En Pamplona, la alegría corre libre por las calles. Y no es para menos ya que, tras dos años en suspenso por la pandemia, por fin recupera las festividades de su patrón San Fermín. Así, en apenas 48 horas los adoquines de su casco histórico volverán a temblar bajo los pies de de los pamplonicas y la furia que se vive a través de sus encierros.
Pero antes de volver a ver toros corriendo de esquina a esquina, un concesionario MINI de la zona (MINI Lurauto) ha decidido crear su propio encierro para ir animando el ambiente. Eso sí, en lugar de bóvidos los perseguidores han sido un grupo de 13 MINI Electric.
Un 'encierro' limpio y (casi) sin ruidos
Por lo demás, el 'encierro' (denominado 'SanferMINI' con esa clásica picardía de la marca) ha contado con los mismos ingredientes que los reales, sin dejarse ninguno: la petición de bendiciones al Santo, el preceptivo 'chupinazo' y la salida desde la misma calle que alberga el tradicional corral.
A partir de ahí, y rodeados por un numeroso grupo de corredores (aunque no tantos como estamos acostumbrados a ver en estos encierros) los MINI han marcado un ritmo sin prisa pero sin pausa para recorrer el trayecto típico de los San Fermines.
Así, empezando por la cuesta del Santo, han pasado por delante del Ayuntamiento pamplonica para subir por la cuesta de Mercaderes y tomar el cerrado giro a derechas en el siempre peligroso cruce con la calle Estafeta. De ahí llegan ya a las inmediaciones de la zona de Telefónica, donde pasan por el callejón para entrar en la Plaza de Toros, que este año cumple un siglo de existencia.
Eso sí, los 850 metros de recorrido se han realizado (obviamente) a un ritmo mucho más pausado que el de los más mansos toros. Ello ha permitido también un encierro limpio de principio a fin, donde ni siquiera ha habido que preocuparse por los clásicos 'tapones' en la entrada al ruedo navarro.
Realizada a plena luz del día, la 'performance' de MINI captó la atención de algunos habitantes, quienes no dudaron en difundirlo a través de sus redes sociales. Y hay que agradecérselo porque, desde luego, la actuación es digna de ser vista. Sea con toros o con MINIs, ¡viva San Fermín!