En el próximo Salón de Fráncfort se desvelará la versión más potente del Mercedes-Benz SLK, el SLK 55 AMG. Continuará siendo el único V8 de su segmento, pero se ha mejorado tanto su sed como su desempeño, y muy bien además. Prometen 422 CV de potencia, un incremento de 62 CV respecto al 5.4 V8 del SLK 55 AMG previo.
La cilindrada es de 5.461 cc, un V8 atmosférico, con un par máximo de 540 Nm a 4.500 RPM. Tiene inyección directa de gasolina, a 200 bares y con inyectores piezoeléctricos. Hay otra característica novedosa en esta marca, el apagado automático de cuatro cilindros cuando no sean necesarios.
Siempre y cuando circulemos en el modo “C” (Controlled Efficiency), entre 800 y 3.600 RPM funcionará con cuatro cilindros a baja o media carga. Eso le permitirá conseguir un consumo aquilatado, 8,5 l/100 km de gasolina según ciclo NEDC mixto (cifras provisionales). En dicho modo de conducción también tiene ECO start/stop, pero es desconectable.
Cuando funciona en modo ECO-4, los cilindros 2, 3, 5 y 8 están apagados de alimentación de combustible y bujías, y sus 16 válvulas correspondientes están cerradas para reducir pérdidas por aspiración. Es por lo tanto como moverse en un 2.7 de cuatro cilindros (230 Nm) en la mayoría de situaciones cotidiana. El reencendido (ECO-8) es en 50 milisegundos, inapreciable.
Nos cuentan que es una herencia de la Fórmula 1, lo usa su monoplaza actual, pero los americanos ya pusieron en práctica esto hace años. Lo habitual es reducir cilindrada o recurrir a la inducción forzada, pero en esta ocasión no han hecho ni lo uno, ni lo otro. Este motor es un derivado del 5.5 V8 Biturbo de los AMG más gordos.
El régimen máximo de giro del motor está en 7.200 RPM, es bastante estirable, si bien la potencia máxima se entrega a 6.800 RPM. También tiene otras tecnologías como ajuste de válvulas de admisión/escape variable, cigüeñal de aluminio, gestión del alternador inteligente, sonido de escape más discreto en modo “C”, etc.
En Motorpasión | Mercedes-Benz SLK Roadster 2011