Lexus es una marca Premium relativamente joven, cuya andadura empezó en 1989 con el primer Lexus LS. Empezaron con la calidad por bandera y luego fueron tomando nuevos objetivos, como el de ser los más híbridizados del cotarro y cómo no el de la búsqueda de las altas prestaciones.
En este último sentido, Lexus estaba perdiendo el tren respecto a las ofertas más radicales de las monarquías Premium europeas e incluso fabricantes norteamericanos, aunque en EEUU la marca japonesa ha sido líder 11 años seguidos en alta gama. En resumen, que su gama estaba necesitada de más pimienta para darle sabor racing.
Por ello fuimos convocados varios medios para probar la gama F Sport del fabricante nipón, en un escenario único: el aeropuerto de Ciudad Real, un limbo jurídico donde se pueden hacer cosas que fuera suponen ir a la cárcel. ¿Hasta dónde llega el nivel deportivo de Lexus? Pues vamos a verlo.
Lexus IS F Sport e IS F
El Lexus IS es ahora el modelo más veterano de la gama, al final de su vida comercial. La gama se compone del IS 250 (V6 208 CV), IS 200d (Diesel, 150 CV) y el IS F (V8 423 CV). Ni hay versiones híbridas ni se las espera en la generación actual. De hecho, es el único modelo de la gama que no ofrece esta posibilidad.
El salto entre el IS 250 y el IS F es salvaje, así que como término medio, tenemos el IS 250 F Sport, que equivaldría a un Audi A4 S Line o a un BMW Serie 3 con paquete M. No supone una mejora de las prestaciones a nivel de motor, pero tiene algunas mejoras a nivel de comportamiento. Como aperitivo, empecé probando un IS 250 F Sport.
Este motor de gasolina no es nada explosivo, lo suyo es el refinamiento. Tiene un cambio de marchas de seis velocidades con convertidor de par, demasiado conservador para el cliente más exigente. También hay que reconocer que respecto al cambio e-CVT que usan los GS 450h y RX 450h, puede ser más satisfactorio.
La primera prueba consistió en un eslalon a alta velocidad, ida y vuelta, en torno a 80-100 km/h. Por encima de esa velocidad el coche empezaba a acariciar sus límites, aunque el control de estabilidad (VDIM) mantiene todo en su sitio. No se puede desconectar, solo aliviar su intervención.
Hablamos de un propulsión trasera, pero es dócil cual cordero. Tened en cuenta también que el asfalto de una pista de despegue es muy rugoso y adherente, así que el coche no iba a ir mejor quitando el detalle de que había humedad en pista, clima a la gallega.
Para quien busque algo clásico o estabilidad pura y dura, le viene como un guante. Para que el coche se descontrole hay que ser muy animal, es decir, forzar la dinámica de forma que las ayudas electrónicas no sean capaces de enderezar rápido el coche, superados los límites físicos del chasis y neumáticos.
Los neumáticos probados son Michelin Pilot Sport 3, los mismos que monta de serie el Mercedes-Benz E AMG. Ya os lo contó mi ex-compañero Daniel Seijo cuando probó este modelo, no depara emociones fuertes, pero con la versión F Sport es un poco más deportivo. No he conducido una versión normal para comparar.
¿Qué cambia respecto a un IS 250? El F Sport tiene suspensión deportiva rebajada, llantas de 18” de titanio y asientos tapizados en alcántara con refuerzos laterales. Al igual que toda la gama F Sport, las prestaciones se mantienen inalteradas porque no hay cambios a nivel de motor.
A continuación, me subo en un IS F. Este es otro cantar, motor V8, 0-100 km/n en 4,8 segundos, más del doble de potencia y una puesta a punto aún más emocionante. El cambio automático es de ocho velocidades y tiene un carácter menos conservador, aunque todo esto es regulable, yo lo tenía configurado en la posición más agresiva.
En la primera lanzada, voy con control de estabilidad. Hundo el pie en el acelerador y salgo escopetado. ¡Cómo anda este trasto! Respecto a la sensación del GS 450h, cambia por completo. El sonido es más bruto, se notan tirones al cambiar, y la sensación de aceleración es adictiva. Si llevo en ese momento en el bolsillo 86.900 euros, digo “calla cerebro” y los pago.
El IS F es el equivalente al BMW M3, Mercedes-Benz C 63 AMG, Audi RS4, etc. Me pareció menos señorial que el Mercedes, pero el BMW me pareció en su momento un coche más radical. No he probado el RS4, sino el S4 (B7), y en su día me pareció falto de chicha. ¿Para qué tener un V8 si para oírlo en su plenitud hay que bajar las ventanillas?
No es el caso del IS F, donde permite el placer acústico total sin necesidad de invertir en escapes ni bajar ventanillas. Su sonido es embriagador. En otras ocasiones hemos hablado de él, así que no me repetiré en aquello que ya sabéis pero añadiré que los escapes son feos de solemnidad.
Como lógicamente iba más deprisa que con el IS 250 F Sport, toda la ventaja que me suponía tener mejor chasis y más coche quedó casi neutralizado en cuanto a que fui más deprisa. En eslalon ganar 5 o 10 km/h manteniendo trayectoria, pasados los 80 km/h, no es moco de pavo.
La vuelta del eslalon la hice con el TRC desconectado, e incluso pisando el acelerador a fondo con la dirección girada y con el cambio en modo “S” no fui capaz de descolocar el coche. Se echa de menos en todos los Lexus la capacidad de desconectar por completo las ayudas, pero es filosofía de marca (es así y punto).
Habrá que ver la próxima vez qué fusible hay que quitar para tener un coche más a la antigua. Esta vez empecé el eslalon a más de 130 km/h y al segundo cambio de apoyo la cámara de vídeo se cambio de postura ella solita. Intenté corregirlo rápidamente y seguir a lo mío.
Aunque ya era difícil pasar entre los conos a esa velocidad (100 o algo más), la sensación de control que tuve fue superior a la que he experimentado en otras ocasiones. También hay que agradecer su parte al asfalto. Tomad este dato: las ruedas no duran ni una semana en la pista con un uso normal, como conduciendo para ir a la compra, de lo abrasivo que es.
Lexus GS 450h F Sport
Este modelo ya fue objeto de una prueba completa en el mes de agosto, os remito a la parte de conducción y dinámica si queréis leer algo sobre cómo se comporta en la carretera. En esta ocasión, fue más bien comprobar cómo va en un circuito de conos a ritmo fuerte, pero no mi máximo ya que solo hubo un intento.
Aunque hablamos de 345 CV, lo cierto es que con el cambio eCVT no lucen igual, y da la sensación subjetiva de tirar menos. Sin embargo, el cuentakilómetros no opina igual y va subiendo de velocidad, se nota la potencia viendo cómo acelera por encima de 150 km/h con facilidad, algo que con 150 CV ya es un esfuerzo notable. A lo tonto, lo puse a 200 km/h.
El equipo de frenos Brembo funciona estupendamente, le sobra por todas partes, así como chasis. Se le puede meter el V8 del IS F sin ningún problema, lo único que le podríamos reprochar es que es un poco señorial todavía. No creo que Lexus tenga muchos clientes jovenes y ávidos de cosas más radicales (o eso, o no los atrae).
A este coche se le dan mejor las recuperaciones que la aceleración pura, desde luego, pero nuevamente a pesar de la propulsión trasera es fácil de conducir deprisa. Con el modo Sport+ se puede endurecer la suspensión y ganar en dinamismo, y también hay que recordar que el F Sport tiene cuatro ruedas directrices, mejora el comportamiento al límite.
No obstante, se nota que es un coche algo pesado, y tiene una tendencia subviradora notable si se entra muy deprisa en una curva. Como el control de estabilidad (VDIM) no permite animaladas, no conseguiremos comportamientos extraños en la trasera aunque pisemos a fondo el acelerador.
Entonces, ¿cómo se grabó el vídeo de las 120 pulsaciones o más? Pues con mucho ancho de pista, pilotos expertos y violentos cambios de apoyo que sobrepasan las posibilidades de la electrónica. Conseguir lo mismo se me antoja bastante complicado. El objetivo del coche es tenerlo todo bajo control. En carretera me costó mucho buscarle las cosquillas.
Lexus LS 600h F Sport y CT 200h F Sport
Si queréis conocer todas las diferencias entre un GS 450h y un GS 450h F Sport, mirad la parte de equipamiento de la prueba. Otro ejecutivo con zapatillas deportivas es el LS 600h F Sport, que estará disponible el año que viene y solo pudimos ver parado dentro de una de las zonas de recogida de maletas.
En este caso, el F Sport tiene una imagen más agresiva —el LS no presumía precisamente de eso, el modelo 2013 sí— con pedales de aluminio, ambiente negro/aluminio en el interior, frenos Brembo, dirección asistida variable, cuatro ruedas directrices y llantas de 19”. Notar las diferencias en carretera será complicado también.
Otro que llega el año que viene es el CT 200h F Sport. El makeo consta de suspensión más deportiva, llantas de 17” específicas, lunas tintadas, volante F Sport y el alerón trasero. Como es habitual, tiene el morro más agresivo, aunque debajo del motor la agresividad es… testimonial. Hace meses que se vende en otros mercados.
Seguimos hablando de 136 CV combinados, que para el Toyota Prius está bien, pero con tanta mejora dinámica, el coche se queda muy por encima de las posibilidades del motor, doy fe. Al menos, tiene un comportamiento muy notable respecto al Prius, la suspensión no tiene nada que ver.
Preguntando por la posibilidad de meter más caballos a los modelos F Sport, de momento no está en proyecto (o no lo pueden admitir). Capacidad tecnológica para sacarle más jugo a los coches hay, ahí tenéis el Lexus LFA, cuando a Toyota le da la gana puede sacar aparatos muy interesantes, solo tienen que quitar los frenos a los ingenieros.
Por cierto, menudo aparato el LFA. Ya me subí en él una vez, lo arranqué, y lo puse a 9.000 RPM… estando parado. Y bastante concesión fue, solo habrá 500 en todo el mundo. En España solo hay un LFA en manos privadas, se matriculó en Canarias, para que luego digan de las islas.
Me quedé embobado mirándolo de nuevo… porque esta vez sí iba a poder catarlo en condiciones. Sí, habrá vídeo…
En Motorpasión | Gama Lexus F y F Sport, prueba en el Aeropuerto de Ciudad Real ("parte 2":https://www.motorpasion.com/pruebas-de-coches/gama-lexus-f-y-f-sport-prueba-en-el-aeropuerto-de-ciudad-real-parte-2)