El Partido Popular europeo no está perdiendo el tiempo. En plena resaca electoral de los comicios europeos que se celebraron el pasado domingo, ya ha surgido la posibilidad de modificar el Pacto Verde que llevó a prohibir la venta de coches y furgonetas con motor de combustión en Europa a partir del año 2035.
El panorama político ha cambiado mucho desde las anteriores elecciones europeas, celebradas en 2019, y ahora la derecha ha ganado terreno y los Verdes lo han perdido, por lo que se abre una puerta a revisar los planes de descarbonización.
Objetivo: frenar o ralentizar algunos planes del Pacto Verde
Cuando se celebraron las elecciones europeas de 2019 el mundo era completamente distinto. Desde entonces han pasado tantas cosas que todo ha cambiado y eso ha provocado que las inquietudes políticas de millones de personas también cambien. En Europa en concreto, las elecciones europeas que tuvieron lugar hace unos días lo han dejado claro.
La derecha ha ganado terreno en el Parlamento Europeo y el Partido Popular Europeo (PPE) ha sido el partido más votado, obteniendo como resultado 185 escaños, frente a los 137 de la alianza progresista de Socialistas y Demócratas. Por su parte, los Verdes han perdido muchos votos respecto a los comicios que hubo hace cinco años y eso significa que tendrán una representación mucho más discreta en el Parlamento y, por lo tanto, menos peso a la hora de negociar.
El PPE, en cambio, es consciente de que ha recuperado mucho poder, hasta el punto de que algunos eurodiputados de este partido ya están planteando la posibilidad de modificar normativas que se aprobaron en la anterior legislatura, como la prohibición de vender coches y furgonetas de combustión en Europa a partir de 2035 que forma parte del Pacto Verde para descarbonizar Europa antes de 2050.
Así lo ha reconocido Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo, en declaraciones al medio Politico.eu realizadas el mismo día que se celebraron las elecciones, al salir de la fiesta de celebración del PPE tras ganar las elecciones. Weber calificó la prohibición de 2035 de “error” y prometió que el partido discutiría su revocación “en los próximos días”.
El mismo medio también recoge las declaraciones de Peter Liese, principal legislador climático del PPE. En su caso, señaló que los resultados de las elecciones reivindicaron la visión de su partido de un Pacto Verde menos restrictivo. “Tendremos que hacer algunos ajustes. La prohibición de los motores de combustión es algo que debe desaparecer”, dijo Liese, que también dejó la puerta abierta a una regulación climática menos agresiva para la agricultura.
Otras de las declaraciones que ha recogido Politico son las de Alexandr Vondra, eurodiputado checo que ha trabajado en legislación climática para el grupo derechista Conservadores y Reformistas Europeos (ECR).
Vondra comentó que la política climática europea se volvería más realista en los próximos cinco años: “Si comparo la formulación de políticas del Pacto Verde con conducir un automóvil, espero que el nuevo Parlamento Europeo también use el volante o el pedal de freno, no sólo el acelerador”.
Los Verdes tienen claro que la modificación de los acuerdos climáticos que ya están aprobados por el Parlamento está en el aire, como reconoce Michael Bloss, eurodiputado verde alemán: “El Pacto Verde no está muerto. Pero tendremos que ver qué traerán las próximas semanas. Si hay mayorías en las que participan partidos de derecha, es posible un retroceso".
Ahora hay que ver qué pasa porque el Partido Popular Europeo no lo tiene tan fácil para frenar o suavizar la prohibición a la venta de coches y furgonetas de combustión en Europa. Esa normativa fue aprobada en la anterior legislatura con Ursula Von der Leyen al frente del Parlamento y Von der Leyen pertenece al PPE.
Además, el PPE tiene que buscar aliado para formar una coalición y gobernar y las dos opciones más realistas dejarían escenarios muy distintos a la hora de gobernar: por un lado puede aliarse con los socialistas europeos y otra alternativa es pactar con la ultraderecha europea.
También hay que tener en cuenta que los fabricantes ya han hecho inversiones millonarias para adaptarse a la normativa de 2035 y que llevan mucho tiempo trabajando para electrificar su gama y eliminar paulatinamente los motores de combustión.
Ahora no tiene sentido que den un paso atrás y tampoco sería viable a nivel económico, al fin y al cabo, es innegable que el futuro de la industria del automóvil es eléctrico, ya sea más cercano o más lejano.
Imagen | Motorpasión generada con IA Microsoft Bing