Imagina que te levantas un buen día y el Subaru Impreza que tenías aparcado delante de casa ya no está. Recurres a la policía para poner una denuncia y, por arte de magia, el coche vuelve a aparecer frente a tu casa, ahora con una nota escrita a mano y 30 dólares. Esto es lo que le pasó el pasado 25 de octubre a Erin Hatzi, una mujer de Portland, Oregón, Estados Unidos.
La mujer, que contaba con una cámara de seguridad en su casa y grabó el momento del robo, quedó muy sorprendida al ver que la ladrona calentaba el coche durante dos o tres minutos frente a su casa, algo que escapa a toda lógica si lo que se pretende es robar el coche rápida y eficazmente. ¿Qué ladrón que se precie perdería varios minutos en el lugar del crimen con el motor en marcha?
Al parecer todo se debió a una confusión y la carta que encontró la mujer en su coche lo explicaba todo -y los 30 dólares eran por la gasolina usada-. Otra propietaria de un Subaru Impreza de color rojo, aparcado en la manzana de al lado, mandó a una amiga a recoger su coche, pero ésta acabó frente al coche equivocado y, curiosamente, la llave abrió el Subaru ajeno.
Al día siguiente la propietaria del segundo Impreza se dio cuenta de que el coche que tenía delante de casa no era el suyo, por lo que su amiga debía haber sustraído un Impreza y alguien debía estar echándolo en falta. Así pues, decidió explicarlo todo y devolver el coche al lugar de donde su amiga 'lo había cogido prestado'.
Al final, Erin publicó en Facebook la historia, incluída la fotografía de la carta en cuestión y los dólares para gasolina, después de que la policía confirmara que, efectivamente, la llave podía abrir y arrancar dos o más vehículos, ya que hasta 2005 las llaves de Subaru no llevaban transponder en Estados Unidos. No acabamos de entender cómo es posible, pero lo cierto es que ocurrió, aunque afortunadamente todo tuvo un final feliz.