Los depósitos de combustible de nuestros queridos coches con motor de combustión interna tienen una zona llamada reserva. Con la cantidad remanente en la misma podemos recorrer una distancia considerable hasta encontrar una gasolinera y rellenar de nuevo del depósito, suele rondar los 7-8 litros en la mayoría de modelos.
Existe vida más allá de la reserva, por el mero hecho de encenderse el piloto no hay que llevarse las manos a la cabeza ni que ponerse histérico, el coche aún aguanta cierto tiempo. Con la aparición de los ordenadores de a bordo se ha hecho más fácil saber cuánto nos dura la reserva, aunque no todas las marcas dan esa información.
Por ejemplo, los Renault y Dacia no son dados a que se les apure la reserva, puesto que cuando llega la autonomía a cierto nivel, el indicador pasa a mostrar simplemente “—”. Alguno de los presentes ha experimentado la sensación de terror cuando el marcador de autonomía llega a “0 km”, ¿qué pasa entonces?
Pocas veces he llegado a apurar de esa forma un depósito, primero por salud mental, segundo para evitar que el sistema de inyección se coma toda la porquería que se acumula en el depósito, perjudicial para elementos como los inyectores. Lo cierto es que cuando los ordenadores marcan que ya no hay más caldo, aún queda un poco.
No es difícil encontrar testimonios de gente que ha conseguido hacer hasta 50-60 km adicionales cuando el ordenador ya les anunciaba una llamadita a la grúa o un paseo hasta la gasolinera. Por ejemplo, recientemente km77 ha vaciado el depósito de su Golf 1.4 TSI DSG para comprobar cuánto dura esta segunda reserva.
Para ello han utilizado un circuito, concretamente el del Jarama, para evitar provocar situaciones de peligro a otros conductores. Al final le han sacado 64 kilómetros. Resulta curioso, pero el llenado desde ese punto de vacío supera con margen los 55 litros que declara Volkswagen que tiene el depósito.
Entre mis métodos para evaluar consumos suelo tomar como cierto el “0 km” del ordenador como el depósito vacío, aunque en realidad el coche aguanta un poco más. Por ello, siempre que anuncio un consumo debería poner la coletilla “o un poco menos”, pero no me parece necesario hilar tan fino.
Siempre que sea posible hay que evitar llegar a ese punto límite de la segunda reserva, ya que apurar este combustible puede salirnos muy caro en forma de avería. Por otra parte, no es sano conducir con la presión constante de que te vas a quedar tirado a nada que el consumo pase de condiciones ideales, como una retención.
Quisiera que aquellos que han tenido experiencias de este tipo las compartan con los demás, a ver quién ha conseguido apurar más, o usando un simil, apurar más el tambor del revólver jugando a la ruleta rusa.
Fotografía | Javier Costas, José Robledo (km77)