China acaba de dar un paso de gigante en su carrera por lograr una fuente de energía limpia ilimitada, al anunciar un ambicioso proyecto: la construcción de una central de energía solar de 1 km de ancho en el espacio, capaz de generar energía continua y enviarla a la Tierra mediante microondas.
El proyecto se compara con el de la “Presa de las Tres Gargantas”, el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo. Situado en medio del río Yangtsé, en el centro de China, genera 100.000 millones de kilovatios-hora de electricidad al año. Según la NASA, la presa es tan grande que, si se llenara completamente, la masa de agua contenida en su interior alargaría los días de la Tierra en 0,06 microsegundos.
En qué consiste el proyecto de energía solar espacial y qué impacto podría tener
El concepto de la energía solar espacial (SBSP, por sus siglas en inglés) se basa en capturar la luz solar directamente en el espacio, donde ésta es diez veces más intensa que en la superficie terrestre, y transmitirla de forma inalámbrica a la Tierra. La idea de crear una estación solar espacial no es nueva, pues lleva en el aire desde la década de 1980, pero este proyecto marca un hito importante por su magnitud.
El diseño propuesto por China incluye un gigantesco panel solar, de 1 km de ancho, que convertirá la luz solar en electricidad mediante celdas fotovoltaicas. Posteriormente, la energía será transmitida en forma de microondas a 2,45 GHz a estaciones receptoras en la Tierra, denominadas «rectenas», que convierten la energía en electricidad y la inyectan en la red local para su distribución.
En las últimas décadas, se han propuesto varias tecnologías de energía solar basada en el espacio (SBSP) similares que recogerían y transmitirían continuamente la energía de la luz solar en el espacio, donde es 10 veces más intensa que en la superficie terrestre.
Pero su construcción exigiría muchos lanzamientos, por lo que la mayoría de las propuestas no han logrado despegar. Para superar ese reto, este proyecto, liderado por la Academia China de Ciencias (CAS) y científicos como Long Lehao, diseñador jefe de los cohetes Long March, se llevará a cabo en etapas.
Los componentes serán transportados al espacio mediante los nuevos cohetes de carga pesada Long March-9 (CZ-9), que pueden levantar hasta 150 toneladas en cada lanzamiento, y así se reducirían los lanzamientos totales necesarios para llevar a cabo el objetivo. Una vez en órbita, las piezas serán ensambladas para formar la estación solar.
Ventajas de la energía solar espacial
- Disponibilidad continua: Al estar en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altura, la estación solar recibirá luz solar las 24 horas del día, superando las limitaciones terrestres como la noche, la nubosidad o la absorción atmosférica.
- Transmisión inalámbrica: Las microondas permiten enviar energía a cualquier punto del planeta, incluso a lugares remotos o desprovistos de infraestructura eléctrica.
- Sostenibilidad: Este proyecto podría reducir significativamente la dependencia de combustibles fósiles y acelerar la transición hacia energías limpias. Según Long Lehao, la energía producida por esta estación solar en un año “equivaldría a toda la energía derivada del petróleo extraído en el mismo período”.
Retos y limitaciones por superar
Para Lehao, poder construir este proyecto solar en el espacio “sería tan significativo como trasladar la presa de las Tres Gargantas a una órbita geoestacionaria a 36.000 km sobre la Tierra”. Pero a pesar de su potencial, el nuevo proyecto espacial de China enfrenta numerosos desafíos:
- Costes: Construir y lanzar una estructura de esta magnitud es extremadamente caro. La fabricación, el transporte y el ensamblaje en el espacio requieren inversiones colosales.
- Tamaño de las infraestructuras: Un solo satélite puede tener un diámetro de más de un kilómetro, y las estaciones receptoras en la Tierra necesitarán un área diez veces mayor.
- Eficiencia de transmisión: Aunque las microondas son una tecnología conocida, su conversión en energía útil en la Tierra todavía necesita optimizarse para garantizar que no haya pérdidas significativas. Y es que, la mayor parte de la atmósfera absorbe la radiación solar antes de que llegue al suelo.
- Impacto ambiental: Aunque se espera que la energía solar espacial sea una opción limpia, el impacto de la transmisión de microondas y la gestión de estructuras tan grandes en órbita deben estudiarse cuidadosamente.
Más allá de China: otros proyectos de energía solar espacial en marcha
China no está sola en esta carrera. Empresas como Lockheed Martin y Northrop Grumman en Estados Unidos, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia espacial japonesa JAXA también han explorado la energía solar espacial. JAXA, por ejemplo, tiene previsto lanzar este año un pequeño satélite de prueba para evaluar su viabilidad.
La competencia internacional por desarrollar esta tecnología podría acelerar su implementación y reducir los costos en el futuro. Mientras tanto, si la apuesta de China por una gigantesca estación solar en el espacio logra superar los desafíos técnicos y financieros, su proyecto podría cambiar drásticamente la forma en que el mundo produce y consume energía solar.