Renault, Fórmula E y la revolución de los eléctricos en competición

Mirar hacia otro lado cuando se habla de vehículos eléctricos en competición ya no es una opción. Quien quiera seguir negando la obviedad de que el futuro pasa por ahí, allá él. Y lo dice alguien que estudió ingeniería para entender cada uno de los secretos del funcionamiento de los motores térmicos de combustión, mi gran pasión técnica en este amplio mundo de los coches. Sigo adorando los motores, sí, pero no niego la evidencia del futuro eléctrico que ya asoma mucho más que la cabeza.

Una de las escenificaciones de esta realidad la hemos podido vivir recientemente con la decisión en firme de Renault de implicarse al 100% como constructor a partir de la segunda temporada de Fórmula E con el equipo e.dams, al que ya apoya actualmente. Con esta firme y contundente decisión, y mientras Renault sigue deshojando la margarita a ver si abandona la Fórmula 1 o sigue presente en la competición, la firma francesa ha puesto de manifiesto lo interesante que les resulta poder diseñar desde la próxima temporada sus propios sistemas de propulsión y transmisión (básicamente motor y caja de cambios).

El grupo PSA también sigue los pasos de Renault en Fórmula E

Pero Renault no es el único constructor que ha dado un paso adelante en la Fórmula E, sino que durante el fin de semana del London ePrix, el grupo PSA también anunció oficialmente su entrada al campeonato con el equipo Virgin Racing, y usando como marca del grupo para el desembarco en la competición la más nueva de todas, DS. El interés manifestado por DS va en la misma línea que el de Renault: poder desarrollar una tecnología que se podrá trasladar a su estrategia de calle de vehículos eléctricos.

Parece pues imparable la entrada de constructores a la Fórmula E, algo que Alejandro Agag tenía perfectamente planificado en su hoja de ruta. Y seguro que llegarán más, sobre todo ahora que empieza a abrirse la ventana de desarrollo de la tecnología de manera gradual.

Victoria de un eléctrico en el Pikes Peak

Y por si fuera poco el éxito que está consiguiendo la Fórmula E, con una última carrera que a buen seguro dará la vuelta al mundo, llegó el domingo por la tarde desde Estados Unidos la noticia que redondeó una auténtica jornada de oro para la competición eléctrica: por primera vez en la historia un coche de propulsión eléctrica se proclamaba vencedor de la prestigiosa subida al Pikes Peak.

En efecto, Rhys Millen, a los mandos del eO PP03 de nada más y nada menos que 1 MW de potencia procedente de 6 motores eléctricos (equivalente a 1.367 CV) paró el crono en 9:07.222. Un crono que está a menos de 1 minuto del récord absoluto que logró Sébastien Loeb en 2013, dato a tener muy en cuenta sobre todo no estando respaldado este proyecto por ninguna gran firma. En el momento que una gran marca decida jugar todo al Pikes Peak con un eléctrico, será interesante ver en qué queda ese récord que apenas hace un par de años parecía brutal.

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