Mercedes-Benz es actualmente la marca que más apuesta por la electrificación. Desde que indico que dejaba de desarrollar motores de combustión interna hasta hoy que ha lanzado al mercado el EQC, los crossover EQA y el SUV de siete plazas EQB, la limusina EQS, la berlina EQE y el SUV EQS. Con el tiempo, hasta el eterno Mercedes Clase G tendrá una versión eléctrica, el Mercedes EQG.
El año pasado, Mercedes presentó un concept car a modo de avance del Clase G eléctrico, el llamativo EQG, pero reveló muy poco acerca de los componentes mecánicos del todoterreno.
Pero poco a poco se van conociendo más datos. Así, Mercedes ha dado una muestra de lo que será capaz la versión de producción del EQG utilizando uno de sus trucos, girar sobre sí mismo, cual tanque de combate. O cual Rivian R1T.
Un carro de combate o cualquier vehículo con orugas efectúa este tipo de giros haciendo que las ruedas de un lado del vehículo giren en la dirección contrario a las del otro lado.
En el caso del Mercedes-Benz EQG es posible gracias a sus cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, de potencia desconocida. Utiliza estos motores para hacer girar el coche sobre sí mismo, haciendo girar las ruedas de un lado del vehículo en la dirección opuesta a las ruedas del otro lado.
Un todoterreno puro y duro
Más allá de lo llamativo que resulta ver el coche efectuar ese truco, lo interesante es la libertad de motricidad que ofrece semejante sistema para un uso off-road del coche. Un sistema que es capaz de hacer girar las ruedas de un lado en el sentido contrario a las del otro lado, permite en teoría un control y un reparto del par motor a las ruedas de manera individualizada para cada rueda.
Ese reparto vectorial del parte permite también emular los tres bloqueos de diferenciales del Clase G actual. Las posibilidades que ofrece este sistema en situaciones de baja adherencia son en teoría muy superiores a cualquier sistema mecánico actual. El EQG será un auténtico todoterreno, parece querer decirnos Mercedes-Benz con este vídeo de un EQG con camuflaje.
Y es que si bien la mayoría de los Clase G se venden en versión AMG 63 con su V8 de 577 CV y terminan aparcados en los mejores barrios sin nunca poner una rueda fuera del asfalto, a la base el Clase G es un todoterreno puro y duro. Y aunque pocos clientes vayan a usarlo como tal, al igual que ocurre con la mayoría de los modelos de Land Rover, esa posibilidad debe estar presente.
Además, el atractivo del V8 AMG no estará presente en el EQG, a pesar de que con cuatro motores eléctricos podría ser mucho más potente, por lo que Mercedes-Benz debe potenciar otros aspectos intangibles para seguir atrayendo a la clientela. Y uno de esos intangibles será su capacidad off-road.
Mercedes también desveló que el EQG montará una suspensión independiente en el eje delantero y un eje trasero rígido, desarrollado exclusivamente para vehículos eléctricos. El EQG también se propondrá con una batería de iones de litio que utiliza una química de ánodos de silicio para aumentar la densidad energética y, por tanto, la autonomía.
Esa batería, calculan, tendrá una densidad energética entre 20 % y 40 % superior a las actuales de Mercedes-Benz. Es decir, en el tamaño de una batería de 100 kWh actual de la marca, se podrá almacenar entre 120 y 140 kWh. O bien en el mismo espacio y peso que una batería de Mercedes-Benz EQA se podrá almacenar 100 kWh o más en lugar de los 66 kWh actuales.
El EQG está previsto para 2024, por lo que en los próximos años se irán conociendo más detalles sobre este icono todoterreno electrificado.