El año de los dream cars. Es así como Mercedes ha denominado a este año 2016 en el que entre sus novedades de producto destacan los nuevos coches pasionales como el SL que probamos hace unas semanas en Estados Unidos. El mejor ejemplo de esa apuesta por los coches que se compran más con el corazón que con la razón es el protagonista de esta toma de contacto, el Mercedes-Benz Clase S Cabriolet.
Este espectacular descapotable de cuatro plazas supone la sexta variante de la actual Clase S, y es el primer descapotable del segmento lujo que la marca de la estrella lanza al mercado desde el año 1971. Mercedes quiere con él ser el referente en este segmento, y esto es lo que nos propone nuevo Clase S Cabrio para conseguirlo.
Lo primero que hay que destacar, es que el nuevo Clase S Cabrio está basado en el S Coupé, con el que comparte alrededor de un 60% de las piezas. Por eso luce esa elegante y deportiva silueta que le confieren sus poco más de cinco metros de largo y 2,94 metros de distancia entre ejes.
A la vista, podemos decir que estamos ante uno de los Mercedes más atractivos de todos los tiempos. Es un modelo de representación que no deja lugar a dudas: se trata de un Mercedes y eso es evidente lo veas por donde lo veas.
Nada más llegar al Aeropuerto de Niza y tener ante nosotros el S Cabrio, nos fijamos en que en la vista frontal el diseño de las ópticas sigue el estilo de la exitosa Clase S, siendo en este caso idénticas a las del S Coupé.
Dos nervios recorren con suavidad y finura el capó delantero, guiando el diseño hacia una trasera que fluye de forma bastante armónica como demuestra el coeficiente cx de 0,29, el mejor de su segmento.
La capota de lona permite que su diseño se acerque bastante al del modelo Coupé en la vista lateral, aunque cambia algo el diseño en la trasera, una parte del coche que por cierto se ha fabricado íntegramente en aluminio para ahorrar peso, y junto a soluciones como la separación de magnesio entre habitáculo y maletero, ganar en rigidez torsional.
Es en la trasera donde el Clase S tal vez nos ofrezca su ángulo más favorable, con unas ópticas de LED achatadas, discretas y muy bien situadas que permiten conseguir una zaga limpia, pura y rotunda en sus líneas gracias a una anchura de la parte posterior más que notable. ¡Qué ganas de conducirlo!
De Coupé a Cabrio en 20 segundos
Los Mercedes Clase S Cabrio no esperaban ya descapotados cuando llegamos a recogerlos. Para la capota se ha optado por la que para mi es la mejor solución: una capota de lona de varias capas que asegura un excelente aislamiento exterior, ocupa poco espacio del maletero cuando la llevas replegada y además permite mantener el estilo de los descapotables de toda la vida.
Esta capota, compuesta por tres capas, destaca por lo elaborado de sus materiales. Por ejemplo se recurre a una película de butilo en lugar del habitual neopreno en la parte inferior, para mejorar así el aislamiento acústico y por supuesto el aislamiento del agua.
Su accionamiento es totalmente automático, y se puede efectuar en marcha desde un mando situado en la consola central a velocidades de hasta 60 km/h, o desde el mando de apertura remota. La capota está disponible en colores negro, azul oscuro, beige y rojo oscuro para asegurarse de que existe el color que combine con el tono de carrocería elegido.
585 caballos de descapotable para empezar
Más de 20 unidades de la Clase S nos esperaban en la terminal del Aeropuerto de Niza. Había dos niveles de motorización de los tres disponibles: el más accesible es el S 500 Cabrio con el 4.7 litros V8 de 455 CV y 700 Nm combinado con la caja de cambios 9G-Tronic de nueve velocidades. También estaba el S 63 4Matic con el motor 5.4 V8 biturbo de 585 CV, 900 Nm de par y la caja de cambios AMG SpeedShift MCT de 7 velocidades.
El S 65 con su descomunal 5.9 V12 biturbo, 630 caballos y 1.000 Nm de par no estaba allí, ni falta que hacía, porque con 585 CV teníamos más que suficiente. No voy a negar que opté por la versión más potente de las dos disponibles para asegurar que comenzábamos con sensaciones fuertes.
Después de dejar las dos maletas de mano en el maletero que ofrece 350 litros de capacidad, de buscar la posición ideal al volante gracias a los múltiples reglajes eléctricos tanto de asiento como de volante, pulsamos el botón de arranque y comienza el espectáculo.
El sonido del motor nada más arrancar es solo un presagio de lo que nos esperaba. Un ronquido bravo, contundente y rotundo nos da la bienvenida animándonos a disfrutar al volante de este coche de altos vuelos pensado para los más exigentes.
Salimos del Aeropuerto de Niza y ponemos rumbo a Cannes por la autopista que une ambas localidades de la Costa Azul. Lo primero que destaca es la gran suavidad con la que se mueve este coche, que dicen es el descapotable más confortable del mercado.
La suspensión neumática de serie Airmatic se encarga de filtrar con maestría las ondulaciones de una carretera en la que el constante tráfico de camiones hace que el asfalto no esté en óptimas condiciones y que tampoco podamos disfrutar de todo el potencial del coche.
El motor es todo dulzura a bajas revoluciones, pero a nada que pises un poco de más el acelerador te quedarás literalmente mimetizado con ese asiento que te agarra tan bien cuando trazas curvas de ritmo alto.
Los números del S 63 4Matic son dignos de un superdeportivo de referencia en el mercado, ya que hace 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y gracias a sus 900 Nm de par disponibles entre 2.250 y 3.750 RPM los 250 km/h de velocidad punta se alcanzan en un santiamén.
Salimos en dirección al centro de Cannes y pasamos por el paseo marítimo de la localidad. He de admitir que me sentí un poco sorprendido al ver que los viandantes miraban tanto al nuevo Clase S Cabrio, ya que allí están acostumbrados a que este tipo de supercoches invada sus calles durante la época estival.
De todas formas, las miradas de los curiosos confirman que uno de los objetivos de este coche se ha cumplido: han creado un coche que despierta admiración, y eso es un punto a su favor si tenemos en cuenta en el segmento en el que juega.
Aunque el sol aprieta en este mañana de jueves, no siento un calor especialmente molesto, y eso que no hemos tocado el climatizador desde que nos subimos al coche. Lo mismo ocurre poco después, cuando ya salimos de nuevo a carretera.
El secreto de que siempre estés a gusto en el habitáculo residen en el sistema Thermotronic, que gracias a sus 12 sensores entre los que destacan los de temperatura, humedad, radiación solar o calidad del aire entre otros, permite mantener un ambiente ideal sin que conductor o acompañante tengan que preocuparse por manipular este elemento.
Es como si el coche nos hubiese psicoanalizado y supiese en cada momento qué tipo de ambiente queremos para el habitáculo. De todas formas, si quisieses algo más de aireación o calefacción, hay que destacar que los asientos con aireación interna son una opción o que la calefacción de los asientos, del aro del volante o incluso de los reposabrazos también están contemplados en la lista de opciones.
Tras un breve tramo de autopista en el que el S 63 4Matic Cabrio nos demostró que 585 CV y 900 Nm de par motor disponibles desde solo 2.250 RPM son más que suficientes para volar a ras de suelo, tomamos una salida que nos llevaría a un tramo de carretera comarcal con muchas, muchas curvas.
Las zonas boscosas, con buena visibilidad y nada de tráfico nos sirvieron para confirmar varias cosas. Por un lado, que este motor parece interminable. Aunque la caja de cambios AMG SpeedShift MCT de 7 velocidades no es la más precisa del mercado, sí que es cierto que el resto del conjunto ofrece un nivel de dinamismo que sorprende en un descapotable de más de cinco metros de largo y 2,1 toneladas de peso.
El coche se siente más liviano de lo que realmente es, y parece que esos 585 caballos de potencia y el descomunal par motor no son demasiados. A la salida de las curvas, basta con hundir el pedal del acelerador para que la tracción a las cuatro ruedas 4Matic se encargue de distribuir el par convenientemente, haciendo que la tracción sea uno de sus puntos a favor.
A medida que el ritmo va en aumento, seleccionamos el modo Sport de las suspensiones y ponemos la caja de cambios en modo manual, para jugar con las levas situadas detrás del volante. El cambio en el tarado de las suspensiones se hace patente, ya que entonces empiezas a sentir las irregularidades del asfalto, pero nunca en exceso.
El tacto de la dirección electromecánica es excelente, te da mucha información y transmite confianza, algo que al ritmo al que estábamos moviéndonos es siempre importante. Además el conjunto no parece que adolezca de falta de rigidez al haber perdido el techo, sino todo lo contrario.
El bramido del motor V8 biturbo cuando pisamos con fuerza el acelerador pone los pelos de punta a cualquiera, pero más lo hacen si caben las pequeñas detonaciones que emiten los escapes en retención que hacen eco entre ese precioso paisaje montañoso que nos habían preparado para la prueba.
Como es lógico, yendo al ataque los consumos se disparan. Los más de 20 l/100 km que marca el ordenador de abordo después de media hora de ritmo alto están lejos de los 10,4 l/100 km de consumo medio que declara Mercedes para esta versión, pero eso no creo que sea algo que preocupe a alguien que se compra un coche así.
Por lo demás, y a pesar de que la unidad elegida no llevaba los frenos opcionales carbono cerámicos, el equipo de frenos supo mantenerse a la altura de lo esperado. A pesar de las largas y continuas apuradas de frenada a alta velocidad que estábamos haciendo, no dieron síntomas de fatiga en ningún momento.
Tras unos 60 kilómetros de curvas rápidas, lentas, medias, rectas que parecen desaparecer ante el potencial de este coche, llegamos a la parada para comer. ¿Ya? ¿Ya hemos hecho los 130 kilómetros de la primera parte de la ruta?
Aunque el ritmo había sido muy alto, si algo tengo que destacar del coche, aparte de que es un Gran Turismo descapotable que permite ir a ritmos descomunalmente altos sin tener que esforzarte demasiado para llevarlo por el sitio, es precisamente el confort de marcha que ofrece.
Mientras en cualquier otro coche llegarías sudando y cansado después de un tramo de estas características a ritmo así de alto, en este hemos llegado sin ni siquiera sudar la camisa. No solo estamos ante uno de los descapotables más rápidos del mundo, también empiezo a creerme eso de que es el más cómodo del mundo.
Conduciendo el S 500 y jugando con su tecnología
Después de comer tocaba echarle el guante a la otra motorización disponible, la del S 500. Se trata del modelo básico de la gama S Cabrio, un adjetivo que tal vez no encaje a la perfección si tenemos en cuenta que bajo el capó esconde un motor V8 4.6 de 455 caballos y 700 Nm de par.
Aunque este modelo hace el 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y alcanza también una velocidad punta de 250 km/h, sus aspiraciones no son tan deportivas como las de la versión AMG.
Este modelo está pensado para disfrutar de una conducción más relajada y sosegada, a pesar de que siempre tiene respuesta a cualquier insinuación del acelerador que le hagamos.
Salimos del chateau donde comimos y encaramos directamente la autopista que nos llevaría hasta Niza tras 89 kilómetros. Seguíamos descapotados, y en esta ocasión tocaba probar el Aircap.
Este sistema de protección contra el viento que se activa pulsando un botón en el habitáculo está formado por dos piezas: por un lado un deflector en el marco del parabrisas y por otro una rejilla en posición central tras los asientos traseros.
Sorprende que estos dos elementos en conjunción consiguen reducir de tal forma las turbulencias de aire en el habitáculo. Con el Aircap desactivado, a partir de 100 km/h las turbulencias del viento en el habitáculo comienzan a hacerse demasiado incómodas, pero cuando lo llevas activado, es posible circular a velocidades de más de 130 km/h disfrutando de una distendida conversación con el copiloto.
En autopista este coche nos demostró que como Gran Turismo descapotable se sitúa entre los mejores del segmento, ya que el confort de marcha es sorprendente. Además la nueva caja de cambios 9G Tronic de nueve marchas ayuda a que el comportamiento del conjunto destaque por la suavidad que confiere un bloque motor que ofrece mucho para a bajas revoluciones.
La caja de cambios cuando la sitúas en posición manual y cambias con las levas situadas detrás del volante parece más rápida incluso que la de siete marchas de la versión AMG, pero una caja de cambios así como realmente se disfruta es dejando que ella se encargue de todo.
Puedes circular en novena a solo 110 km/h en autopista dejando que los consumos bajen hasta los 7,5 l/100 km, y siempre que pises a fondo el acelerador tendrás respuesta al reducir marchas y aprovechar al máximo los 900 Nm de par constantes desde 1.300 hasta 3.500 RPM.
El nivel de relajación en carretera cuando llevas semejante buque entre manos es tal que incita a disfrutar del elenco tecnológico que ofrece la Clase S de Mercedes. Al igual que sus hermanos de gama, el S Cabrio ofrece la última tecnología disponible en la marca de la estrella.
Hablamos por ejemplo del asistente de mantenimiento de carril, el Distronic Plus con asistencia de dirección y Stop&Go Pilot, Brake Assist con asistente de tráfico cruzado y otras cosas como el LED Intelligent Light System opcional con cristales Swarovski en los intermitentes y las luces diurnas.
Un coche tan exclusivo como elegante
Relajados y disfrutando del placer de conducir a cielo descubierto, regresamos en un abrir y cerrar de ojos a Niza. Toca bajarse de un coche que marcará un antes y un después en Mercedes y que sin duda se convertirá, como lo han hecho sus compañeros que conforman la Clase S, en un referente de su segmento.
Por desgracia, tanto el Clase S Cabrio 500 como el S Cabrio 63 4Matic serán poco habituales en nuestras calles. Son los descapotables más confortables del mundo, pero con un precio de 166.000 euros para el primero y 222.700 euros para el segundo, Mercedes no planea vender más de 15 unidades al año en España.
Por suerte, vendrán alguna unidad más del descapotable que probaremos mañana...
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por Mercedes. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.