Probamos el BMW 128ti: sus 265 CV y el tacto exquisitamente deportivo te harán olvidar al siempre presente GTI

Nota de Motorpasión

Uno de los coches compactos de corte deportivo más esperados para este año 2021 es este que hoy nos ocupa, el BMW 128ti. Con 265 CV al eje delantero, diferencial mecánico Torsen de deslizamiento limitado y como hermano pequeño del M135i xDrive de 306 CV, promete dar mucha guerra en su segmento. ¿Conseguirá hacerse un hueco entre los compactos deportivos? Ya hemos tenido una primera toma de contacto con él y te contamos cuáles han sido nuestras impresiones.

Llegué a la sede de BMW España ayer a mediodía. Allí nos esperaba un nuevo 128ti, llegado directamente desde Alemania para que pudiésemos probarlo en nuestras carreteras habituales. Todo un detalle en los tiempos que corren, en los que no procede viajar hasta Alemania para probar un nuevo coche, como hacíamos antes de la pandemia como parte de nuestro día a día.

Detalles de diseño

Lo primero que destaca al ver delante el 128ti es que a simple vista ya se percibe que este no es un Serie 1 más, ni una versión normal y corriente. Es más, me atrevo a decir que su aspecto es más agresivo que el del M135i. ¿Por qué?

Principalmente porque en el 128ti se ha partido del acabado M Sport, y se añaden una serie de detalles específicos que lo hacen especial y visiblemente más deportivo y agresivo. Me refiero a los revestimientos y molduras específicas, así como los faldones laterales también ligeramente diferentes a los del M135i, pintados en color naranja en estas unidades con carrocería blanca y con el logotipo "ti" bien visible.

No es un 120i subido de potencia y  con preparación, es un M135i simplificado

Los faros BMW Individual Shadowline con aspecto oscurecido forman parte del equipamiento de serie en el "ti". Dos salidas de escape en la parte posterior, una a cada lado del coche, las llantas de 18 pulgadas específicas para esta versión (en opción las hay de 19 pulgadas con acabado bicolor), los detalles en rojo en las tomas de aire en el faldón delantero y las pinzas de freno pintadas también en color rojo como parte del equipo de frenos deportivos M Sport, completan un conjunto que promete bastante desde el punto de vista visual.

150 kilómetros con el BMW 128ti

Después de una pequeña charla técnica sobre las características del coche, me voy a el y lo pongo en marcha pulsando el botón de arranque. El motor de cuatro cilindros 2.0 TwinPower Turbo cobra vida y lo hace de una forma discreta, sin grandes estruendos.

Engrano la D con la caja de cambios Steptronic Sport de ocho velocidades y salgo hacia la autovía A6 en dirección A Coruña. Callejeando por Madrid, no notarás diferencias respecto a un 120i. Ya en carretera lo primero que destaca es el tacto de la dirección, que se siente infinitamente más directa que la de un Serie 1 con paquete M. De hecho, revisando la documentación sobre el coche veo que tiene un tarado específico y exclusivo para esta versión, diferente también al del M135i.

El cuatro cilindros en modo normal tiende a ofrecer un comportamiento relajado, pidiendo al cambio de marchas que lleve la relación más alta posible para así también mantener a raya los consumos y premiar el confort. En este sentido, el 128ti es un buen rutero, ya que a pesar de la suspensión M Sport específicamente ajustada y rebajada 10 milímetros respecto a un Serie 1 normal, no es especialmente incómodo ni duro.

Estos motores de cuatro cilindros turbo permiten consumos muy contenidos en uso normal

Solo en las zonas muy bacheadas o en las juntas de dilatación de los viaductos se acusan los movimientos de la carrocería, siendo este el precio que hay que pagar por tener un coche de tacto deportivo. Si pisas a fondo el acelerador el cambio reacciona rápido bajando una, dos o hasta tres marchas para llevar el motor a la zona óptima de revoluciones y ofrecer la respuesta que esperas.

También puedes hacerlo con las levas situadas tras el volante, de tamaño idóneo y tacto preciso. No, si ya lo estás pensando, por ahora no está previsto que este coche se ofrezca con una caja de cambios manual,  una auténtica pena.

Abandono la autovía para adentrarme en un divertido y sinuoso puerto de montaña. Cambio entonces al modo Sport, que hace que el coche adquiera un carácter notablemente diferente. Lo primero que hace es tensar la cuerda con la caja de cambios, que pasa a ir una o dos marchas más cortas de lo que iría en modo Normal.

La dirección por su parte se siente mucho más directa, de ahí que reaccione con agilidad a los más mínimos movimientos de volante. Llegan curvas y empieza la diversión. Me gusta el tacto que ofrece a la entrada de las curvas, con apoyos firmes que dan confianza para atacar la siguiente con más ritmo.

A la salida de las curvas, hay tracción gracias al trabajo que hace el diferencial mecánico Torsen de deslizamiento limitado. Pasa bien la potencia al asfalto y en este sentido no echarás de menos los viejos Serie 1 de propulsión.

Acelera de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y la velocidad máxima está autolimitada a 250 km/h

Enlazo un par de curvas bastante lentas y los tramos rectos que las separan desaparecen rápido gracias al unos nada despreciables 400 Nm de par que llegan con contundencia desde las 1.750 hasta las 4.500 RPM. Es fácil aprovechar la potencia de este motor, que no exige estirar demasiado cada marcha contando con tanto par.

A medida que empiezo a enlazar curvas a izquierda y a derecha, destaca otro de los aspectos que hacen especial a este coche, su ligereza. Aunque aplicar estos términos a un coche compacto de 1.520 kilos puede parecer poco adecuado, lo cierto es que al volante el coche se percibe sensiblemente más ligero de lo que esperaba, en parte gracias a que ha bajado 80 kilos respecto al M135i al carecer del sistema de tracción xDrive principalmente.

Aumento el ritmo un poco y el carácter del coche se vuelve más delicado, aunque igual de efectivo. A la salida de las curvas si exiges mucho al tren delantero las ruedas se pelean con el asfalto y el eje delantero mueve la dirección, así que mejor que la sujetes con fuerza. Sin ser tan radical en este sentido como el MINI GP, sí que tiende a tirar hacia adelanto de la curva cuando aceleras con mucho giro de volante.

Por lo demás, transmite mucha confianza gracias a una conexión muy directa con el conjunto mecánico. Siempre tienes la sensación de estar controlando el nivel de agarre del eje delantero, mientras el trasero se mantiene por el sitio sin movimientos imprecisos.

Primeras conclusiones del BMW 128ti

Después de haber tenido una primera toma de contacto de poco más de 150 kilómetros con el 128ti, el nuevo compacto deportivo me ha dejado muy buen sabor de boca. Creo que es digno merecedor de las míticas siglas "ti" que corresponden a “Turismo Internazionale” y por su precio de 43.700 € se posiciona como la peor pesadilla del Volkswagen Golf GTI que cuesta 42.655 euros (44.650 euros para el GTI con cambio DSG).

Volverá a pasar por nuestras manos para una prueba completa más adelante, y por qué no, para compararlo con el Golf GTI. Mientras llega ese momento es evidente que es una alternativa clara para los que quieran un BMW a precio ajustado y busquen un coche con la pizca justa de picante sin tener que irse a un M Performance como el 135i xDrive.

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