Han pasado 19 años desde que viera la luz la primera generación del Toyota Prius. Como sabemos, el Toyota Prius 4G supone un cambio de rumbo en la política de producto de la marca en Europa, pero no sólo se trata de eso. La renovación del Prius es todo un giro en la misma concepción del producto. Algo que resulta obvio cuando observamos la línea de diseño de la emblemática berlina, pero que se refleja también en diversos aspectos técnicos y de diseño interior, y que marcará el futuro de la línea de trabajo de Toyota. Para probar el nuevo Prius con motivo de su presentación ante los medios, hemos viajado hasta Valencia y hemos rodado con el híbrido por sus calles, carreteras y autopistas.
'Waku-doki', o lo amas o lo odias
No es un secreto que la línea exterior del nuevo Toyota Prius resulta controvertida. Casi se podría buscar en ella un guiño a la impresión que causó la primera generación del Prius, allá por 1997, cuando llegó el primer Toyota Prius auspiciado por el lema Justo a tiempo para el siglo XXI, aquella berlina compacta de cuatro puertas que nació con un aspecto realmente llamativo. Su misión era dar un toque de atención, demostrar en un escenario bipolarizado entre el uso de la gasolina y del gasóleo, que con una motorización híbrida se podía conseguir una mayor eficiencia.
Hoy, cuando el mercado de la automoción ha evolucionado de manera que los catálogos de los fabricantes integran, cada vez más, versiones híbridas, parece lógico que a ese abanderado de la hibridación le sea obligatorio destacar de alguna manera su carácter. Las líneas de estilo utilizadas buscan eso, precisamente.
Explica Kaouji Toyoshima, ingeniero jefe del proyecto Prius, que con la nueva generación de la berlina querían "conseguir una metamorfosis, una hermosa transformación". Habla de sensaciones y de emociones con la expresión japonesa waku-doki, mientras en Europa los responsables de la marca reconocen que este diseño es "polarizante". O lo amas o lo odias.
Dimensiones comparadas con la anterior generación | |||
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Longitud | Batalla | Anchura | Altura |
4.540 mm | 2.700 mm | 1.760 mm | 1.470 mm |
+60 mm | - | +15 mm | -20 mm |
Visto el coche al natural, hay que decir que la parte delantera del Toyota Prius mejora respecto a lo que observamos en las imágenes. Se trata de un diseño funcional en el que, por ejemplo, la parte inferior del paragolpes alberga una persiana eléctrica que de forma automática se abre cuando es necesario refrigerar el motor, permaneciendo cerrada durante las fases de calentamiento para aumentar la eficiencia. Con todo, hay concesiones al diseño, como las formas empleadas en los faros o en las grandes bocas apuntadas de las luces antiniebla.
En el lateral el Prius mantiene la imagen clásica del modelo, si bien la nueva configuración del techo da pie a una silueta más baja. En este aspecto, gana puntos respecto a sus predecesores. La línea de techo, rebajada, contribuye a un mejor comportamiento en el túnel de viento, donde el Prius consigue un Cd de 0,24.
Y llegamos por fin a la zona más discutible del diseño exterior del nuevo Toyota Prius: la trasera. Las formas liftback de la berlina encuentran en las ópticas posteriores y en la configuración divida de la luneta trasera los principales elementos visuales por los que el diseño del Prius llama poderosamente la atención. Personalmente, con el Prius frente a mí no puedo evitar pensar en términos de tailfins, aunque la firma luminosa, el dibujo que trazan las luces de posición cuando se encienden, se prolongan de forma algo exagerada hacia la parte baja de la zaga.
De hecho, el torneado de la aleta que remata en las ópticas ofrece un juego visual que no sólo es evidente en el exterior, sino también cuando observamos por los retrovisores. Como si las líneas que marcan la estética exterior del nuevo Prius quisieran decirnos a gritos que algo está cambiando en la marca, y que ese algo ha venido para quedarse. En conjunto, el nuevo Toyota Prius es un digno hermano de gama para el Toyota Mirai, y en ocasiones lo recuerda.
Un interior que se queda justo
En el interior podemos encontrar un espacio monocromo, en gris oscuro, o bien bitono con los paneles superiores del salpicadero y partes de la consola en colores claros, y más susceptibles de resistir peor el paso del tiempo. El aspecto general es bueno, aunque el polvo se acumula con facilidad incluso en alguna de estas unidades, que son absolutamente nuevas y se limpian continuamente, y aunque se trate de plásticos duros al tacto logran dar el pego hasta que los tocamos y comprobamos que el mullido es inexistente.
Al sentarnos a los mandos del nuevo Prius encontramos notables diferencias con las generaciones previas. Si bien los mandos son, en esencia, los ya clásicos de la gama híbrida Toyota, la disposición de estos ha variado sensiblemente. Destaca, por ejemplo, el pomo del selector de marchas, que ahora emerge de la consola vertical, quedando desplazado lateralmente desde el centro de esta.
La pantalla que preside este grupo central presenta una inclinación suficiente, si bien la ubicación puede resultar algo baja para observar el navegador en marcha y en situaciones de tráfico complicadas. Asimismo, la disposición de algunos mandos adicionales es algo antiintuitiva, como en el caso del botón del park assist, que queda extrañamente alojado a la izquierda del volante, a la altura de la rodilla, prácticamente, junto a botones pensados para ser utilizados con el vehículo detenido, como la desconexión del control de estabilidad.
También los botones de modos quedan algo apartados de la posición del conductor, junto al selector de marchas, y los mandos de los asientos calefactados hay que ir a buscarlos a una zona muy inferior de los laterales de la consola central, una ubicación absurda se mire como se mire. La pantalla central superior concentra las informaciones más relevantes (velocímetro, indicador de marcha, ciclo de carga...) y presenta muy buena legibilidad en todo momento.
Los asientos delanteros son envolventes y muy, muy cómodos. Se nota el trabajo realizado aquí en cuanto a la ergonomía, con un resultado que es apto para todos los públicos. También en lo estético cumplen de manera magnífica. El espacio disponible para las piernas del acompañante es realmente inmenso, aun con el asiento colocado de manera que puedan sentarse adultos en las plazas traseras.
La altura del asiento del conductor ha sido rebajada en 59 mm, lo que nos proporciona una más amplia visión del entorno, y el ángulo del volante de la dirección ha disminuido de 24 a 20 grados, lo que redunda en un manejo más cómodo. La visibilidad es correcta en todos los sentidos, aunque la luneta dividida lógicamente condiciona un poco la visión del tráfico trasero. En maniobras, la cámara suple sobradamente esas carencias.
En las plazas traseras, sorprende que la caída del techo haya tenido que redundar en una altura libre a la altura de la cabeza realmente escasa. Si con 1,78 metros de altura rozo el techo y en las zonas laterales directamente golpeo, entiendo que una persona de 1,80 metros puede tener problemas para viajar cómodamente en la parte posterior, pese a que la separación a la altura de las rodillas sea confortable.
Espacio disponible en el maletero | |
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Con rueda de repuesto temporal | 457 litros |
Con rueda de repuesto convencional | 412 litros |
Con kit de reparación de pinchazos | 502 litros |
En conclusión, hablamos de un interior que es estéticamente agradable, con puntos a favor en ese sentido, pero que adolece de algunos problemas, tanto en lo referente a las cotas en las plazas traseras como de disposición de mandos. Son puntos que merecen un serio replanteamiento, en especial en un vehículo que, estrenando plataforma y lenguaje de diseño, seguramente marcará la senda de los futuros modelos de Toyota.
Al volante del nuevo Toyota Prius 4G
La primera sensación que da el Toyota Prius en cuanto accionamos el botón de arranque es que algo ha cambiado en la disposición de mandos. El pedal del freno de estacionamiento, algo grande, nos llama la atención enseguida, mientras que el pedal del freno de servicio está ahora más cerca del pedal del acelerador, según Toyota para hacer más cómodo el paso del uno al otro. Una vez que nos hemos hecho a este par de novedades, descubrimos enseguida que la respuesta del acelerador ha sido mejorada, y que ahora la entrega de los motores es más fiel al gesto que realizamos con el pie.
El nuevo Toyota Prius utiliza por primera vez la plataforma GA-C, diseñada siguiendo la filosofía de la nueva arquitectura de Toyota TNGA. La GA-C rebaja el centro de gravedad del vehículo, con las implicaciones dinámicas que eso conlleva. Siguiendo la filosofía TNGA se ha incrementado la rigidez de la carrocería en un 60 %, utilizando aceros de alta resistencia y materiales ligeros estampados en caliente.
La evolución de la eficiencia en el Toyota Prius | ||||
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Generación | 1997 | 2003 | 2009 | 2016 |
Consumo NEDC (l/100 km) | 5,1 | 4,3 | 3,9 | 3,0 |
Emisiones CO2 (g/km) | 120 | 104 | 89 | 70 |
También ha habido cambios, para bien, en la suspensión. Se han reducido las fricciones de la barra delantera y se ha cambiado la válvula del émbolo para conseguir fuerza de amortiguación a muy bajas velocidades de rebote, lo que permite obtener un comportamiento más fino a altas velocidades del amortiguador.
En la trasera se ha cambiado por completo la suspensión, que es de doble triángulo, consiguiendo una mejora en la amortiguación que la firma cifra en un 50 %. Los amortiguadores inclinados hacia adelante y los resortes helicoidales compactos son dos elementos que destaca Toyota para explicar que, efectivamente, ahora el Prius presente una suspensión algo más fina en condiciones normales.
En condiciones algo más exigentes, sin embargo, la berlina continúa adoleciendo de cierta tendencia al subviraje, un problema que se amplifica cuando el vehículo cabecea o se inclina lateralmente en apoyo. Este es un punto donde el primer modelo de esta plataforma tiene el reto de demostrar que puede conseguir una mejor estabilidad que su predecesor. Más, teniendo en cuenta que sus hechuras deberían facilitarle un mejor comportamiento. Sin duda, este es el punto más crítico del nuevo Prius.
El manejo del volante es cómodo y tremendamente ágil. Para esta cuarta generación, la dirección EPS ha sido recalibrada hasta conseguir una relación de 13,6:1 (antes era de 14,6:1), aunque a altas velocidades se le echa en falta una mayor resistencia y un tacto algo menos artificial. Más, teniendo en cuenta que con un poco de volante de más el coche se puede llegar a tambalear.
El Toyota Prius 4G, en pocas palabras
Toyota ha querido dar un sonoro paso al frente con ocasión del lanzamiento de la cuarta generación de su modelo más emblemático. Como si nos encontráramos de vuelta en 1997, la firma nipona ha sorprendido con un vehículo que, de nuevo, rompe con todo lo anterior y se reinventa a su estilo, consciente de que las novedades que propone, sobre todo en el apartado estético, pueden causar pasiones enfrentadas.
Enfriando un poco la mirada, y siendo tan racionales como se ha caracterizado habitualmente el cliente objetivo del Toyota Prius, observamos que la emoción que busca ahora la marca choca con algunos apartados que necesitan mejorar, tanto en la cuestión dinámica como en la ergonomía a nivel de manejo de mandos.
Siendo así las cosas, y teniendo en cuenta que el nuevo Prius parte con una política de precios muy diferenciada de lo que conocíamos hasta ahora, la berlina híbrida anticipa un buen camino para lo que vendrá de la marca japonesa, pero que todavía hay que acabar de recorrer.
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