Madrid acoge hoy la tercera edición del Foro ANFAC ‘La Movilidad de Tod@s’, un evento centrado en la transformación del sector automovilístico en España que reúne a todos los agentes involucrados en la industria del automóvil de nuestro país.
En esta ocasión, el acto ha contado con la participación de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, y Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo.
Más allá de la asistencia institucional, han estado presentes los representantes del sector automovilístico en España, como Wayne Griffiths, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), que ha hablado claro sobre la situación de la industria del automóvil en España.
"No podemos perder nuestra ventaja competitiva"
Durante su ponencia, Griffiths se ha dirigido directamente a la ministra de Trabajo y Economía Social, Reyes Maroto, para abordar la problemática que atraviesa el sector y los retos a los que se enfrenta en la transición a la electromovilidad en la que ya estamos inversos.
Solo unos días después de que el Parlamento Europeo aprobase en votación la normativa que prohíbe vender coches nuevos de combustión en Europa a partir del 1 de enero de 2035, Griffiths ha hecho hincapié en la situación particular que tiene España y en los retos que supone la transformación total de la industria de aquí a 2035.
Según señala el responsable de ANFAC, la industria del automóvil ya está haciendo los deberes, “con una inversión de 250.000 millones de euros para electrificar vehículos y fábricas en Europa, siendo el único sector que va a cambiar su modelo de negocio totalmente en un plazo de 13 años”.
Pero Griffiths apela a la responsabilidad que también tiene la Administración en la transición energética que debe experimentar el sector. Según él, “mientras Europa exige una movilidad de cero emisiones, en Estados Unidos y China dan incentivos”.
En este sentido, Griffiths dice que, hoy por hoy, la futura normativa de emisiones Euro7 es un problema más al que se enfrenta nuestra industria del automóvil y asegura que “no tiene sentido como país apoyarla” porque son más sus inconvenientes que sus beneficios, al menos en un momento en el que todavía queda mucho camino por recorrer en términos de electrificación para nuestra industria.
Griffiths se apoya en que requiere una inversión tan fuerte que no compensa porque “solo supone una mejora marginal con respecto a Euro6 en términos de emisiones, hará que los coches suban su precio 2.000 euros de media, afectará especialmente a los vehículos pequeños, que son los que más se fabrican en España, y no pone el foco en el verdadero problema: los vehículos viejos”.
En relación a esto último, Griffiths indica que España tiene que “dejar de ser un país con un parque de vehículos viejos”, pero eso no se conseguirá si no se “democratiza la electromovilidad con precios más accesibles y a poder ser con coches fabricados en España”.
Una de las condiciones para conseguirlo, según señala Griffiths, es incentivar más la compra de vehículos, como hacen los países que están en nuestro entorno. Por eso en Portugal, Francia o Alemania se venden más coches eléctricos que en España.
En su discurso, Griffiths ha hablado de utilizar parte de los fondos europeos Next Generation EU para estos incentivos, pero también para fomentar la infraestructura de recarga de coches eléctricos, haciendo alusión a lo atrasada que está España en esta cuestión respecto a los países vecinos.
Por eso, pide que se fomente el crecimiento de la red de recarga de vehículos eléctricos, “a ser posible con incentivos del Gobierno, como hacen Francia o Alemania”.
“El Gobierno debería aplicar los fondos europeos para incentivar la venta y el desarrollo de vehículo eléctrico. Debería hacerlo ya”. Griffiths ha insistido en que todavía estamos tiempo, siempre y cuando actuemos con la máxima inmediatez.
“Tenemos que actuar ya porque en un país en el que no se venden coches eléctricos no tiene sentido fabricarlos, no podemos perder una ventaja competitiva que hemos ganado en 70 años", señala Griffiths.
"Todavía estamos a tiempo de mantener los dos millones de empleos que ahora están en riesgo, pero necesitamos un plan industrial para el país. El PERTE 1 ha sido un inicio, pero el PERTE 2 tiene que ser más flexible”.
De lo que habla Griffiths, más allá de las ayudas del próximo PERTE, es de la necesidad de un plan de movilidad y de una hoja de ruta 2023-2025 que sirvan para acelerar la venta de vehículos electrificados en España sin perjudicar nuestra industria.
“Solo así podremos seguir siendo un referente para la industria europea y la industria mundial. Hay que poner a España sobre ruedas eléctricas. Hay que salir a ganar”, concluye el presidente de ANFAC.