Pensábamos que las minas estaban condenadas al olvido, pero en Finlandia hay una que se va a convertir en una gigantesca batería

A 450 kilómetros al norte de Helsinki (Finlandia), se encuentra la mina de zinc y cobre más profunda de Europa: Pyhäsalmi Mine. Descansa a 1.444 metros de profundidad, y ha sido durante décadas un filón de concentrado de cobre, de zinc y de pirita. Las operaciones en la mina comenzaron en 1962, y desde hace dos años es una mina abandonada.

Pero no por mucho tiempo: la van a convertir en una batería de respaldo: un gran depósito de almacenamiento de energía gracias a la gravedad. Y puede ser la primera de muchas.

Aunque los expertos calculan que en 2024 se extraerán aproximadamente 466 millones de toneladas de carbón, una cifra enorme si se muestra descontextualizada, será la más baja desde 1962, lo que nos lleva a un menor número de minas activas y de reactivación de minas antiguas. Problema: desmantelarlas es un reto medioambiental y económico.

Por ello tiene todo el sentido del mundo dar a estos lugares una segunda vida como almacenes de energía. Detrás de este proyecto está la compañía británica Gravitricity, pionera en un proceso para convertir estas minas en sitios de producción y almacenamiento de energía elevando y bajando cargas pesadas y aprovechando la fuerza de la gravedad para generar electricidad.

Gráfico: Gravitricity.

La tecnología es similar al almacenamiento hidráulico por bombeo, que utiliza el flujo de agua y las diferencias de altura para generar electricidad: su tecnología utiliza pesos ​​suspendidos en un pozo mediante cables sujetos a cabrestantes. Cuando hay exceso de electricidad, por ejemplo en un día ventoso, el peso se arrastra hasta la parte superior del eje listo para generar energía. Este peso puede luego liberarse cuando sea necesario (en menos de un segundo) y los cabrestantes se convierten en generadores, produciendo rápidamente una gran ráfaga de electricidad o liberándola más lentamente, según lo que se necesite.

Esto se conectaría directamente con la red eléctrica local y estabilizaría la red finlandesa en momentos de alta demanda.

Aseguran que se trata de un sistema de bajo coste que puede durar décadas sin grandes esfuerzos de mantenimiento y almacenar hasta 2 MW de energía; suficiente para iluminar 2.000 hogares al año. Esta mina finlandesa se usará como prototipo a escala real para demostrar la tecnología.

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