Inspirado en la herencia de las carreras de la marca, el MINI John Cooper Works GP, el tercero de los GP, llega aprovechando el Salón de Los Ángeles, y lo hace con una limitación de serie: 3.000 unidades numeradas que se entregarán a partir de marzo de 2020.
Afirma MINI que estamos ante el súmmum de los John Cooper Works, un subcompacto deportivo que incorpora "el máximo rendimiento y una dinámica sin condiciones" para no dejar en mal lugar el buen nombre del legendario diseñador de Fórmula 1 John Cooper, a quien periódicamente rinde homenaje la marca desde el debut del Mini clásico, hace ya 60 años.
Tanto en carretera como en el circuito, la simbiosis entre Mini y John Cooper ha dado lugar a numerosos éxitos deportivos: desde el primer Mini Cooper y la victoria en el Campeonato Británico de Turismos hasta las tres victorias absolutas en el Rally de Montecarlo, la competición MINI Challenge disputada en los diferentes países, los logros en el Rally Dakar o la última generación de modelos MINI John Cooper Works.
Máxima deportividad en el diseño exterior del MINI John Cooper Works GP 2020
En el diseño exterior, elementos clave como el gran faldón delantero —de nombre Blackband—, el enorme alerón trasero —que es visible incluso desde el frontal— o los habituales emblemas de esta versión enfatizan el carácter guerrero del MINI John Cooper Works GP 2020.
Los colores Chili Red brillante y Rosso Red metalizado mate, así como el uso de fibra de carbono en las molduras de los pasos de rueda, que recubre una subestructura termoplástica, dando lugar a una combinación inédita hasta ahora en el grupo BMW, refuerzan esa estética que sin duda entra por los ojos en primer lugar.
En cuanto a las líneas que conforman el lateral, el trazo ascendente del hombro y la caída de la ventana trasera resultan básicas para dar dinamismo al conjunto. Por su parte, la rotundidad de los pasos de rueda se suma al faldón y al alerón para darle ese espíritu cañero que reivindica el pequeño deportivo.
La pintura exterior Racing Grey alterna entre gris claro y azul-violeta, aumentando de esta manera la sensación visual de profundidad del acabado exterior. En contraste, el techo y las carcasas de los espejos se presentan en color Melting Silver.
Además, los elementos que MINI suele mantener en cromado, como son los logotipos, las manijas de las puertas, el tapón del depósito, el marco lateral o los marcos de los faros, en el MINI John Cooper Works GP 2020 están acabados en negro brillante.
En las ruedas, el equipamiento de serie cuenta con con llantas forjadas ligeras de 18 pulgadas, que pesan menos de 9 kg, para unos neumáticos de dimensiones 225/35, que sin duda añadirán precisión y cierta radicalidad a un MINI que llega llamado a tomar curvas de forma decidida.
Por su parte, los frenos son de disco (360 x 30 mm) de pinza fija en aluminio con cuatro pistones en las ruedas delanteras, y frenos de pinza flotante de un pistón en las ruedas traseras.
Bajo el pie derecho, 306 CV y 450 Nm de par motor
Un aspecto exterior que rezuma ADN de competición, en total consonancia con lo que atesora bajo el capó: un motor 2.0 de cuatro cilindros con tecnología MINI TwinPower Turbo capaz de conceder 450 Nm de par motor desde las 1.750 rpm y hasta 306 CV, lo que supone un incremento de 75 CV respecto al MINI John Cooper Works y se traduce en el propulsor más potente jamás utilizado en un MINI homologado para carretera.
Asimismo, se suprime la limitación de velocidad a 250 km/h para darle rienda suelta hasta un máximo de 265 km/h, a la par que se logra una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos.
Unos guarismos nada desdeñables que se transmiten a los ocupantes, además, por medio de un sistema de escape con dos salidas específico para este modelo del que emana un rugido inspirado en el mundo de la competición especialmente a altas revoluciones, según explica el propio fabricante.
La fuerza se envía a las ruedas gracias a la transmisión de serie Steptronic de ocho velocidades y convertidor de par. El conductor puede jugar con las velocidades utilizando las levas de cambio situadas en el volante si lo desea, o bien relegar en el modo deportivo automático (modo de cambio DS), que ajusta la marcha para realizar una conducción más viva, por ejemplo, engranando una velocidad inferior en determinados momentos.
Por otra parte, el bloqueo mecánico del diferencial para el eje delantero integrado en la transmisión trabaja en consonancia con el sistema DSC (Control Dinámico de Estabilidad) para distribuir el par y contrarrestar cualquier pérdida de tracción en todo momento.
En cualquier caso, el conductor puede elevar el umbral de intervenciones de estabilización en las que entra en juego el sistema de frenado y del control del motor activando el modo GP.
De igual forma, a fin de mejorar el comportamiento sobre el asfalto, se reduce la altura de la suspensión de 10 mm en comparación con el MINI John Cooper Works y se incluye un cigüeñal reforzado con mayor diámetro del cojinete principal, pistones específicos, bielas sin casquillo y un nuevo amortiguador de vibración torsional con refrigeración optimizada.
La deportividad se apodera del interior
En el habitáculo, el MINI John Cooper Works GP mantiene intacto su carácter sport, para lo que incluye asientos deportivos John Cooper Works con bordes laterales plateados, costuras rojas en contraste, una insignia 'GP' debajo de los reposacabezas integrados y correas rojas para el cinturón.
También resalta una moldura impresa en 3D ubicada en el lado del acompañante que cifra de forma individual cada una de las 3.000 unidades, el aro del volante en Nappa con un centro metálico o los logos GP incluidos también en las alfombrillas y las levas.
El puesto de conducción marida una pantalla de 16,51 cm (6,5 pulgadas) para el sistema Connected Media completamente digital y equipada de serie, con un cuadro de instrumentos digital en la columna de dirección con una pantalla de 12,7 cm (5 pulgadas).
Todo ello en un habitáculo en el que el MINI John Cooper Works GP no presenta banqueta trasera, como ocurría en los modelos anteriores, sino que se ha reemplazado por una barra de refuerzo roja a fin de aligerar el peso lo máximo posible sin escapar de esa atmósfera deportiva inconfundible.
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