Audi A1 1.6 TDI, prueba (exterior e interior)

El pequeñín de Audi, el Audi A1, fue uno de los lanzamientos más esperados del año pasado tanto por el público como por la propia prensa. Teníamos ganas de saber cómo sería el pequeño urbano de los cuatro aros que llegaba para plantarle cara directamente al todopoderoso Mini que tanto éxito ha cosechado.

A día de hoy, ya se ven más unidades rodando por la calle, pero hace unos meses, cuando lo probamos, todavía seguía atrayendo un gran número de miradas curiosas que se debían preguntar qué era ese mini A-3 tan “cuco”, en nuestro caso de color azul y con el arco del techo contrastado en color plata.

Por dimensiones, el Audi A1 se encuentra en el grupo de utilitarios que no superan los cuatro metros de longitud y comparte plataforma con sus primos del grupo VW como el Seat Ibiza o el Volkswagen Polo. Para ser exactos, mide 3,95 metros de largo (bastante más que el Mini), 1,74 metros de ancho y 1,41 metros de alto.

Diseño exterior

Como no podía ser de otra forma, el ADN de diseño de la marca alemana que impregna todos sus modelos también está presente en el A1, un urbano sobrio y elegante, con mucha clase. A simple vista podría parecer un simple modelo a escala de su hermano mayor, el Audi A3, pero a mi parecer sus líneas lo hacen mucho más fresco y atractivo que éste.

El frontal, que incorpora la típica parrilla con borde cromado, se distingue del resto de modelos de Ingolstatd por la interesante forma de sus faros, que en nuestra unidad eran de xenón e incorporaban las luces de marcha diurna en tecnología LED.

Quizá lo más llamativo de estos LED en comparación con otros Audi es que a simple vista se aprecia una línea de luz continua, en la que no diferenciamos cada uno de los diodos como en otros modelos anteriores. La línea queda perfectamente dibujada y llama más la atención.

La parte inferior del frontal también es llamativa. Los faldones tienen formas que aportan un plus de deportividad y los faros antiniebla tienen un marco cromado que resalta su ubicación. De perfil, lo que más llama la atención junto a la marcada línea de cintura es el arco de techo contrastado, que es de color plata, al igual que las carcasas de los retrovisores.

Las llantas que montaba nuestra unidad eran de 17 pulgadas, aleación ligera y en diseño de 5 radios bicolor. A diferencia de otras de las que oferta la marca, más elegantes, éstas no pasan desapercibido y son centro de muchas miradas y comentarios. También aportan al pequeñín un cierto carácter deportivo. Las gomas que montaba eran Goodyear EfficientGrip en dimensiones 215/40 R17.

La trasera es la parte en la que encontramos más diferencias de opiniones. Sus formas, tan redondeadas, hacen que mucha gente vea el A1 como un coche enfocado a mujeres, aunque la verdad, con la configuración adecuada de pintura, llantas y arco de techo, es un coche que más de un hombre querría tener.

Un discreto alerón de techo, la salida de escape cromada (en algunas versiones pueden ser dos salidas, aunque no es el caso), los grandes grupos ópticos en tecnología LED y los cuatros aros o el distintivo A1 rematan el diseño de la zaga.

Interior

Si alguien sabe hacer interiores a la altura de las circunstancias, con independencia del tamaño del modelo, es sin duda Audi. Una de las principales bazas del Audi A1 es su trabajado interior, no sólo por diseño sino también por calidad de materiales y nivel de acabados.

Ese carácter premium que el A1 tenía que tener para competir con el Mini está más que conseguido. De hecho, en mi humilde opinión, el habitáculo del A1 no es sólo más amplio y agradable, sino también de mayor calidad y con un diseño realmente atractivo, aunque sin demasiados adornos, más allá de la forma de los difusores de aire.

Para empezar, los asientos, que en nuestra unidad eran de cuero bitono, son muy cómodos y sus generosas orejas recogen bien el cuerpo. La postura de conducción es todo lo buena que debería ser en un coche de sus características y el volante multifunción, como en todo Audi, es muy agradable al tacto y tiene un diseño (redondo, no achatado por la parte inferior) que gusta a casi todo el mundo.

En general, la disposición de los mandos en la consola es la adecuada, y no hay demasiados, por lo que no nos volveremos locos buscando el botón o la ruedecita que necesitemos. El uso de las diferentes funciones o sistemas del vehículo es bastante fácil e intuitivo.

La pantalla multifunción desplegable (se despliega o esconde al pulsar sobre ella) del centro del salpicadero muestra tanto datos de navegación como del vehículo, del sistema de audio, etc… Y hablando del sistema de audio, hay que apuntar que nuestra unidad contaba con un cargador de CDs en la guantera.

Otros elementos que merece la pena mencionar de nuestro Audi A1 son el techo panorámico corredizo de cristal, el reposabrazos central y sobre todo, la iluminación interior. Varias personas a las que llevé en el coche me comentaron lo acogedora que resultaba la iluminación del coche (zona de los pies, manetas de las puertas…) cuando se circula de noche.

Quizá entre los puntos negativos más acusados se encuentre la amplitud de las plazas traseras, que aunque son dos, resultan estrechas para un adulto de tamaño medio. La plaza trasera central, que no existe como tal, acoge un módulo de plástico con portaobjetos y portabebidas.

En definitiva, el interior del Audi A1 da una sensación de mayor calidad, tanto por materiales como por acabados, como ya hemos comentado, que las de otros utilitarios premium como el Alfa Romeo Mito, el Mini o el Citroën DS3, por ejemplo.

Quizá uno de los puntos negativos del coche (por algún lado hay que buscarle las cosquillas) sea su maletero. No es excesivamente amplio, pero con un volumen de 270 litros (920 con la fila de asientos traseros abatida, aunque la superficie no es completamente plana) sí que le da un buen repaso a su competidor más directo, el Mini Cooper, que tiene sólo 165 litros de capacidad. No obstante, se queda un poco por detrás del Volkswagen Polo (280 litros ) o el Citroën DS3 (285 litros).

Otro detalle que me parece importante apuntar es el de los dobles pilotos traseros (dejad que me explique). Los grupos ópticos traseros del A1, incluidos los intermitentes, se encuentran en el portón del maletero, por lo que si lo abrimos, desde atrás no se verían las luces. No obstante, la solución de Audi es sencilla, incorporar en los laterales del maletero dos pilotos (podéis ver foto en la galería) que permiten que otro coche que venga por detrás vea las luces de emergencia o de cruce incluso con el portón abierto (en caso de avería o pinchazo, por ejemplo).

Mañana seguiremos con la prueba del Audi A1 1.6 TDI, concretamente con la parte que corresponde a sus cualidades dinámicas, el comportamiento de su motor diésel y las sensaciones que tuvimos al volante. No os lo perdáis.

Continuará...

En Motorpasión | Audi A1 1.6 TDI, prueba (conducción y dinámica, equipamiento y versiones, valoración y ficha técnica)

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 21 Comentarios