En lo que llevamos de año se han presentado 75 nuevos proyectos globales relacionados con el hidrógeno verde, y según los datos de Bank of America, dos de cada diez han nacido en España (que en este sentido, solo ha sido superada por Estados Unidos).
Asimismo, casi el 40% de los 5.200 MW de hidrógeno que se proyectaron en toda Europa hasta el pasado verano se localizan en nuestro país, que quiere posicionarse como líder mundial en la obtención de este gas prometedor, aunque para ello necesita un impulso definitivo desde Europa lo antes posible.
El contexto geopolítico actual y los avances a marchas forzadas por parte de Europa para cortar lazos con Rusia y su suministro energético nos favorecen, aunque hay algunas piedras en el camino en forma de conexiones. ¿Por qué? Lo analizamos.
Fortalezas y debilidades de España ante el hidrógeno verde
La capacidad instalada de energía solar y eólica en nuestro país -y los proyectos ya en marcha para aumentarla, que son muchos- nos convierten en un país con mucho potencial para producir y exportar este gas de origen renovable que cada vez está más codiciado y mejor posicionado de cara a un futuro cercano donde las energías limpias son las que dominarán el panorama energético.
Prácticamente todas las grandes compañías ya están invirtiendo importantes sumas de dinero en este gas de origen renovable para obtener su trozo del pastel: Repsol, Iberdrola, Endesa, Enagás, CAF, Cepsa, Naturgy, Acciona, ACS, Bosch, Siemens, Talgo, Toyota, Hyundai o Airbus son solo algunas de ellas, pues actualmente ya hay más de 500 proyectos en torno al hidrógeno renovable sobre la mesa para optar a ayudas en España.
El hidrógeno es el primer elemento de la tabla periódica y el gas más abundante en el universo. Está presente en el agua (cuya fórmula química, recordemos, es H₂O) y funciona como el gas natural, pero en lugar de emitir CO₂ al quemarse, emite vapor de agua.
Para obtener hidrógeno en estado puro hay que romper la molécula del agua para separarlo del oxígeno y al hacerlo con energías de origen renovable, obtenemos el codiciado “hidrógeno verde”. Uno de los principales escollos para todo este proceso es el precio, seguido por los desafíos que genera su transporte.
En este sentido, España cuenta con una base industrial cada vez más potente para producir hidrógeno verde, y la Asociación Española de Hidrógeno lleva más de dos décadas trabajando en ello. Incluso se producen electrificadores de gran eficiencia que se exportan a otros lugares del mundo (sobre todo a California, EEUU).
Además, también se da la ventaja que España tiene muy buenas condiciones para desarrollar proyectos enfocados en la energía solar y fotovoltaica tan propicias para impulsar el desarrollo, la producción y el almacenamiento del hidrógeno verde. Ambas tecnologías además, son dos de las fuentes renovables que más están creciendo.
La semana pasada se celebró en Madrid el Congreso Europeo del Hidrógeno, en el que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen declaró que "impulsar las energías renovables es más urgente que nunca y España puede ser un gran referente para el resto de Europa”.
"España es líder mundial y europeo en energías renovables", aseguraba Von der Leyen. "Ha construido una red rica y diversa de proveedores de energía y se ha convertido en un país muy atractivo para la promoción del hidrógeno verde".
El mismo día, la Comisión presentó el “Plan REPowerEU” actualizado para acelerar la transición energética de Europa y dejar atrás la dependencia del gas ruso del continente.
“Aumentaremos el objetivo de energías renovables en toda la UE del 40 al 45 % para 2030”, dijo. “También estamos duplicando nuestro objetivo de producción de hidrógeno. Nuestro objetivo es producir, transportar e importar un total de 20 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030”. Para ello, la inversión será de más de 300.000 millones de euros.
España ya ha presentado una ambiciosa Hoja de Ruta centrada en hidrógeno verde, que pasan por instalar hasta 4 gigavatios (GW) de potencia y movilizar 8.900 millones de inversión pública y privada a corto plazo, y por cubrir el 10 % del objetivo comunitario ya a medio-largo plazo.
Ya de cara a 2030, podríamos tener circulando 150 autobuses, 5.000 vehículos (incluyendo los pesados), dos líneas de tren propulsadas con hidrógeno producido con fuentes renovables y un centenar de hidrogeneras.
Uno de los escollos para que España pueda cumplir con sus objetivos, además de la obtención de los fondos necesarios, es el transporte del gas para poder llevar a cabo su exportación como apuntaba en los últimos días el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans:
"Para la creación de un futuro sistema energético de hidrógeno verde, España y Portugal se convierten en más importantes que nunca. Sus interconexiones son también importantes para el hidrógeno verde", declaró.
Aquí entra en juego retomar la construcción del gasoducto Midcat que se planteó en 2013 y se paralizó en 2019 (un gasoducto que uniría Cataluña con Francia), pues el corredor es una de las infraestructuras claves señaladas en el plan REPowerEU para reducir la dependencia energética de Rusia.
Este proyecto urdido en su día por los gobiernos de España, Francia y Portugal sería una gran opción para dotar de más autonomía energética al continente, pues desde España se podría suministrar gas que llega a España desde Kuwait o Arabia Saudí, entre otros.
Supondría un desembolso estimado en unos 500 millones de euros según el Ejecutivo, y podría solucionar parte de la problemática derivada de las recientes tensiones diplomáticas entre España y Argelia.
El pleno del Congreso ha aprobado recientemente con los votos a favor de los dos principales partidos políticos para simplificar los trámites necesarios y que sea considerado un proyecto de interés común lo antes posible.
Por otra parte, y según apuntan expertos en la materia, no solo es importante retomar el proyecto del gasoducto y ponerlo en marcha cuanto antes para “no perder el tren del hidrógeno”, sino asegurar las exportaciones a otros países europeos sin que Francia interfiera en los precios.