La batalla sobre el futuro de los motores en Fórmula 1 finalizó ayer con victoria parcial de los constructores. La idea de la FIA de introducir motores independientes que abarataran los costes de motorización para los equipos que no se fabrican su propio motor fue finalmente aparcada, aunque sí que hubo que pagar algunos peajes para lograr tal desenlace.
Para que los actuales motores V6 turbo siguieran siendo la arquitectura que propulsara a los Fórmula 1 hasta 2020, los fabricantes de motores han tenido que aceptar reducir el coste de suministro de los mismos a unos asequibles 12 millones de euros a partir de la temporada 2018, garantizando que ningún equipo pueda quedarse "colgado" sin suministro de motores, situación que ha sobrevolado el entorno de Red Bull durante unos cuantos meses en 2015.
Aunque aún no se ha hecho oficial dicho extremo, la información puede considerarse "oficiosa", pues todos los medios especializados ya se han hecho eco de ella. Faltará por ver cómo se transcribe este acuerdo en las futuras reglamentaciones de la Fórmula 1.
No a los repostajes y más indulgencia al sancionar adelantamientos en pista
Otros puntos que se trataron en las recientes reuniones que concluyeron ayer en Ginebra por el Grupo de Estrategia y la Comisión de Fórmula 1 fueron el sonado retorno de los repostajes a las carreras, opción que al parecer se descartó, la posible reducción a 3 cajas de cambio por piloto y temporada para abaratar aún más los costes, la necesidad de rebajar las penalizaciones por intentos de adelantamiento en pista para que los pilotos no se sientan condicionados en su pilotaje a la hora de adelantar o la posibilidad de que los fans escojan al "MVP" de cada carrera, al más puro estilo americano.