Lo típico que dices que el sector del taxi se podría replantear su modelo de negocio y de repente te encuentras con la iniciativa de los taxis japoneses que se alquilan para hacer drifting en el Circuito Ebisu, en Fukushima.
Oye, pues da que pensar.
Podría ser la carrera de tu vida. Bajo la piel de ese Toyota JZX110 mk2 se encuentra cualquier cosa menos la configuración original. Potenciado hasta superar los 400 CV, dotado de un radiador y un intercooler más apropiados, y equipado con asientos báquet en la parte posterior, el taxímetro dejará de ser tu principal preocupación cuando Naoto Suenaga pise a fondo el acelerador. Bienvenido a la locura.
Y encima, el taxista lleva hasta corbata y pide permiso antes de ponerse a hacer el salvaje de verdad. ¿Qué más puedes pedir?
¿El precio? 25.000 yenes a la hora, más 500 por el seguro. En total, una hora de diversión no llega a 190 euros. Y si te llevas a alguien de acompañante, la tarifa sube 500 yenes por cabeza (3,60 euros). El viaje hasta Fukushima va aparte, claro.
Ebisu es la meca del drifting en Japón
Para quien no lo conozca, el Circuito de Ebisu es todo un complejo dedicado al pilotaje de coches, especializado en drifting. Lo diseñó el piloto Nobushige Kumakubo y es toda una meca del derrape en Fukushima.
Ebisu está constituido por siete pistas individuales y dos circuitos de pistas deslizantes, donde se realizan formaciones y competiciones de todo tipo. El circuito mayor del complejo, llamado Higashi, mide 2.061 metros y cuenta con una recta principal de 420 metros.
Más información | Ebisu Circuit
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