Ford Fiesta ST, miniprueba en el Circuit de Catalunya

En su día nos quedamos con las ganas de exprimir a fondo el Ford Fiesta ST, por más que lo probamos en la presentación internacional (no os perdáis ni la primera parte ni la segunda, que va con vídeo). Allí Javier Costas se trabajó el utilitario más deportivo de la marca del óvalo en carretera, y ayer mismo lo pudimos llevar al corte en la pista del Circuit de Catalunya.

Del Ford Fiesta ST ya no queda mucho más que contar en cuanto a datos, lo tenéis todo en los enlaces anteriores, así que un humilde servidor se limitó a pasárselo como un niño con una piruleta en el parque. Pero ojo, porque esta es una piruletilla de 182 CV, y jugar con ella en el parque equivale a rodar en una pista tan exigente para un coche como es la de Montmeló.

Y nada, ahí estaba yo, y ahí estaba él.

Ayer hizo un sol bastante intenso en el circuito, aunque la temperatura se aguantaba bien. Eso sí, teníamos un problemilla práctico, y es que la pista estaba sucia; sucia de goma, una circunstancia que hacía que durante la primera vuelta, con neumáticos fríos, fuéramos recogiendo toda la goma del suelo para luego, a partir de que las cubiertas estuvieran atemperadas, ir escupiéndola en forma de bolas como gato que escupiera pelo en una carrera de cuádrigas a lo Ben-Hur ST.

Eso nos situaba en un escenario algo más divertido de lo normal, metralla de caucho aparte, porque la adherencia se vería algo afectada durante unas tandas que prometían ser algo intensas. Había que probar el Ford Fiesta ST a cuchillo, como nunca se debe hacer en carretera. Para eso están los circuitos.

Y sí, esta es la gracia del coche en cuestión: permite una conducción normalita con comodidad, tal y como nos explicó Javier, pero también nos va a dejar que lo llevemos al límite. Además, como tiene los tres modos para el control de estabilidad, uno puede elegir hasta dónde arriesga en cada vuelta. Yo me incliné por probar los dos extremos.

Ford Fiesta ST en aceleración y frenado

Pero empecemos por lo primero. ¿Tira o no tira? Pues sí que tira, sí. Al fin y al cabo, el FordFi ST es un bichillo de 1.163 kg que se mueve con un propulsor 1.6 182 CV de inyección directa, distribución variable y una turbocompresión cuya turbina de baja inercia contribuye a que se obtenga buena parte de su potencial desde bajas vueltas.

No quiero aburrir (más) con el tema del motor EcoBoost, así que quien no sepa de qué hablo tiene toda la explicación aquí. A la hora de tirar millas, este motor aporta al Fiesta ST un momento de fuerza de 240 Nm que alcanza los 290 Nm en un overboost de hasta 20 segundos, para sobreempujones de última hora. Esto, en conjunción con la caballería rusticana que encierra bajo el capó, da unas respuestas más que respetables.

Y en este momento, en plena aceleración, los más frikis del lugar experimentarán un hormigueo ascendente por la espalda y la nuca cuando entre en funcionamiento el Sound Symposer. Se trata de un resonador conectado directamente al colector de admisión que por medio de una membrana envía música celestial a una caja de resonancia ubicada en la parte baja del salpicadero.

Total, que cuando le pisas con ganas en las rectas del circuito, dentro del habitáculo suena el Ave María de Schubert en su versión para cuarteto de combustión. Tenemos ruido y tenemos nueces. Y si vamos con tranquilidad (es decir, a la vera de los boxes) el sonido es de lo más normalito: el Sound Symposer respeta el descanso de los vecinos... o de nuestra cabeza si tenemos el día Flanders.

Pero hoy no pasa eso, hemos venido a correr. Y claro, todo lo que aceleras tienes que decelerarlo. Como no estamos mirando consumos, que nos han regalado la gasolina y eso hay que aprovecharlo, tiramos de frenos hasta que ardan si es preciso. Los discos, ventilados de 278 mm en las ruedas delanteras y macizos de 253 mm en las traseras, deben encargarse de quitarnos velocidad antes de cada curva. Y vaya, si lo consiguen.

A lo largo de todo el recorrido no uso más que tercera y cuarta; la quinta y la sexta no han lugar, porque en las rectas aprovechamos para reunificar el grupo de coches, y la segunda... ¿mande? En tercera el Fiesta ST es capaz tanto de levantar el vuelo como de pasear tranquilamente. Y llevándolo al corte de inyección, reacciona de forma aceptable. Recordemos que los 182 CV los entrega en las 5.750 rpm.

Bueno, va, lo bajamos un poquito de vueltas, que también sabe mal.

Dinámica y estabilidad

Si en una bolsa introducimos a ciegas una tracción delantera con 182 CV de potencia y una masa en vacío de 1.163 kg y luego metemos la mano, ¿qué nos sale? Cualquiera diría: un subvirador nato, ¿verdad? Pues no. El Ford Fiesta ST es noble como quedan pocos caballeros ya en la vida.

Hombre, si haces el memo con el volante acabarás dándote un paseo por la grava, como es lógico, pero si te mantienes dentro de unos parámetros razonables el coche se mueve muy bien. El tacto de la dirección es preciso y permite un trazado muy fiel. Que la suspensión sea baja y algo durilla nos acaba de aportar estabilidad... aunque al ir a fuego en la chicane nueva haya quien levante rueda.

Habíamos dicho que la pista estaba sucia, ¿cierto? Pues resulta bastante curioso ver cómo el coche que llevas se convierte en un lanzabolas de goma. Pero no hay cuidado, porque en los giros más duros estamos repoblando el caucho que hemos arrancado del asfalto. ¿Subvirar, decíamos antes? ¡Pero si hay momentos en los que el FordFi empieza a irse de culo!

Para añadir un poquito de emoción al asunto, tras una de las curvas los chicos de Ford Racing nos han colocado unos conos para que practiquemos el noble arte del slalom a buen ritmo. Es en este punto donde me quedo con la boca abierta cuando veo cómo traza los giros esta fierecilla. En serio, pasando conos es donde veo ya de forma definitiva que el Fiesta ST es un coche divertido y muy, muy manejable.

Hablando de manejos me voy a la comodidad. Los asientos Recaro que monta el Fiesta ST son especialmente cómodos. Quien haya tenido a bien leerme en presentaciones sabe que siempre soy pejiguero con el puesto de mando, porque entiendo que la ergonomía es un elemento fundamental en un coche. Con estos asientos, desde luego, no hay pega alguna en cuanto a confort. En cuanto a uso, en los reglajes quizá hubiera agradecido poder bajar algo más la banqueta.

Control de estabilidad, ¿sí, no o a medias?

La primera tanda la doy con el control de estabilidad activado al 100 %. Nos lo han explicado en el briefing anterior a la salida a pista, y luego lo comentaremos con los compañeros: el control de estabilidad que incorpora, aun estando activado, deja que uno se equivoque para luego reconducir la situación (bueno, y el coche). Vamos, que no es intrusivo.

Esto en circuito permite que a uno se le vaya ligeramente la olla para, justo antes de comer grava, dejar que el control de estabilidad frene selectivamente las ruedas correspondientes y acabar trazando por donde realmente queríamos. Otros ESP no te dejan ni moverte del sitio, así que se agradece el detalle.

Como he venido a pasármelo bien, selecciono el modo Sport, es decir, el que te deja ir un poco más allá, porque incrementa el umbral de actuación del ESP y... Vaya, con la pasión y la locura del momento he quitado absolutamente todo el control de estabilidad. Me he colao, pero, ¿qué demonios? ¡Hemos venido a jugar!

Así que ahora mismo voy a pelo, salvo el ABS y el diferencial electrónico eTVC, que van a seguir presentes aunque desde luego el ABS no lo voy a usar para nada. El diferencial me temo que sí, porque ahora hay curvas en las que empiezo a ir de lado. Y sí, hemos entrado ya en terreno pantanoso, pero será que ya no soy tan Eduardo Manosmanoplas como solía ser, porque acabo de dar mis vueltecitas a Montmeló sin complicaciones.

Será que voy aprendiendo... y que el coche va bien. Tanto en los momentos en los que hay transferencia de pesos --suave, siempre suave-- como en los poquísimos momentos en los que todo se mantiene en su sitio, se nota una estabilidad más que generosa que no hace sino transmitir buenas vibraciones.

Ahora me queda la duda de cómo será lo de ir con el control de estabilidad a medias en el Ford Fiesta ST, pero pronto llegarán los invitados de los concesionarios, que ahora están en el briefing, y algo me dice que tendría que dejarles un poquito a ellos también. Pues vale, haremos caso a esa vocecilla, pero conste que hacía mucho tiempo que no me costaba tanto soltar una piruleta.

Aclaración:
En la galería de fotos aparecen algunas unidades del Ford Focus ST a las que ayer les echamos el guante también, aunque a este modelo ya se le conoce sobradamente y por eso no lo mencionamos en el texto. En pocas palabras, el compacto es más fiero que el Fiesta ST y se mueve con mucho más brío, aunque le falta la parte más diablilla del utilitario.

En Motorpasión | Ford Fiesta ST, presentación y prueba con vídeo en Francia (parte 1, parte 2)

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