Estos días estamos echando una mano a los compañeros de Xataka, que andan liados con la selección de candidatos a los Premios Xataka 2017. Desde hace ya algunas ediciones, colaboramos en la parte de tecnologías relativas al mundo de la Automoción. Se trata de aportar tecnologías que se encuentren a la venta en España desde que se cerró la anterior edición de los premios, hasta ahora.
El caso es que estábamos debatiendo en el equipo de la redacción sobre el asunto, y surgió un ejemplo que nos da para reflexionar acerca del ciclo de vida en el mundo del Automóvil, y que no siempre es fácil de transmitir a la gente de tecnología. El ejemplo se llamaba Audi Matrix Laser technology.
Audi Matrix Laser technology
"Faros láser, de Audi, pero ahora tengo la duda de si BMW los sacó antes en el i8", dijo Daniel Murias para abrir boca. Rápidamente encontré el enlace: "El rifirrafe entre Audi y BMW por los faros láser ya tiene un ganador", había publicado Héctor Ares en... ¿2014? Cómo pasa el tiempo...
Me quedé con la mosca tras la oreja. Yo recordaba haber publicado lo del Audi Matrix Laser hace mucho, mucho tiempo. Lo busqué también. "Tras las luces led, el rayo láser de Audi", a finales de 2011. Y, efectivamente, al pie de la noticia teníamos el enlace sobre el trabajo de BMW con los faros láser, publicado por nuestro ex-compañero y amigo mío en lo personal Hatzive, tres meses antes.
Lo expliqué en la redacción, fuera de nuestro equipo de trabajo habitual, a los coordinadores editoriales. A medida que comentaba la anécdota surgió un tema. Los faros láser de Audi, que ahora están en el mercado como novedad absoluta, los tenemos en la cabeza desde 2011 por lo menos. Y a saber cuándo comenzaron en forma de esbozo, en la mesa de algún ingeniero de Ingolstadt.
Vida de este producto, un concepto que difiere entre el mundo tecnológico y el mundo automovilístico
Cuando Steve Jobs presentó su primer iPhone en enero de 2007, sentó las bases para el rediseño de toda una industria. Quizá por eso se le suele poner como ejemplo de transformación tecnológica. Sin embargo, no inventó Jobs la meteórica vida comercial del gadget, que encuentra su ejemplo tipo en el dispositivo que casi envejece en cuanto acaba de pasar por la caja de la tienda donde lo adquirimos.
De hecho, el iPhone X y el iPhone 8 han protagonizado en los últimos tiempos una batalla caracterizada por el fuego amigo, o por el enemigo dentro de casa, según se mire. El riesgo de canibalización por un hermano de catálogo demasiado avanzado existe, y existe en parte por el frenético ritmo al que se mueve esa industria.
De vuelta a la elección de candidatos a los Premios Xataka, es un fastidio tener que explicar a nuestros compañeros tecnológicos que, contrariamente a lo que podrían esperar, en Automoción apenas se han producido novedades de verdad, palpables y comercializadas en España, durante estos últimos doce meses. Que algo hay, claro que sí, pero que no es comparable a lo que tienen ellos preparado en las enormes listas de teléfonos, tablets o portátiles.
Vamos, nada nuevo respecto a lo que les conté a los compañeros del programa 'Zoom Net' de RTVE el año pasado, cuando me preguntaron cuáles eran las novedades del año en los Premios Xataka cuanto a Motor. Más que novedades, hay evoluciones sobre algunos temas generales: ADAS, conectividad e infoentretenimiento (sin que este último bloque constituya una gran novedad). El programa completo de 'Zoom Net' se puede ver aquí, y la gala de entrega de los Premios Xataka 2016, aquí.
Por más que el sector de la Automoción esté bebiendo de las fuentes de la gadgetología y la conectividad para vender, cada vez más, pantallas antes que motores, como demostró el último Mobile World Congress, las vidas de producto no son comparables, entre otras cosas porque las inversiones en desarrollo y por tanto las necesidades de obtención de rentabilidad no son comparables. Todavía.
Y hablando sobre vidas de producto, llegamos pronto hasta un concepto clave: los concept-cars (valga la redundancia conceptual): el punto de partida de los diseños de coches, y también el punto de partida de las tecnologías que al final acaban utilizándose en los coches. Aunque tarden más de seis años en llegar al mercado.
Y un rato más, hasta llegar al coche que se ha comprado tu vecino.
Concept-cars: lo que vendrá (o quizás venga, o no)
Si tuviera que explicar qué es un concept-car a alguien que no estuviera muy al tanto del asunto, empezaría traduciendo la expresión como "coche conceptual", porque en principio un concept-car es eso mismo: una declaración de intenciones sobre lo que vendrá en un futuro.
Tanto da que hablemos de diseño como de tecnologías incorporadas. En cualquier caso los concept-cars son declaraciones de intenciones. Hay fabricantes que priorizan más las claves de tecnología sobre las claves estéticas, y así tenemos ejercicios como el de Audi y BMW con los faros láser, aunque para explicar de un modo visual el nacimiento de un modelo, puede ser más plástico recurrir al coche conceptual de líneas llamativas, o hasta controvertidas.
Cuando en 2013 Lexus presentó el Lexus LF-NX Crossover Concept, muchos nos llevamos las manos a la cabeza. Todavía nos costaba aceptar lo de la parrilla enorme, y para colmo los japoneses se liaron a hachazos con las líneas de aquel SUV, hasta hacer de la arista una razón de ser en un diseño automovilístico.
Bien, pues aquel coche conceptual estaba recogiendo las líneas de Lexus y potenciándolas para darnos a entender que la firma de coches premium de Toyota piensa seguir ese lenguaje de diseño durante muchos años.
Si tuviera que seguir explicando lo que es un concept-car y mi interlocutor me pusiera cara de no saber de qué le hablo, igual le sacaría una foto de Trendencias para comentarle que, de forma análoga a lo que ocurre en ocasiones en el mundo de la Moda, presentar en la pasarela un modelo algo loco no significa que eso vaya a salir a la calle tal cual, sino que quizá indica sólo una cierta tendencia o un determinado interés en una zona de la prenda.
Al consultar este espinoso tema con el equipo de la publicación de Moda de nuestra casa florecieron los ejemplos, pero el que más me sirve para ilustrar esta idea es tan sencillo como esto:
Dentro de un montón de momentos en los que los desfiles de moda se les fueron de las manos a los diseñadores, los guantes enormes no me sugieren que en un futuro los hombres vayamos vestidos de Eduardo Manosmanoplas, sino que me evoca la importancia que le da el diseñador a esa prenda de vestir en concreto.
Y, ojo, ¿quién sabe si en un futuro los vaqueros con ventana de plástico o incluso los vaqueros-tanga no serán una prenda más que veamos por la calle? ¿O no se consideraba propio de garrulas lo ir "con mi chandal y mis tacones, arreglá pero informal", como cantaba Martirio? Pues me aseguran en Trendencias que eso pensaban ellas cuando este pasado verano tuvieron que hablar sobre el rescate de los pantalones de chandal Adidas Originals, y sobre cómo están triunfando en combinación con camisas y con mules o con zapatitos de tacón. Ver para creer.
El mundo de los concept-cars viene a ser por un igual. Centrándonos solamente en la parte estética, lo mismo te encuentras el frontal de un Lexus que te parece un disparate a lo Tiburón de 'Moonraker', y luego llega a ser una realidad extrapolable a toda una familia de modelos...
... que ves las líneas del Renault Trezor y te maravillan como ejemplo...
... antes de que tu compañero Daniel Murias te recuerde que no hay nada nuevo en el lenguaje de diseño empleado por esa marca para ese concept-car, salvo la exageración de las formas. Porque, de hecho, las líneas ya las conociste en 2008, cuando viste por primera vez el concept-car del Renault Mégane Coupé.
Y el resto es eso: exageración, reafirmación. Como el tío de los guantes enormes.
Hasta tal punto puede llegar la exageración, que a veces nos encontramos con coches conceptuales que no van más allá del mero concepto, como el sistema de puertas locas que aportó a la causa (es un decir) el Yo-auto Yo-concept, tal y como muestra el siguiente vídeo en un ejercicio que quizás nunca más vea la luz. Ojo... ¿o quizá sí? De eso se trata.
Y estas estábamos nosotros, hablando de lo complicado que puede llegar a ser comprender y dar a entender este mundo nuestro, cuando Antonio Ortiz, confundador de nuestra empresa editora y muchas cosas más, me dijo: "Oye, ¿y por qué no escribes un artículo sobre 'lo que la gente de gadgets no entiende sobre la tecnología del Motor'?". Y luego llegué hasta aquí.