Llega el nuevo SsangYong XLV y ya lo hemos probado: te contamos sus secretos

Ha llegado el momento de conocer de cerca el SsangYong XLV, ése Tivoli más largo del que vimos unos bocetos hace relativamente poco. Parece que las ventas del Tivoli no han ido nada mal, así que la marca coreana poco ha tardado en lanzar este modelo más grande creado sobre la misma base. De hecho por delante son idénticos y las variaciones las encontramos por detrás de las puertas traseras.

Los pilares C se afinan y detrás de ellos encontramos la tercera ventanilla que se une con la luneta posterior para crear un llamado techo flotante. La zaga presenta un diseño que se aleja al de Tivoli y se acerca al del Rodius, quizá para dar más sensación de monovolumen.

Y es que SsangYong encuadra al XLV, sus 4,44 metros de largo y su maletero que declara 720 litros de capacidad en el segmento C-monovolumen. Sí, junto con modelos como el Volkswagen Touran, el Ford C-Max o el Toyota Verso. Yo habría jurado que es un SUV del segmento B alargado, pero cada vez resulta más complicado ubicar los modelos en un segmento concreto, un ejemplo claro es el Renault Espace ¿no?

El XLV por dentro

Como ya vimos en la prueba del Tivoli, el habitáculo es amplio y destaca por unas plazas traseras con mucho espacio para las rodillas, un túnel central muy, muy bajo y suficiente espacio para que dos adultos viajen con comodidad y no tengan problemas de altura libre.

En estas plazas ya encontramos la primera diferencia, con un respaldo del asiento trasero que tiene una inclinación de 32,5 grados (en el Tivoli 27,5) y en este caso también es regulable y abatible en dos partes asimétricas.

Pasamos al maletero, donde SsangYong declara una capacidad de 720 litros y que es capaz de cargar con las cinco maletas de los cinco posibles ocupantes. Durante la presentación el XLV no sólo cargó con esas cinco maletas, le entraron dos más incluso con el piso situado creando un doble fondo. Y es que como opción el XLV puede tener una bandeja separadora con la que dividir el espacio de carga en un hueco inferior de 146 litros y otro superior de 574.

Con esta configuración queda una superficie plana al abatir el respaldo del asiento trasero. De serie equipa un kit de reparación de pinchazos, como opción se ofrece una rueda de repuesto de galleta que viene junto al típico enorme módulo de 'corcho' que se come todo el espacio disponible en la parte inferior del maletero. Es decir, se queda en 574 litros y unos mínimos y planos huecos portaobjetos en esa bandeja que cubre la rueda.

Capacidad tiene mucha y la boca de carga es muy amplia, pero el umbral queda un poco elevado, el respaldo tan inclinado resta facilidad a la hora de acoplar el equipaje y también los abultamientos de los pasos de rueda y soporte de la bandeja opcional para crear el doble fondo. En cualquier caso es un gran maletero para un coche de sus dimensiones.

Dos propulsores, dos cambios

No es de extrañar que el XLV monte los mismos propulsores que el Tivoli. Por tanto tenemos un 1.6 de gasolina que desarrolla 128 CV de potencia y que se asocia a un cambio manual de seis velocidades fabricado por Hyundai.

El diésel es también un 1.6 pero con 115 CV, aunque más par motor. Este propulsor puede combinarse con el cambio manual y también con una caja automática de seis relaciones fabricada por Aisin. Todos son tracción delantera y no está en los planes de SsangYong comercializar versiones de tracción integral.

Precios sin PIVE

Versión

Precio de tarifa

Precio con descuento

XLV G16 man Line

18.900 €

16.650 €

XLV G16 man Premium

20.500 €

18.500 €

XLV D16 T man Premium

22.000 €

20.000 €

XLV D16T auto Premium

24.000 €

22.000 €

XLV D16T man Limited

24.000 €

22.000 €

XLV D16T auto Limited

26.000 €

24.000 €

De curvas con el XLV

Trazado revirado con un poco de ciudad y también unos kilómetros de autovía, breve pero suficiente para comprobar que hay muy poca diferencia con respecto al Tivoli. En este caso la comparación es obligada y la diferencia son menos de 50 kilos, eso sí, todos ellos situados por detrás del eje trasero y algunos de ellos en zona elevada.

En vacío si no fuerzas la situación no hay diferencias de comportamiento, hemos tenido que buscar ese punto al que nunca llegas a no ser que las cosas se tuerzan para comprobar que, efectivamente, se aprecian más inercias. Con peso el cuento será diferente, parece fácil pensar que el peso influirá más en la estabilidad del XLV (además de que lo más normal es que vaya más cargado).

Hemos conducido una unidad con motor diésel y cambio manual. El motor no suena mucho y es suficiente para una conducción sin aspiraciones deportivas. Parece un poco escaso en bajos si pensamos en esos momentos en los que el gran maletero irá lleno y cuatro o las cinco plazas ocupadas. Pero eso no lo hemos podido comprobar en esta toma de contacto.

Sí hemos comprobado que si buscas un coche con una conducción sencilla, una postura de conducción elevada, un coste ajustado, una longitud sin excesos y buena habitabilidad, el XLV tiene papeletas.

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