La Unión Europea se enfrenta a un dilema ecológico en materia de energías renovables marinas, según afirma el Tribunal de Cuentas Europeo en un informe publicado esta semana.
Y su conclusión es clara: si bien esta "fuente es clave para la transición ecológica de la UE, su desarrollo puede dañar el medio marino”. La Comisión Europea no ha evaluado los posibles efectos de estas tecnologías en el medio ambiente, asegura el organismo europeo en su auditoria.
Estos posibles efectos adversos van desde el desplazamiento de especies hasta cambios en la estructura de la población marina, pasando por modificaciones en la disponibilidad de alimentos y en los patrones migratorios.
También se señala la falta de perspectiva sobre las consecuencias sociales, en particular el reparto de los frentes marítimos con otras actividades. Y son muchas en Europa: “el intenso tráfico de mercancías en el Mar del Norte, los esfuerzos por preservar el medio ambiente y, por supuesto, la pesca”, explican desde el tribunal europeo.
Los conflictos con los pescadores, en particular, suelen quedar estancados, y la oposición a los parques eólicos marinos se reaviva en cuanto se evalúa un proyecto, señalan los auditores europeos. La Comisión aún no ha cuantificado los principales efectos económicos que el desarrollo de esta tecnología tendría en la pesca.
En cuanto a las turbinas eólicas, las flotantes son consideradas una tecnología prometedora para los países con un lecho marino a más de 50 metros de profundidad. Según algunos estudios, permiten evitar la fase de construcción de las turbinas fijas, que es la más destructiva, aseguran desde la auditoría europea.
España, a la cola en aerogeneradores marinos y al frente de los terrestres
Estas energías renovables y obtenidas en el mar, que incluyen aerogeneradores fijos y flotantes, están desarrolladas de forma desigual en Europa. El Tribunal de Cuentas analizó cuatro países.
“Alemania y los Países Bajos están a la cabeza. Francia acaba de inaugurar su primer parque eólico, mientras que España prefiere invertir en otras tecnologías", explica Nikolaos Milionis, ponente principal.
En términos de aerogeneradores, España apuesta por usarlos en tierra. De hecho, España es el segundo país europeo con mayor potencia de energía eólica instalada, con un total de 29.813 MW, tan sólo por detrás de Alemania, que acumula más de 66 GW instalados.
Esta apuesta por la eólica terrestre, también se topa con cierta oposición de las poblaciones en algunas regiones en las que se implantan esos parques eólicos. Y, al igual que la marina, tiene su lado oscuro que afecta al medioambiente.
Aun así, España no se cierra a la energía eólica marina. Recuerdan que el objetivo de España para 2030 en el mar se basa principalmente en la energía eólica flotante. Además, por sus condiciones naturales favorables, se están probando numerosos prototipos de energía oceánica, que usa la fuerza del oleaje y las corrientes para generar energía.
Pero una cosa parece cierta: Europa cuenta con su desarrollo para alcanzar su ambicioso plan de neutralidad en carbono de aquí a 2050. El Tribunal de Cuentas recuerda las sumas invertidas en los aerogeneradores: casi 17.000 millones de euros en ayudas [...] en los últimos 15 años.