En medio de la crisis energética que atraviesa Europa, Alemania ha elevado al dos el nivel de alarma ante el alto riesgo de escasez de gas, que incluye una cláusula que permite a las empresas de servicios públicos trasladar inmediatamente el aumento de precios a la industria y los hogares.
El mayor grado de alerta posible es el tres, y en éste se imponen racionamientos mientras que el Estado tomaría el control de la distribución energética.
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Según su plan de nivel 2, Berlín proporcionará una línea de crédito de 15.000 millones de euros para llenar las instalaciones de almacenamiento de gas y lanzará un modelo de subasta este verano para alentar a los usuarios industriales a ahorrar gas, que generó el 15% de la electricidad en Alemania el año pasado.
La situación se ha llegado a comparar con la crisis de 2008, aludiendo a un colapso del sistema energético a nivel mundial. El Gobierno alemán ha anunciado recientemente que aprobará leyes de emergencia para reabrir plantas de carbón para no depender del gas ruso.
Según detalla Reuters, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ha acusado a Rusia de ataque energético: "No debemos engañarnos a nosotros mismos: el corte en el suministro de gas es un ataque económico contra nosotros por parte de [Vladimir] Putin".
La semana pasada Gazprom cortó los flujos a través del oleoducto Nord Stream 1 a través del Mar Báltico a solo el 40 % de la capacidad.
Por su parte, Rusia ha negado que los cortes de suministro fueran deliberados, aludiendo Gazprom a un retraso causado por las sanciones de Occidente.
Alemania ha tomado la decisión de reducir el uso del gas al considerarlo un bien escaso; la UE recibe el 40 % de su gas a través de gasoductos rusos.
De hecho, Moscú ya ha cortado el suministro de gas a polonia, Finlandia, Bulgaria y Orsted, en Dinamarca, debido al pago en rublos.
Según detalla Reuters, el jefe de política climática del bloque europeo, Frans Timmermans, dijo el jueves que 10 de los 27 países miembros de la UE han emitido una "alerta temprana" sobre el suministro de gas, el primero de los tres niveles de crisis identificados en las regulaciones de seguridad energética de la UE.