Alphons Iacobelli, ex directivo de Fiat Chrysler Automobiles (FCA), ha sido condenado a 5 años y medio de cárcel por una trama de trato de favores entre el sindicato UAW (United Auto Workers) y el gigante automovilístico, así como por evasión de impuestos. Según la sentencia, el que fuera responsable de Relaciones Laborales, desvió fondos del centro de formación UAW-Chrysler National Training Center directamente a su bolsillo para costearse bienes personales de lujo.
Un Ferrari 458 Spider, dos plumas Mont Blanc con incrustaciones de piedras preciosas por valor de 37.000 dólares cada una (unos 32.000 euros), reformas millonarias en su vivienda y más de un millón de dólares destinado a tarjetas de crédito de Iacobelli y su esposa. Todo ello 'subvencionado' ilegalmente con fondos del UAW y del UAW-Chrysler National Training Center, del que, el ahora condenado ex directivo de FCA, era director adjunto.
Una corrupta trama de trato favores y malversación de fondos entre el UAW y FCA envuelve a varios directivos de FCA que, por el momento, se ha saldado con la pena de 66 meses de prisión para Alphons Iacobelli. Sin embargo, también están siendo investigados varios directivos del conglomerado italonorteamericano, entre los que se encuentran Jerome Durden (ex analista financiero), Michael Brown (ex empleado de FCA), Virdel King (ex director asociado de UAW), Keith Mickens (ex oficial de UAW) y Nancy Johnson (ex asistente del ex vicepresidente de la UAW Norwood Jewell).
Ante semejante panorama, FCA entona el mea culpa, aunque asegura que se están realizando cambios dentro de las directivas, tanto del gigante automovilístico como del propio sindicato, a fin de evitar que fraudes de este tipo vuelvan a repetirse. No está siendo un buen mes para el grupo automovilístico, que se ha visto obligado recientemente a llamar a revisión a más de 200.000 coches en todo el mundo por un fallo en el sistema de frenado.
Enriquecerse en vez de defender los intereses del trabajador
Según informa Automotive News, en el memorando de la sentencia, se recoge que "FCA buscó obtener beneficios, concesiones y ventajas en la negociación y administración de convenios colectivos, en un intento por parte de la UAW para comprar la paz laboral. UAW buscó enriquecerse y vivir de manera lujosa en lugar de trabajar en nombre de los mejores intereses de decenas de miles de miembros que conforman el sindicato".
El documento también recoge que el fallecido ex consejero delegado Sergio Marchionne fue informado directamente por Iacobelli de ciertos aspectos de estas negociaciones celebradas entre FCA y UAW, por lo que podría también estar envuelto en la trama.
A ello se suma una demanda por parte del UAW-Chrysler National Training Center para su ex director adjunto, así como para el antes analista financiero Jerome Durden, a fin de recuperar 4,4 millones de euros en daños y perjuicios, a consecuencia de los fondos ilícitamente desviados.
Reducción de condena por colaborar en la investigación
Alphons Iacobelli ya fue declarado culpable en enero de conspirar para violar la Ley de Relaciones Laborales, así como por falsear la declaración de impuestos. En total, la condena era de ocho años de cárcel, así como la devolución de 835.000 dólares, unos 715.000 euros al cambio actual.
El directivo se declaró culpable de los cargos federales impuestos: "Acepto completamente la responsabilidad por los errores que cometí. Siento el dolor que he ocasionado a mi familia", declaraba entonces. También se mostró solicito a la hora de ayudar en la investigación: "Tengo la intención de ayudar al Departamento de Justicia de cualquier manera que pueda", exponía.
Su cooperación en la investigación le ha servido para ver reducida su condena, pasando de los iniciales 96 meses de cárcel a 66, cinco años y medio en total, que deberá cumplir en la prisión federal ubicada en Morgantown, en el estado de Virginia Occidental.
Según publica Detroit Free Press, el escándalo fue destapado por Monica Morgan, viuda del vicepresidente de general de la UAW. El fallecido directivo conspiró con Iacobelli para canalizar fraudolentamente fondos recaudados por eventos organizacidados por la UAW y cuyo destino eran, supuestamente, organizaciones benéficas y de caridad. En concreto, la fotógrafa realizó una exposición que recaudó unos 70.000 dólares que jamás llegaron a sus supuestos destinos.