Audi A1 1.6 TDI, prueba (conducción y dinámica)

Ya que ayer empezamos nuestro repaso al Audi A1 1.6 TDI de 105 CV, hoy continuamos con aspectos más técnicos, como los relacionados con su motorización, y también con información más interesante para alguien interesado en el modelo, como su comportamiento en ciudad o carretera.

Nuestra prueba estuvo centrada, por razones de tiempo y logísticas, en el ámbito que mejor le viene al pequeño de Audi, la ciudad. Prácticamente la totalidad de la prueba, salvo alguna incursión en vías interurbanas y autovías para comprobar sus bondades y hacernos una idea sobre consumos, tuvo lugar en zona urbana.

De cualquier manera, y antes de meternos en harina, vamos a ver las características de su nuevo 1.6 TDI de 105 CV, que por cierto, también se ofrece en una variante menos potente de 90 CV. Este 1.6 sustituye al anterior y menos refinado 1.9 TDI de inyector-bomba del grupo VAG.

1.6 TDI

Con sus 1.598 centímetros cúbicos de cilindrada, este TDI con tecnología Common-Rail y turboalimentado desarrolla 105 CV a 4.400 RPM y un par máximo de 250 Nm entre 1.500 y 2.500 vueltas. De serie equipa sistema Start & Stop y está acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades.

Sus 1.250 kilogramos de peso en vacío permiten obtener unas prestaciones sobre el papel que no están mal, aunque podrían ser mejores teniendo en cuenta que se trata de la opción más potente de la gama diésel. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos y alcanza los 190 km/h.

Lo mejor del 1.6 TDI es que gracias a su reducida cilindrada y a que equipa el sistema de arranque y parada automática del motor, consigue homologar un consumo medio de 3,9 litros a los cien kilómetros y unas emisiones de sólo 103 g/km de dióxido de carbono, por lo que está exento de pagar el impuesto de matriculación.

En la práctica, el consumo de combustible es algo más elevado que el que homologa. Por carretera podemos conseguir consumos buenos, entre los 4,5 litros (a ritmo normal y sin forzar) y los 5,5 litros (si vamos un poco más alegres). En ciudad, por su parte, es fácil superar los 6 ó 7 litros si conducimos de forma despreocupada.

La media general que obtuvimos nosotros en recorridos en los que predominó el ámbito urbano fue de 6,1 litros a los cien, una cifra que no está mal si tenemos en cuenta que la prueba tuvo lugar en una zona infestada de rotondas y badenes, que ayudar no ayudan a rebajar el consumo.

La autonomía real, aunque depende del estilo de conducción, la carga y, por tanto, del consumo que obtengamos, puede llegar a los 800 kilómetros, o incluso algo más. La capacidad del depósito de combustible, por cierto, es de 45 litros, como en todas las variantes de su primo, el Seat Ibiza.

Conducción y dinámica

Una vez montados en el coche, y tras ajustar nuestro asiento y los espejos, nos disponemos a meter la llave en el bombín cuando nos damos cuenta de que no es necesario. Con nuestro acabado Ambition se incluye la llave inteligente, así que arrancamos mediante un botón.

La postura de conducción, como comentábamos ayer, es bastante cómoda. La posición no es tan baja como en el Mini, por ejemplo, así que tenemos una mejor visibilidad tanto delantera como trasera, ésta última gracias principalmente a los grandes retrovisores exteriores.

Una vez arrancado, el 1.6 TDI no se muestra demasiado ruidoso, aunque en frío sí puede hacer más ruido de lo habitual. No obstante, en marcha y en un rango de vueltas “normal”, es silencioso. Como hemos dicho, es bastante más refinado que el 1.9 TDI al que sustituye, tanto por rumorosidad como por vibraciones.

El motor se muestra enérgico en las primeras marchas y además, gracias a que ofrece su par máximo a bajas vueltas, permite rodar por ciudad con relativa tranquilidad y sin tener que hacer demasiado caso al cambio de marchas. Su cifra de aceleración no es brillante, pero en la práctica gana velocidad sin demasiado esfuerzo.

En carretera, a velocidades legales de unos 120 km/h, el Audi A1 con este motor mantiene un régimen de giro ligeramente superior las 2.200 vueltas por lo que el propulsor va desahogado y en la franja en la que ofrece el par máximo, por lo que todavía podremos exigirle en caso de que necesitemos adelantar, por ejemplo.

El tacto del volante, los pedales o la caja de cambios nos invita a disfrutar conduciendo el coche, ya que es muy suave y agradable, sin llegar a ser blando. Si a esto le sumamos una postura cómoda, tenemos un coche que sin ser especialmente deportivo es divertido de conducir.

La suspensión delantera es de tipo McPherson y la trasera es un eje semirígido de barra de torsión, una solución muy típica en este tipo de coches. A pesar de ello, el eje trasero se comporta como debería, y no resulta demasiado saltarín ni ineficaz en zonas reviradas.

Tanto en recta como en curva lo que más llama la atención del Audi A1 es la sensación de aplomo y estabilidad que transmite, que llega incluso a sorprender gratamente cuando pensamos que lo que llevamos entre manos mide menos de cuatro metros de largo.

A pesar de todo, la suspensión es cómoda tanto en carretera como en ciudad. El equilibrio entre comportamiento y comodidad está conseguido hasta el punto de que disfrutarán del coche tanto una señora que quiera pasear tranquilamente como una persona más jóven que quiera disfrutar de la conducción.

La dirección es probablemente uno de sus puntos flacos, y no por su tacto, que es muy bueno, sino por lo poco comunicativa que se muestra. De cualquier manera, es muy fácil marcar el camino del coche y todavía más fácil la forma en que éste sigue tus órdenes, sin rechistar.

Si forzamos demasiado o entramos muy pasados en una curva, lo más probable es que saquemos a la luz su carácter subvirador. No obstante, es un coche que resulta muy fácil de llevar rápido por lo que deberíamos ir demasiado fuerte para buscarle las cosquillas.

La pregunta del millón es… ¿está el A1 a la altura de un Mini Cooper en cuanto a cualidades dinámicas se refiere? Sin duda es un coche más cómodo, pero no llega al nivel de agilidad del Mini. En zonas lentas éste se desenvuelve mejor y no tiende tanto a “morrear” como el de los cuatro aros.

Por el contrario, y siempre bajo mi punto de vista, veo al Audi A1 más capaz en zonas reviradas y con muchas curvas que a su competidor francés, el Citroën DS3, y si me apuras, también más apto que el Alfa Romeo Mito. En cuanto a comportamiento, el Mini es mucho Mini, pero hay que dejar claro que el Audi A1 no lo hace nada mal.

No obstante, estamos ante una versión que no es especialmente deportiva, aunque equipe la suspensión opcional, pero sí divertida de conducir. Dinámicamente está a la altura de las circunstancias, pero lo que ofrece el TDI nos puede dejar con ganas de más. En ese caso, la marca ofrece opciones tan interesantes como el 1.4 de gasolina en dos variantes de potencia: 122 y 185 CV.

Éste último, el 1.4 TFSI de 185 CV, es sin duda uno de los pequeñines que mejores críticas ha recibido. Con este motor, el Audi A1 es un auténtico cohete. ¿Lo peor? Que todavía no lo hemos probado a fondo. Creo que debería ser un firme candidato a formar parte de nuestra lista de futuras pruebas, ¿no creéis?

Mañana seguiremos con todo lo relacionado con las diferentes versiones del A1 y también hablaremos sobre la enorme oferta de equipamiento que nos permite prácticamente duplicar el precio del vehículo a base de añadir opcionales.

Continuará...

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