El asunto de los airbags Takata ya es uno de esos grandes y graves casos de incompetencia que quedan a la altura del Pedalgate de Toyota o del los bombines defectuosos de General Motors. Honda ha sido una de las marcas que más de cerca ha vivido el problema de los airbags Takata que al desplegarse lo hacían con una gran dosis de metralla debido al diseño de una pieza interna, el activador del airbag, que se rompía, hiriendo con sus fragmentos a los ocupantes del vehículo.
El defecto ha resultado letal para varias personas en Estados Unidos desde que se detectó, y el problema tiene alcance mundial. Desde hace años las llamadas a revisión se suceden, con el agravante de que los vehículos afectados no son partidas completas sino que se encuentran en las diferentes series de forma casi aleatoria. Es un verdadero quebradero de cabeza que ha pasado factura a Honda y le seguirá pasando factura durante el próximo año, si nada cambia.
La automovilística ya ha previsto que un 1,7 % de sus ingresos por ventas, 250 mil millones de yenes (unos 1.850 millones de euros), tendrán que ir destinados a paliar el error de Takata y otros problemas de calidad. Durante los últimos años, la automovilística ha impulsado reiteradas y costosas operaciones de llamada a revisión y reparación, con el objetivo de hacer frente al grave problema de seguridad que afectaba a sus vehículos.
Takata estalla en un mal momento para Honda
Otras marcas como BMW, Chrysler, Ford, Infiniti, Mazda, Mitsubishi, Nissan, Pontiac, Subaru o Toyota también se han visto perjudicadas por Takata, pero en menor medida. Las unidades afectadas pasan ya de los 24 millones de vehículos afectados en todo el mundo, si sumamos todas las marcas. Sin embargo, el problema se está cebando con Honda, en parte por el número de vehículos que se han visto afectados por el mal estado de ese componente del airbag, en parte por otras causas.
La situación de Honda se suma a la contención de ventas que tuvo la marca durante el último trimestre del año pasado, una contención de ventas que se interpreta en términos de merma de calidad y de imagen. En el mercado japonés, el Honda Fit en su versión híbrida ha vivido una verdadera operación de rescate a base de llamadas a revisión masivas.
Y para acabarlo de enredar, todo esto sucede en un escenario en el que la fortaleza del dólar frente a otras divisas, como el real brasileño o el peso mexicano, ha encarecido las compras de componentes que realiza Honda a los países emergentes, que se llevan a cabo en dólares. También la paridad entre el yen y el dólar perjudica a las marcas niponas, y entre ellas, Honda. Sólo por este concepto la firma tokiota calcula unas pérdidas de 85 mil millones de yenes (630 millones de euros).
Vía | Milenio Diario < Financial Times
En Motorpasión | La metralla de los airbags Takata se lleva por delante 100.000 coches más, esta vez por voluntad de Honda