No es grafiti, casi es brujería: este artista convierte bloques de hormigón en arte tridimensional con coches

De empezar haciendo simples firmas y pintadas clandestinas en las paredes de su humilde ciudad natal a convertirse en un reconocido maestro del espray que solo trabaja por encargo: Sérgio ‘Odeith’ es un artista portugués autodidacta que se ha especializado en crear anamorfosis o ilusiones ópticas en 3D capaces de hacerte volar la cabeza.

Un muro reconvertido en un viejo autobús escolar o una pared de la que parece "colgar" un bólido del eterno Ayrton Senna desafiando a la gravedad son dos ejemplos de cómo trabaja este ilusionista que, con herramientas tan simples como son los aerosoles y la única ayuda de su imaginación, se ha convertido en un referente del arte callejero con una técnica inigualable.

No todo es siempre lo que parece…

Si no fuera por el vídeo del proceso creativo de una de las obras que más notoriedad le han dado a ‘Odeith’ en todo el mundo (y no es de extrañar), viendo solo el resultado final podríamos pensar que se trata de un verdadero autobús escolar con mucha historia que contar.

Jugando con la luz natural del espacio y con los elementos de su entorno, el artista portugués demuestra tener una perspectiva matemática y habilidad artística a otro nivel.

Parece imposible que solo con su imaginación y unos cuantos botes de espray pueda ser capaz de engañar a nuestra mente para hacernos pensar que estamos ante un vehículo real. Eso sí, siempre que lo miremos desde la perspectiva adecuada.

anamorfosis

Hoy en día, en pleno auge del arte digital y de la inteligencia artificial, técnicas en 3D como la suya (que él mismo define como un estilo oscuro de anamorfosis, o “3D sombrío”) nos hacen apreciar aún más de lo que es capaz el ser humano cuando se lo propone.

Incluso viendo cómo cobran vida sus trabajos (cuidado, su canal de YouTube es adictivo), la precisión con la que pinta es difícil de creer.

Fuente: 'Odeith'

Además de por pintar todo tipo de vehículos en 3D, 'Odeith' también es conocido por sus insectos gigantes y su peculiar técnica de “lettering”. Y aprendió por sí mismo.

Nacido en Damaia (Portugal) en 1976, cogió su primer espray cuando tenía poco más de diez años, aunque no fue hasta mediados de los 90 cuando tuvo su primer acercamiento “más serio” al mundo del grafiti.

Fuente: 'Odeith'

Tras quedarse cautivado viendo a unos grafiteros pintar un mural a las afueras de su barrio, Carcavelos, en el que el arte callejero tuvo mucha influencia empezó su propio camino.

Siempre tuvo pasión por el dibujo, pero abandonó la escuela a los 15 años y nunca dio clases de arte. Sus primeros experimentos fueron pintadas ilegales en las calles y en las vías del tren de Sintra.

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Poco a poco, y a base de mucha práctica, la evolución fue llegando en forma de murales a gran escala en su Portugal natal. También a su firma, que pasó de ‘Eith’ a ‘Odeith’.

En paralelo a su afición al arte callejero llegó a tener incluso su propia tienda de tatuajes (desde 1999 a 2008), pero le pudo su gran pasión. Vivió en Londres y viajó por todo el mundo para ir perfeccionando su técnica hasta convertirse en referente por derecho propio.

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Actualmente ‘Odeith’ vive en Lisboa, donde se centra exclusivamente en hacer trabajos de estudio y murales por encargo (tanto en edificios públicos como privados) que destacan por su hipnótico realismo.

Otras formas de crear arte en 3D

Fuente: 'Odeith'

A menudo el grafiti se ha asociado con el vandalismo pero, sobre todo en las últimas décadas, los auténticos artistas del espray han demostrado que el Street Art que nació en las calles neoyorkinas es algo más que un puñado de chavales firmando en las paredes cuando cae la noche.

Poco a poco esta forma de expresión ha ido invadiendo la cultura contemporánea, introduciendo incluso nuevas dinámicas sociales y económicas en los ámbitos urbanos. Las obras de arte en 3D, cada vez con más protagonismo en esta escena, pueden tener muchas formas.

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De la técnica anamórfica del propio Odeith y otros artistas como Alexis Facca a las fachadas “trampantojo” de Patrick Commecy, pasando por las ya míticas pinturas a la tiza que artistas como Baranowski hacen en plena calle o el impresionante trabajo de Alice Pasquini, cuyo proyecto “Underlayers” es una de sus obras más reseñables.

Cada autor tiene una forma muy personal de jugar con las ilusiones ópticas para llevarnos a su propio terreno de fantasía artística, aunque la apasionante obra del portugués Sérgio Odeith haya cautivado nuestro corazoncito petrolhead.

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