En California, si la policía te acusa de participar en carreras ilegales, puedes pagarlo muy caro. De hecho, puedes tener que responder con el coche con el que cometías la fechoría, que te será incautado (se entiende que simplemente con entregar el coche no quedas libre de todos los cargos).
El problema es que, en lugar de ser almacenado en un depósito para ser subastado más tarde, este Lexus IS-F fue directamente convertido en chatarra. Es un forma diferente de ver el problema, si el coche es la herramienta necesaria para cometer el delito, simplemente se destruye, como si de una pistola se tratase.
Sea como fuere, es una escena realmente dolorosa. En el fondo creo que durante los primeros segundos todos esperamos a que aparezca alguien gritando que se trata de un error, y que ese coche será vendido para financiar el erario público, pero no es así. En su lugar, una de las berlinas con un sonido más espectacular es destruida en segundos por una prensa hidráulica que seguramente pocas veces ha tenido un cliente tan singular.
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