La empresa matriz de Saab, Swedish Automobile, ha sido suspendida de cotización en la bolsa holandesa. Esto significa que las acciones no se pueden ni vender ni comprar. La cotización estaba ya por los suelos, a 0,21 euros por cada acción. ¿Qué ha pasado?
Saab se encuentra en una situación legal que se llama suspensión de pagos, que protege de los acreedores que quieran apropiarse con lo que quede de la empresa. El administrador concursal al cargo anunció que quería poner fin a la suspensión de pagos, lo cual daría el golpe de gracia a la empresa. Saab corre el riesgo de desaparecer.
El veto de General Motors al acuerdo con inversores chinos ha impedido una salida de las múltiples que se han intentado. Ahora, técnicamente, Saab vale muy poco. Podría ser rescatada a última hora por alguien, pero necesitaría el beneplácito de los accionistas con voz y voto, entre otros.
Esta semana sabremos más, son horas decisivas, si se pone fin a la protección de Swedish Automobile de sus acreedores, la empresa será despedazada. Una vez más, esperamos al milagro de última hora.
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