que tienen una forma completamente novedosa, ya que se disponen a lo largo de toda la zaga, ocupando desde los extremos, donde las ópticas son más altas, hasta la zona central de la tapa del maletero donde las líneas se hacen más finas y estilizadas.
Por lo demás, el Renault Mégane, que no estará disponible en carrocería de tres puertas, podría considerarse como uno más de su segmento, ya que en la vista lateral no es sencillo diferenciarlo de sus rivales directos.
Un interior que transmite calidad
En el interior es donde posiblemente se nota más el importante salto generacional entre esta cuarta y la tercera generación del Renault Mégane. El habitáculo se ha construido empleando materiales de gran calidad, superior a la que esperaba para un coche de su segmento.
En las zonas altas se ha recurrido a materiales blandos al tacto, lo cual ayuda a mejorar la sensación de calidad percibida. Si a eso unimos que la consola central ha sido desarrollada en torno al conductor y que este dispone desde el puesto de mando de detalles como el Head Up Display retráctil en color, cuadro de instrumentos con pantalla TFT de 7 pulgadas en color, o dependiendo de las versiones de una tablet multimedia vertical de 8,7 pulgadas con R-LINK 2, os aseguro que la sensación a veces es la de estar al volante de un coche de un segmento superior.
La calidad de los acabados es buena, superior a la que recordaba de los anteriores Mégane, y los mandos de climatización y manejo del resto de sistemas del coche, si bien precisan un poco de adaptación para conocer sus formas y disposición, una vez que te has hecho con ellos tienen buen funcionamiento.
Además las versiones más altas de gama pueden equipar el R-Link 2, un sistema que a través de una pantalla vertical de 8,7 pulgadas (22 cm), idéntica a la de los Espace y Talisman, permite controlar los distintos sistemas del vehículo y viste mucho el salpicadero.
Uno de esos sistemas es el MultiSense, a través del cual puedes configurar a tu antojo los muchos parámetros del vehículo. Una respuesta del pedal del acelerador más directa, que la caja de cambios EDC sea más rápida, que la dirección se endurezca o que el habitáculo pase de azul a morado, son solo algunas de las cosas que permite hacer MultiSense para moldear el coche al gusto de cada conductor.
También MultiSense permite seleccionar el ruido del motor que se percibe en el interior entre tres niveles de modulación: Neutro, Confort y Sport. Venga, ahora todos a criticar abiertamente este sistema.
Tecnología hay para aburrir
Otro de los aspectos que hay que destacar en el nuevo Renault Mégane, es el enorme catálogo tecnológico del que dispone. ADAS, que es como la marca francesa llama a las ayudas a la conducción, hay unas cuantas, pero entre todas ellas creo que destaca el Head Up Display por ser uno de los pocos en su segmento con grafías en color.
Además dispone por ejemplo del regulador de velocidad adaptativo (ACC), frenada de emergencia asistida (AEBS), alerta por cambio involuntario de carril (LDW), alerta de distancia de seguridad (SDW), alerta de exceso de velocidad con reconocimiento de señales de tráfico (TSR/OSP), o detector de ángulo muerto (BSW).
También tiene cámara de visión trasera de marcha atrás, que es algo bastante habitual en los coches de hoy en día, pero no lo es tanto en el segmento C el sistema de cambio automático de las luces de carretera a luz de cruce (AHL) que también puede equipar el nuevo Renault Mégane.
Por último, la ayuda al aparcamiento delantera, lateral y trasera Easy Park Assist es muy completa y se encarga de aparcar el coche automáticamente de hasta tres maneras: en línea y en batería, tanto a 45º como a 90º.
Gama de motores
La gama de motores con la que inicialmente se comercializa la gama Mégane, está compuesta por tres motores de gasolina y otros cuatro diésel.
En gasolina la gama empieza con el motor TCe de 100 caballos que se combina con la caja de cambios manual de seis velocidades. Este motor que homologa 5,4 l/100 km, entrega 175 Nm de par a solo 1.500 RPM.
Le sigue en la escala de potencia el 1.2 TCe de 130 caballos y 205 Nm de par que se entrega a partir de 2.000 RPM. Este pequeño motor, gracias a la tecnología turbo, entrega una potencia que hasta no hace mucho solo se obtenía en motores de mayor cilindrada. Combinado con la caja de cambios de seis velocidades, este motor homologa curiosamente un consumo inferior al TCe de 100 caballos, ya que declaran 5,3 l/100 km.
Este motor TCe de 130 caballos también se puede combinar con la caja de cambios de doble embrague EDC de siete velocidades, aunque desconocemos el consumo medio que tendrá porque todavía está en fase de homologación.
El motor más alto de gasolina hasta que en 2017 lleguen las versiones RS, será el TCe de 205 caballos con caja de cambios automática de doble embrague EDC de siete velocidades. Este motor 1.6 turbo, que solo está disponible en combinación con el acabado GT y cuenta con el sello de Renault Sport, entrega 205 caballos y 280 Nm desde 2.400 RPM, ofrece unas prestaciones dignas de un buen deportivo en combinación con unos consumos bastante ajustados de 6 l/100 km. Esta ha sido la versión que hemos probado y luego os contaré cómo va.
Cuatro motores diésel
En diésel la gama se compone de cuatro motores en el que el más pequeño es un dCi de 90 caballos con caja manual de 6 velocidades. Este motor además entrega 220 Nm de par desde 1750 RPM y es un auténtico mechero al homologar un consumo de solo 3,6 l/100 km.
En acabado normal y GT Line, el motor energy dCi de 110 caballos entrega 260 Nm de par desde 1.750 RPM y se combina con la caja de cambios manual de 6 velocidades. El mismo motor se puede combinar además con la caja de cambios EDC de doble embrague, con la que el par motor baja 10 Nm.
También con ambos niveles de acabado, el siguiente motor en la escala de potencia es el dCi de 130 caballos, el cual se combina con la caja manual de seis velocidades. Este motor 1.6 destaca por el elevado par motor que entrega, 320 Nm desde solo 1.750 RPM.
Por último, la gama diésel se completa con el motor 1.6 twin turbo de 165 caballos, el cual está disponible solamente en combinación con el acabado GT y con la caja de cambios automática de doble embrague EDC de seis velocidades. Este motor entrega 380 Nm.
La oferta de motores, bastante amplia desde su lanzamiento, se completará más adelante con la llegada en 2017 de una versión híbrida que combinará el motor diésel Energy dCi de 110 caballos con otro eléctrico para homologar un consumo de 2,8 l/100 km. Además más adelante llegarán las versiones RS de altas prestaciones.
Al volante del GT de 205 caballos. Bendito 4Control
Durante la presentación nacional del nuevo modelo, he tenido la suerte de probar la versión tope de gama, el Mégane GT con el motor TCe de 205 caballos y el sistema de eje trasero direccional 4Control.
Digo la suerte porque, aunque soy consciente de que esta es la versión más alta de gama y la que menos ventas tendrá en nuestro país, es sencillamente excelente. Lo primero que destaco es la calidad percibida del interior, donde un volante en piel, unos asientos tapizados en alcántara con un mullido lateral excelente y los múltiples detalles de Renault Sport dispuestos por el habitáculo te harán pensar que estás al volante de un coche de una clase superior a la del superventas francés.
Durante los primeros kilómetros de la ruta, hicimos diferentes tramos de autovía, empezando con tráfico intenso y después más despejado. Ahí me di cuenta de que el nivel de aislamiento acústico es otro de los puntos a favor de este coche. Apenas se escucha el motor en el interior, y el confort de marcha de las suspensiones es de lo mejor de su segmento. Para ello se ha recurrido a cristales más anchos y nuevos sistemas de aislamiento del habitáculo respecto al motor.
También me gustó el diseño del cuadro de mandos, completamente digital y con unas grafías de muy fácil lectura. Además este cambia dependiendo de cual de los cuatro modos (Neutro, Sport, Confort, Personalizado) elijas a través del botón R.S. Drive que en el GT sustituye al botón Eco y da acceso inmediato al modo Sport.
Después de unos cuantos kilómetros de autovía hacia la Alcarria, por fin nos salimos de la monotonía para adentrarnos en carreteras de curvas un poco más divertidas. Fue ahí donde el nuevo Mégane me acabó de convencer, y eso que simplemente iba sentado en el asiento del copiloto.
El nuevo modelo, es el primero de su segmento en contar con el sistema 4Control, o lo que es lo mismo, el eje trasero direccional. Este sistema que ya montan otros modelos de la marca como el Renault Laguna y que también está dando muchas alegrías en los Porsche 911, supone un valor importante para mejorar el comportamiento del coche.
El 4Control, que por ahora está disponible únicamente en la versión GT y ha sido puesto a punto por Renault Sport, hace que por debajo de 80 km/h en modo Sport y 60 km/h en los demás modos, las ruedas traseras giren en sentido inverso a las ruedas delanteras.
Cuando esto ocurre, el coche parece tener una distancia entre ejes inferior a la que realmente tiene, es más ágil y su conducción se vuelve más deportiva. Este mismo girlo lo hace también en ciudad, por lo que es más fácil aparcarlo. En cambio, cuando se supera esa velocidad, las ruedas traseras giran en el mismo sentido que las delanteras, aportándole estabilidad y simulando que estamos al volante de un coche de batalla más larga.
Entonces entendí un poco mejor por qué me había gustado tanto el aplomo del coche en los kilómetros anteriores de carretera y por qué ahora estaba trazando las curvas con tanta sutileza.
Pocos minutos después abandoné el asiento del copiloto y me puse al volante por una carretera de curvas con constantes subidas y bajadas, cambios de rasante en apoyo y demás maravillas que me recordaron ligeramente al mítico Nordschleife. Activé el modo Sport y empecé a ritmo alto.
Una vez que te has adaptado al tacto específico del 4Control, el coche transmite mucha confianza a la hora de trazar las curvas en apoyo. Aunque al principio la trasera parece nerviosa (tal vez por el movimiento de las ruedas posteriores), lo cierto es que una vez que le has cogido el punto te permite llevar ritmos realmente altos. A nivel de chasis, creo que está en el Top 3 de su segmento junto con el SEAT León y el Peugeot 308.
Por lo demás, el motor es bastante agradable porque tiene par desde bastante abajo (280 Nm a 2.400 RPM) y parece llevarse bien con la caja de cambios de doble embrague y 7 velocidades. Ésta se acciona mediante dos levas fijas de grandes dimensiones situadas detrás del volante, que tienen buen tacto. No es la caja de doble embrague más rápida del mundo y en alguna ocasión me pareció que se comportaba de forma algo caprichosa, especialmente en reducciones fuertes.
Los kilómetros iban pasando e hicimos casi 18 a un ritmo realmente rápido. Lo delataban los frenos específicos de esta versión que, si bien tienen 30 milímetros más de diámetro que en el resto de versiones, al llegar al punto final de la ruta olían de maravilla.
La verdad es que el comportamiento del Mégane GT es impecable. Cierto es que esta versión lleva algunos elementos específicos, como los muelles, amortiguadores, barras estabilizadoras y dirección, pero me atrevo a decir que no tiene nada que envidiar a compactos deportivos con nombre propio como el Volkswagen Golf GTI.
Además cuenta con un sistema de salida lanzada o launch control que permite que cualquiera sea capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 7,1 segundos. Si esta es la base que se va a utilizar para el próximo Renault Mégane RS, y sobre todo si este va a incorporar el 4Control, habrá que estar muy atento a los tiempos que es capaz de conseguir en el Nordschleife.
Precios Renault Mégane 2016 en acabados normales
Acabado LIFE | Acabado INTENS | Acabado ZEN | Acabado BOSE | |
---|---|---|---|---|
TCe 100 | 16.600 euros | 17.600 euros | ||
TCe 130 | 18.200 euros | 19.700 euros | ||
dCi 90 | 18.100 euros | 19.100 euros | ||
dCi 110 | 20.400 euros | 21.900 euros | 23.500 euros | |
dCi 130 | 23.200 euros | 24.800 euros |
Precios Renault Mégane 2016 versiones deportivas
Acabado GT LINE | Versión GT | |
---|---|---|
TCe 130 | 21.200 euros | |
TCe 205 EDC | 26.900 euros | |
dCi 110 | 23.400 euros | |
dCi 130 | 24.700 euros |
No tuve ocasión de probar otra versión del nuevo Renault Mégane durante la presentación nacional, pero hay una cosa de la que no tengo dudas. La base de este coche es muy buena, y eso es básico para conseguir un comportamiento como esperas en uno de los nuevos referentes del segmento C.
Además tecnológicamente el coche ofrece avances importantes y se aprecia en todos los sentidos el avance que supone esta generación respecto a la precedente. Así pues, el nuevo Renault Mégane 2016 llega con argumentos suficientes para poner en aprietos a sus rivales más directos y seguir siendo uno de los compactos más vendidos en España.
Autor | Héctor Ares