Tras el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania el pasado 24 de febrero y ante las amenazas del Kremlin de cortar el suministro del gas en Europa, Alemania da marcha atrás en sus objetivos de descarbonización y reactiva viejas centrales de carbón para reducir su dependencia energética de Rusia.
Así lo ha anunciado el canciller Olaf Scholz, que también tiene planes “para construir dos nuevas terminales de gas natural licuado y ampliar las opciones energéticas del país”, como recoge Bloomberg, quien apunta a que Alemania solo produce el 35 % del gas que consume.
Una carrera a contrarreloj
A finales de 2021, y de la mano de su actual Gobierno, además del cierre de sus reactores nucleares, Alemania anunció que adelantaría a 2030 el final de la energía generada con carbón.
Ya había empezado a tomar medidas al respecto, pues para entonces también esperaban poder aumentar sus fuentes de energía renovable hasta el 80 %.
Además, el país bávaro mantiene su negativa en el uso de la energía nuclear y han fijado su objetivo de ser neutrales en cuanto a las emisiones para 2045, sumándose a otros países como Suiza, Austria, Bélgica o Portugal (que hace meses cerró su última central de carbón).
Pero los intentos de Alemania para eliminar de forma progresiva la energía nuclear y el carbón se complican en un momento de tensión a escala mundial ante el conflicto detonado por Rusia en Ucrania, y las amenazas de Putin de dejar de bombear gas a través del gasoducto Nord Stream 1.
Motivadas, según él, “en respuesta recíproca” a las sanciones impuestas a Rusia por Estados Unidos y sus aliados tras su invasión a Ucrania.
En un inusual comunicado de prensa Biden ya ha anunciado el cese de las importaciones de petróleo, gas licuado y carbón rusos. Reino Unido también se ha unido a la prohibición, y la UE se resiste a seguirle. Al menos en su gran mayoría.
Pero como recoge El Economista, el Ministro de Energía de la Baja Sajonia, Olaf Lies, ha declarado respecto al cambio de estrategia de Alemania en torno a su dependía energética que "el carbón desempeñará un papel crucial".
En la actualidad, Alemania cuenta con unos 45 GW de capacidad energética de carbón. Si bien parte de sus centrales ya han detenido su actividad, otras muchas se mantienen en reserva para garantizar la seguridad de suministro del país, como recogen medios alemanes.
En la misma rueda de prensa, el vicecanciller alemán Robert Habeck añadió: "Sabemos y hemos de admitir que en los últimos 20 años hemos maniobrado para depender cada vez más de las importaciones de energía fósil de Rusia".
Además, añadió que pese a que no es la situación ideal para hacerlo, "todos los esfuerzos del gobierno federal, e incluso del país, están dirigidos a reducir esta dependencia lo antes posible".
Ahora, la agencia de redes de energía de Alemania ha pedido que las centrales eléctricas de carbón del país permanezcan en espera si es necesario. “Como ya ha anunciado el presidente de la Agencia Federal de Redes, Klaus Müller, queda por determinar qué centrales realmente deben permanecer en la reserva o cuáles pueden liberarse”, dijo Lies.
Por su parte, el grupo de presión Transport & Environment (T&E) se ha vuelto a pronunciar respecto a la dependencia energética de Rusia por parte de la UE. En un nuevo análisis, insta al bloque europeo a que embargue el petróleo ruso, defendiendo que es posible.
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