Horas antes de que diera comienzo el Gran Premio de Francia, Aseel Al-Hamad dio una vuelta en un Lotus E20. El día en que las mujeres saudíes pueden por fin conducir sin ser castigadas, Al-Hamad tomó el volante del mismo F1 en el que Kimi Raikkonen ganó el Grand Prix de Abu Dabi en 2012.
Esta piloto de carreras también ha celebrado en su país natal una concesión que se ha hecho de rogar en la monarquía absoluta del rey Salman bin Abdulaziz, y se ha puesto a los mandos de un Jaguar F-Type en un circuito saudí por primera vez. Había conducido por todo el mundo, menos en su país.
Primer Fórmula Uno, primera vez en un circuito saudí
Aseel Al-Hamad es la primera mujer miembro de la Federación de Motorsport de Arabia Saudita y se desempeña como representante en la Comisión de Mujeres en el Deporte para la FIA. Es además promotora de la educación y la capacitación de las mujeres en el mundo del Automovilismo en su país, donde aún no había podido conducir.
Renault quiso festejar esta importante victoria para las mujeres e invitó a la piloto a dar una vuelta de honor en el circuito de Le Castellet. Era su primer Fórmula Uno.
También ha podido experimentar otra primera vez en Arabia Saudí, donde se ha puesto a los mandos de un Jaguar F-Type en un circuito y con motivo del Día Mundial de la Conducción. "Es fácil olvidar y dar por hecho el placer de conducir y el privilegio de ponerse al volante de un automóvil", ha dicho.
Pueden conducir, pero siguen tuteladas
Lo cierto es que el volante sigue siendo, después de siglos de lucha, un arma contra la invisibilidad, que en la monarquía absolutista se ha llevado al extremo. Las mujeres saudíes ya pueden conducir; según las autoridades saudíes, más de 120.000 mujeres han iniciado las gestiones para obtener su permiso.
Pero el sistema de tutela del reino ultraconservador aún no permite que sus ciudadanas tengan un trabajo remunerado, obtengan un pasaporte y viajen al extranjero, se matriculen en la universidad, abran una cuenta bancaria o se vistan con libertad sin el previo consentimiento de su padre, marido, hermano o tutor.
Desde Amnistía Internacional denuncian que ocho activistas que se manifestaron por el derecho de las mujeres a conducir siguen arrestadas: "Algunas llevan más de un mes detenidas sin cargos y podrían ser sometidas a juicio en el tribunal antiterrorista y condenadas a hasta 20 años de prisión por su activismo", ha publicado la organización.
Las mujeres saudíes mantienen una campaña pública en contra de esta prohibición desde 1990, cuando alrededor de 40 mujeres condujeron sus automóviles por una de las principales calles de la capital, Riad. La policía las obligó a detenerse, y varias fueron suspendidas temporalmente de empleo y sueldo.