Empezamos con nuestras impresiones del Suzuki SX4 S-Cross rectificando nuestro previo en el que tanteábamos un poco la orientación de este todocamino compacto. Es una cuestión tan efímera como el nombre, no se llama Suzuki SX4 "a secas", tiene apellido, su denominación completa es por tanto Suzuki SX4 S-Cross, aunque algunos lo llaman S-Cross, comiéndose el SX4, también es válido. El anterior SX4 se va a seguir fabricando por el momento y por tanto para diferenciarlos, el fabricante japonés ha querido poner un pequeño aditamento a su nombre para distinguirlos.
Hecha esta aclaración vamos con lo jugoso del modelo, la presentación y nuestra toma de contacto en las carreteras del norte de Madrid. A modo de resumen anticipado, el Suzuki SX4 S-Cross me ha convencido bastante en unos cuantos de los puntos que llevaba pendientes de comprobar cuando lo tuviese delante, cuando lo que has visto en las fotos lo puedes tocar, ver y sentir.
Una altura que engaña, el Suzuki SX4 S-Cross es más alto de lo que parece
Una de las cosas que se observa en el primer vistazo al coche es que la altura libre al suelo es mayor de lo que parecía en las fotografías de estudio y de prensa en las que la sensación era de tener poca más altura que un compacto. Son 165 mm, algo menos que los 200 mm del Qashqai, pero suficientes para las condiciones en las que se supone que va a desenvolverse este crossover compacto, es decir, pistas con firme irregular y salidas fuera del asfalto sin grandes complicaciones.
En la parte delantera las apariencias se ajustan bastante a la realidad, es muy sobrio, quizá demasiado, aunque no es que haya muchos coches que destaquen por su personalidad en este segmento. En la parte trasera su parecido con el Qashqai es indudable, cambiando la disposición de los colores de los pilotos, uno se las vería canutas para diferenciarlos.
Su línea lateral es bastante clásica y de no ser por la altura extra que tiene, pasaría por un compacto del montón. Los retrovisores están situados bastante abajo por culpa de unos soportes cortos, aunque no se ven mal, la sensación es un poco extraña. La unidad que probamos equipaba el techo panorámico eléctrico, opción muy vistosa que da una amplitud visual al habitáculo muy interesante.
Su longitud no es excesiva, mide 4.300 mm, es el segundo más corto de entre sus competidores, solo es por pocos milímetros más corto el Mitsubishi ASX. El rey de la categoría, el Nissan Qashqai se encuentra a 30 mm por encima del Suzuki SX4 S-Cross. Como veremos un poco más adelante, esta longitud relativamente contenida no ha lastrado el maletero.
Al contrario que el que podríamos considerar su predecesor (el SX4), el S-Cross no está diseñado en paralelo con un modelo de Fiat, que en el caso anterior vende el Sedici, gemelo del SX4 y desarrollo conjunto italojaponés. El nuevo Suzuki SX4 S-Cross se ha diseñado en el estudio que tiene la marca nipona en Turín y como muchas marcas de fuera de Europa, ha optado por diseñar por y para Europa.
Aún le falta a Suzuki una distancia importante en su filosofía para acercarse a unos surcoreanos que han apostado mucho por el mercado europeo, pero los pasos van en buena dirección.
En el interior, las apariencias engañan
De la lista de dudas que llevaba anotadas para comprobar en el Suzuki SX4 S-Cross, una de ellas incumbía al interior. En las fotos salía un interior bastante clásico, que personalmente me recordaba bastante al del Fiat Bravo o incluso el Sedici del que deriva su predecesor.
Sin embargo una vez dentro las diferencias se hacen bastante evidentes, la calidad de los materiales está muy bien para el precio al que se vende, pero hay bastantes plásticos duros de color negro. Este plástico está convenientemente texturizado para dar el pego y las superficies más accesibles no son de estos plásticos duros, si no que están acolchadas. El tacto del volante de cuero que llevaba nuestra unidad era muy satisfactorio, aunque personalmente le hubiera hecho alguna forma para facilitar el agarre.
En cuanto a los acabados están detallados en el post de producto del SX4 S-Cross. El del coche que probamos era el GLX-EL, el tope de gama con una generosa dotación de equipamiento, entre la que se incluye el techo panorámico, el USB alojado en la guantera, el arranque sin llave, las bonitas llantas en color negro con detalles pulidos o el navegador GPS. De este último haremos una pequeña reseña, es bastante complicado de usar, el sistema de búsqueda de direcciones, por ejemplo te pide antes el número que la calle y antes la calle que la población.
Un "centro ciudad" o "mitad de la calle" para cuando no sabes exactamente donde vas es un básico de los GPS. Un punto a mejorar, además es muy poco intuitivo, se nota que es un equipo de navegación como el que llevaba anteriormente el SsangYong Korando, un "tocho" independiente del coche y fabricado no expresamente para este coche. La dirección correcta en el tema GPS es la que señala el Qashqai con el Nissan Connect, un "tocho" pero funcional e intuitivo.
El maletero es otro de los puntos fuertes, Suzuki ha conseguido que aún siendo más corto que el resto de competidores, su maletero de 430 litros está por encima de su principal rival, el Qashqai que se conforma con solo 400 litros. Además tiene unas formas muy regulares y un doble fondo para meter objetos de pequeño tamaño.
Al volante del Suzuki SX4 S-Cross
Durante el contacto con el crossover compacto de Suzuki nos desplazamos desde Aravaca hasta las cercanías del circuito del Jarama, curiosamente el mismo día que se presentaba el proyecto que dará nueva vida al circuito madrileño. El trayecto total fue de unos 170 km, de los que unos 120 km hicimos con el S-Cross con motorización de gasolina.
El motor que mueve este modelo es un 1.6 de gasolina atmosférico que entrega 120 CV a 6.000 rpm y 156 Nm de par a 4.400 rpm. El SX4 S-Cross con el que hicimos esta parte mayoritaria de la ruta equipaba un cambio manual de cinco velocidades, cogimos el motor gasolina porque tenía curiosidad por saber si un coche con tracción total puede moverse con soltura con una potencia tan ajustada.
Y no erré mucho al dudar de él, es un coche silencioso y aguanta bien los shortshifts o cambios cortos de la conducción eficiente, pero cuando se le requiere un pico de potencia se queda un poco corto. A 120 km/h la aguja del cuentarrevoluciones va por encima de las 3.000 rpm y el motor mete un poco de ruido en el habitáculo, aunque es aceptable.
De todas formas de cara a ajustar el consumo hubiese estado bien una marcha más que desahogara al motor en los cruceros a velocidades legales. Con un selector en forma de ruleta (pero que no gira del todo) que equipan los modelos con tracción total podremos elegir entre tres modos.
Automático, el modo por defecto cuando encendemos el coche, Snow, para condiciones de baja adherencia y finalmente el Sport, que cambia ligeramente el comportamiento del coche, haciéndolo más sensible a los cambios en la posición del acelerador. A estos modos se añade un botón para bloquear el diferencial.
Me gustó el modo Sport y de hecho fue con el que más tiempo circulé, hace que el coche se sienta más vivo, lo que se agradece teniendo en cuenta que el motor como ya hemos dicho queda algo justo para mover el conjunto con soltura. El consumo fue bastante ajustado para la conducción realizada, cuando llegamos a nuestro destino el ordenador marcaba 6,4 l/100 km, sorprendente sabiendo que desde el reset había ido con el pie algo pesado, adelantando camiones en plena cuesta arriba de la A-1 y yendo algo por encima del límite de velocidad ya que íbamos con el tiempo bastante justo.
Del diesel solo puedo hablar como pasajero, pero haré unas pequeñas observaciones. Se le nota más desahogado, gracias a tener más del doble de par (320 Nm) para mover el coche a unas rpm más bajas (1.750). El cambio de seis velocidades está bastante bien escalonado y permite sacar lo mejor de las marchas cortas y mantener cruceros a bajas revoluciones para consumir poco.
Las cifras que reflejaba en nuestro corto trayecto de vuelta estaban en el entorno de los 4,5 l/100 km, no está nada mal, pero también es cierto que era un 4x2. Nos quedamos con las ganas de probarlo fuera de carretera, ya fuese el gasolina 4x4 o el diesel 4x2 que teníamos a nuestra disposición. Tendrá que esperar a nuestra prueba a fondo.
El precio, la baza principal del Suzuki SX4 S-Cross
Su principal ventaja respecto al resto de competidores es el precio. En el mercado de los todoterrenos medios donde participará el S-Cross se vendieron 83.655 unidades el año pasado, donde el rey indiscutible fue el Qashqai con más de 18.000 ventas, prácticamente doblando las ventas del segundo más vendido, el Hyundai ix35.
Con esas cifras en mente y sabiendo que muchos fabricantes ya están asentados en el segmento, la alternativa como ya comentamos en el "¿Qué podemos esperar?" es ofrecer un precio ajustado. Y es ahí donde el Suzuki brilla. Su versión más básica cuesta 17.195 euros, aplicando un descuento promocional de lanzamiento que es de 1.300 euros, 300 euros más que el descuento que anunciamos cuando se lanzaron los detalles del Suzuki SX4 S-Cross.
Además se puede reducir ese precio en 1.000 euros adicionales si el comprador se acoge al plan PIVE 3, al cual se pueden adherir todas las versiones del coche. El precio de las versiones más similares de sus dos principales competidores es superior, 21.150 euros en el caso del Nissan Qashqai con el 1.6 gasolina de 117 CV y 19.440 euros en el caso del Hyundai ix35 con el motor 1.6 GDi de 135 CV.
El Suzuki SX4 S-Cross por tanto cuesta 4.000 euros menos que el competidor más vendido y unos 2.000 euros menos que el segundo más vendido. Esas diferencias tan notables de precio son las que llamarán a los compradores de este tipo de vehículos a los concesionarios de Suzuki.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión | Suzuki SX4 2013