Conducir un Mercedes-Benz Clase E All-Terrain para llegar hasta una nevada cima alpina por reviradas pistas de montaña, llenas de nieve e incluso heladas, o bien acceder a caminos forestales con desniveles de un 28 % son ese tipo de actividades que difícilmente concebiríamos en una berlina familiar si no fuera porque lo hemos probado.
Normalmente esto encajaría más con la idea que podemos tener de un SUV, pero no de un Estate de larga batalla como es este. Así que Audi, BMW y compañía... os ha salido un competidor. Así se comporta el Mercedes-Benz Clase E All-Terrain que llegará al mercado durante el próximo mes de marzo.
Una mirada al exterior
Estéticamente, el Mercedes-Benz Clase E All-Terrain se presenta como una larga berlina familiar vestida como para salir del asfalto. Lo que más llama la atención es su larga batalla, que se traduce en un amplio espacio para los ocupantes, y su enorme voladizo posterior, que da pie a un inmenso maletero de 640, 670 o 1.820 litros VDA, según la posición de los asientos traseros, igual que el Clase E Estate.
En el frontal hay cambios respecto al familiar convencional. La parrilla hereda formas SUV y el paragolpes es específico, más acorde con las salidas fuera del asfalto que puede realizar este All-Terrain.
Además, su altura sobre el suelo es 29 mm superior a la del Mercedes-Benz Clase E Estate: 14 mm debido a una mayor altura de los neumáticos, y 15 mm por el mayor nivel que le proporciona la suspensión neumática AIR BODY CONTROL, que ya probamos a fondo en su día, en el Mercedes-Benz GLC.
En el interior encontramos un espacio prácticamente idéntico al del Clase E Estate (o sin el prácticamente, aunque incorpora pedales en aluminio, por ejemplo), que a su vez es un espacio fuertemente inspirado en el habitáculo de los Clase S. Dependiendo del nivel de acabados, podemos encontrar el espectacular sonido de Burmester, asientos con agarre transversal y otras maravillas de la creación.
La posición de conducción viene condicionada por una colección tal de reglajes eléctricos que en un primer momento puede ser algo complicado encontrar la combinación más adecuada para tener, a la vez, la mejor sensación de comodidad y la mejor ergonomía de cara a una conducción segura.
En cuanto al espacio disponible, nada que objetar. Tanto en las plazas delanteras como en las traseras el acceso es muy cómodo, y para un ocupante de en torno a los 1,80 metros de estatura el espacio a la altura de las rodillas es muy amplio.
Datos oficiales del Mercedes-Benz E 220d All-Terrain 4MATIC | |
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N° de cilindros/disposición | 4/L |
Cilindrada (cc) | 1.950 |
Potencia nominal (CV a rpm) | 194 a 3.800 |
Par motor nominal (Nm a rpm) | 400 a 1.600-2.800 |
Consumo NEDC mixto (l/100 km) | 5,2 |
Emisiones de CO2, ciclo mixto (g/km) | 137 |
Categoría de eficiencia | A |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 8,0 |
Velocidad máxima (km/h) | 232 |
Dicho lo cual, nos abrimos paso por las carreteras de Innsbruck para buscar la nieve en lo alto de Hochgurgl, haciendo un alto en el camino en Kühtai para contemplar el espectacular Speicher Längental, cuyos alrededores están cubiertos de hielo. Es un buen lugar para tomar una foto como la que encabeza este reportaje. Clic junto al lago y a seguir, que ya cae el sol en el Tirol septentrional.
Dinámica clásica Mercedes-Benz
Mover una masa de 1.920 kg es algo que se puede resolver con unas buenas caballerizas bajo el capó, y esperando que los equinos sean grandes corceles. Aun así, dos toneladas puestas en movimiento acaban siendo una bonita bola de acero que hay que saber controlar, no ya en aceleraciones sino en dos momentos especialmente peliagudos: las desaceleraciones y los cambios de dirección.
En este sentido, el Clase E All-Terrain es un buen muestrario de una dinámica muy clásica de Mercedes-Benz. Es un gran barco, para bien y para mal. A sus mandos te sientes capitán de navío con un buque muy estable que avanza sobre el asfalto sin rechistar, como flotando por encima del mundo. Es todo suavidad.
A esta gran suavidad contribuye en gran medida la nueva joya de la Corona de Stuttgart, la caja 9G-TRONIC de Mercedes-Benz. Una transmisión de convertidor de par tan suave que los cambios se suceden sin que apenas se perciba nada en el puesto de conducción. Para los conductores más exquisitos, las levas que monta el All-Terrain pueden ser un buen aliado en carretera.
La otra cara de esa enorme estabilidad y suavidad es la desconexión con el resto del Universo. A quien le guste hacer kilómetros y kilómetros sin pestañear, aislado del mundanal ruido, le entusiasmará la tranquilidad que transmite. A quien busque en un coche un medio de comunicación con la carretera, le perturbará no tener direcciones informativas, suspensiones que transmitan algo... ese tipo de cosas.
En desaceleraciones el sistema de frenado se comporta de manera muy eficaz, mucho más que la escasa retención que realiza la cadena cinemática, aunque tanto en ese momento como en los cambios de dirección el Clase E All-Terrain recuerda que la Física concede gran importancia a la masa de un cuerpo que se mueve en el espacio, por lo que conviene anticiparse un poco a las reacciones, porque las inercias que acarrea no son nada despreciables.
Y a lo tonto, a lo tonto, hemos llegado hasta la nieve. Cuidado al bajar del coche, que el hielo resbala y no es cuestión de... ¡plaf! Tarde.
Surcando nieves y hielos y acometiendo senderos
Calzados como vamos con unos Pirelli Sottozero 3 (245/45 R19), no es de extrañar que avancemos sin problema hacia la frontera más alta de Austria por esta impresionante carretera alpina, la Timmelsjoch Hochalpenstraße. Tiene su gracia superar a toda mecha la verja entreabierta que advierte a gritos que de octubre a junio el paso que lleva hacia Italia está prohibido a partir de ese punto. Será para el que venga detrás, porque lo que somos nosotros...
Sin embargo, no es la falta de deslizamiento lo que más llama la atención aquí, sino la precisión con la que la electrónica del sistema de tracción 4MATIC dosifica la transmisión de par a las ruedas, incluso circulando a unos 80 km/h. Claro está, que entrando a degüello en las curvas nevadas más cerradas se encuentran los límites del sistema, aunque devolver volante y encontrar de nuevo el camino se convierte en un juego de niños... al que no conviene jugar fuera de circuito.
Resulta curioso ir alternando entre los diferentes modos de conducción (Confort, Eco, Sport, All-Terrain, más el modo personalizable, Individual, que no utilizamos) y ver cómo es posible pisar a fondo el acelerador, a fuego, sin que el vehículo pierda el rumbo. No es nada novedoso, pero hacer algo así con un familiar de casi 5 metros de eslora a más de 2.000 metros de altitud... impone un poco.
Un punto crítico en la ruta, uno solo, lo compone una placa de hielo gruesa y enorme formada en mitad del camino, donde las aguas que caen se congelan en forma de anchas lenguas blanquecinas que penden de la montaña. En el asfalto los chicos de Mercedes han marcado con conos esos 20 o 25 metros de hielo. "Cuidado al pasar por ahí", nos dice nuestra monitora, más que nada porque al lado opuesto a la montaña no hay barrera de protección, y el pequeño desnivel que tenemos es de varios, pero varios, centenares de metros de caída libre. ¡Glups!
Tras la excursión por lo más alto del Tirol austriaco nos vamos a volver ya hacia el Aeropuerto de Innsbruck, ahí donde los aviones despegan y aterrizan utilizando un ascensor, pero desviándonos un momento de la carretera para acometer un tramo de caminos sin asfaltar bastante respetables para una berlina familiar como esta.
Aquí cabe destacar que el All-Terrain utiliza la suspensión neumática a varios niveles, entre 0 y 35 mm de variación en la altura libre al suelo. En general, la idea es que para velocidades bajas la altura aumenta, para superficies accidentadas y velocidades bajas, hasta 35 km/h, la altura aumenta todavía más (20 mm), y para velocidades elevadas la altura se reduce para aumentar la estabilidad del vehículo.
Lógicamente en un sendero de los que se conocen técnicamente como CdC, o Camino de Cabras, el modo de conducción seleccionado es All-Terrain, la estrella del modelo en cuestión. El resultado es dual: sorprende en la misma medida que da algo de grima poner un coche familiar como este a 28 grados de inclinación. Y, sí, está claro que somos niños jugando en el arenero del parque, donde los papis de Mercedes-Benz ya han previsto que ni los bajos ni los voladizos del coche no se queden por el camino. Aún así, bache tras bache el efecto impresiona.
Y nada, que seguimos hacia el aeropuerto, que el timbre ya ha sonado y el recreo se ha acabado.
El ser o no ser del Mercedes-Benz Clase E All-Terrain
¿Vale la pena o no? Si pensamos en términos SUV, se hace difícil mantener el argumento de las salidas ocasionales al campo. Esto lo logra también el Mercedes-Benz Clase E All-Terrain, y lo hace sin ruborizarse. Además, en carretera el familiar aporta la estabilidad de una berlina, y eso es algo que un SUV, por su propia naturaleza, no puede conseguir al mismo nivel. Si pensamos en volumen de carga, también el familiar puede resultar más interesante que un SUV, a no ser que los objetos que transportemos sean especialmente altos.
¿Vale la pena que sea precisamente el Mercedes-Benz Clase E All-Terrain? Esto va a gustos. Si piensas que siendo este una berlina podrás tener reacciones más alocadas que con un SUV, al menos con el 220d no estás en lo cierto. La dinámica de este familiar es muy tranquila y serena. Aventurero fuera del asfalto, sí; pero en carretera no esperes que te despeine, porque no lo hará. Finalmente, falta conocer cuánto cuesta el Mercedes-Benz Clase E All-Terrain. Como referencia tenemos que el E 220d sale por 53.350 euros, así que no esperes ver el E 220d All-Terrain por debajo de los 60.000. En cuestión de un mes saldremos de dudas.