A principios de 2015 el especialista canadiense Inkas Armored Vehicle Manufacturing mostró un Mercedes-Benz Clase G muy especial, alargado y blindado. Ahora, algo más de tres años después, la firma lanza una versión mejorada de esta limusina todoterreno, aún más segura.
La versión en la que se basa esta creación de Inkas es el Mercedes-AMG G 63 con motor V8, que en este caso mide nada menos que 6,19 metros de largo, 2,06 metros de ancho y 1,95 metros de altura. Además, ahora goza de un nuevo interior y un mayor nivel de protección balística.
El Inkas G 63 AMG cumple con el nivel de blindaje CEN 1063 BR7, capaz de resistir impactos de munición de rifle de 7,62 milímetros (7.62×51mm NATO), incluyendo cristales antibalas además del blindaje propiamente dicho. A esto se suman otras medidas de seguridad como sistema de videovigilancia, capaz de grabar imágenes y enviarlas a un servidor seguro en la nube.
Blindado y hasta arriba de lujos
Una de las principales ventajas de convertir este icónico todoterreno en toda una limusina es el espacio que se ha ganado en las plazas traseras que, aunque solo tiene dos asientos, goza de una enorme amplitud. Todo aderezado, obviamente, con el máximo lujo posible.
Hablamos de tapicería de cuero de gran calidad, tapizados en alcántara por todo el habitáculo, inserciones de madera satinada, costuras en contraste que según la casa son mucho más duraderas que las convencionales, asientos individuales con múltiples ajustes y función masaje, etc...
Por último, en la parte trasera tampoco faltan una televisión 4K Ultra HD con integración de Apple TV, control por voz mediante Siri o un minibar motorizado con nevera. El precio, como es lógico, también está por las nubes. Inkas pide 1,2 millones de dólares, es decir, 1 millón de euros al cambio, aproximadamente.