Fútbol y coches, una mala combinación se mire por donde se mire

Esta semana el tema futbolistas y coches volvió a saltar a las portadas de todos los medios gracias a Karim Benzemá y su desliz con el pedal derecho del Audi RS5 que le llevó a pasar por un radar de la M40 a 216 km/h.

Constantemente veo en los medios especializados de motor noticias de este tipo en los que estos personajes públicos tienen incidentes con sus coches. No es que ellos sean, en la mayoría de los casos, peores conductores que el resto de personajes anónimos, sino que ellos cuando cometen un error son portada.

Por ello creo que es el momento de recopilar algunos de sus incidentes más sonados de los últimos tiempos. Algo relajado para un sábado tranquilo antes de la avalancha de novedades que llegará esta semana desde el Salón de Ginebra. Ah, y antes del partido Real Madrid - F.C Barcelona que comienza en breve. Comenzamos.

Empezaremos con los propios futbolistas, y no podíamos comenzar con otro que Cristiano Ronaldo. El astro portugués es un auténtico quemado de los coches, tiene una colección de supercoches que ya querríamos cualquiera de nosotros.

Actualmente el McLaren MP4-12C y el Lamborghini Avantador que le ha dado algún quebradero de cabeza han sido sus últimas adquisiciones y por suerte no ha tenido incidentes graves con ninguno de ellos

No le ocurrió lo mismo con el Ferrari 599 GTB que tenía en Manchester, que acabó estrellado contra un muro dentro de un túnel camino del entrenamiento. Al volver de la ciudad británica tuvo que deshacerse de parte de su colección de coches, y tal vez por eso hace tres meses el Ferrari estaba a la venta por solo 50.000 euros.

No ha sido CR7 el único que ha tenido incidentes con un Ferrari 599 GTB, ya que el jugador del Valencia Ricardo Costa también estrelló otra unidad, en esa ocasión de color negro, camino de un entrenamiento hace algo más de dos años.

Su compañero de equipo Éver Banega ha tenido mala pata con los coches últimamente. No lo digo porque se olvidase de poner el freno de mano de su Audi R8 y el coche le atropellase causándole rotura de tibia y peroné, porque eso nos puede pasar a cualquiera.

Banega también sufrió el síndrome de bonzo con su Ferrari 360 Módena, que ardió el pasado verano y fue protagonista de nuestra sección Dolorpasión™.

Karim Benzemá por su parte podría escribir un libro sobre sus aventuras y desventuras al volante, y no solo el de la Play Station que lo tiene gastado de tanto jugar. Hace un par de años se lo pasó bien en Ibiza haciendo carreras al estilo Need For Speed. Anda, ahora que me acuerdo, ese juego lo iba a anunciar el también futbolista David Villa, pero el anuncio lo prohibieron por violento.

Solo unos días antes Benzemá había destrozado un Lamborghini Gallardo y un Audi Q7, por eso le dedicamos un post completo titulado "Karim Benzema, otro ejemplo de futbolista al que no se le dan bien los coches".

Pero no solo vamos a hablar de futbolistas del Real Madrid, por supuesto. Nos vamos al bando contrario recordando el Ferrari 458 Italia Barça Edition, un coche decorado con las caras de Xavi y Messi sobre el capó que nos volvió a recordar que mezclar fútbol y coches suele ser una idea desafortunada.

Piqué estuvo hace solo unas semanas en las portadas de los medios por llevar a su hijo recién nacido en su regazo en el asiento del acompañante del coche, algo contrario a las normas. Al mismo tiempo Iker Casillas conducía con la mano escayolada.

Pero no solo en España los futbolistas tienen mala relación con los coches. No nos olviemos de que el también futbolista Jonathan Legear se estrelló con su Porsche Panamera contra una gasolinera después de haberse metido un par de lingotazos de más.

Las marcas prefieren vincularse al fútbol, aunque de formas distintas

A pesar de todos estos incidentes, a las marcas de coches les sigue interesando ligar su imagen con la del mundo del fútbol, que no necesariamente es sinónimo de ligarla a la de los futbolistas. Si, es cierto que los jugadores del Málaga probaron hace poco el McLaren MP4-12C Spider en Ascari invitados por el Grupo Guarnieri, importador de la marca para España y Portugal.

Pero otras marcas más generalistas también apuestan por el fútbol como plataforma para darse a conocer mediante el patrocinio a las instituciones, sin que sus coches estén en manos de los futbolistas. Es una forma de asegurarse que ningún jugador de la Selección Española de Fútbol se la va a pegar con un Nissan GT-R ni que ningún ganador de la Champions League se va a estrellar con un Ford B-Max celebrando la victoria.

Así Nissan es el coche patrocinador de la Selección Española de Fútbol, Chevrolet y Hyundai se pelearon por ser la marca más identificada con la Selección Española de Fútbol cuando ganaron el mundial y Ford es la marca con más reconocimiento en patrocinios futbolísticos gracias a la Champions League. Un gol por toda la escuadra al resto de marcas.

Sea como fuere, está claro que el fútbol y los coches no se han llevado nunca bien. Ni siquiera la Superleaggue Fórmula consiguió su objetivo de hacerle sombra a la Fórmula 1 y llenar los circuitos como se llenan cada fin de semana los estados de fútbol.

Podríamos pasarnos horas hablando de historias de fracasos entre fútbol y coches, pero comienza el Real Madrid - F.C Barcelona en breve y no queremos aburriros. Gane quien gane, seguro que el que lo haga se va a casa montado en un Audi. Que gane el mejor.

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