No hace falta que venga Adrian Newey a declarar la importancia que tiene el motor en la Fórmula 1 actual. Es una evidencia además totalmente buscada. Como lo es que el mayor éxito de sus Red Bull fue en una época en la que la aerodinámica marcaba las diferencias. Pero sí, las tornas empezaron a cambiar con la introducción de los V6 turbo en 2014, como por otra parte se esperaba.
Ahora, como ya sucedió en épocas pasadas en la categoría reina, tener un buen motor es algo casi imprescindible para aspirar a lo máximo en Fórmula 1. Y no cabe duda que Mercedes tiene el mejor motor de la parrilla, o al menos lo tenía en 2014. El propio Newey ha cifrado la desventaja de potencia en 2014 del motor Renault en un 10% respecto al de los alemanes, mientras que James Allison se mojó en cuantificar que, de la diferencia que les separaba en 2014 de Mercedes, un 60% se correspondía únicamente al deficiente motor Ferrari. Los deberes de cara a 2015, por lo tanto, estaban claros.
Tras lo visto en los primeros test de pretemporada en Jerez, parece que los motoristas han dado ese paso adelante que los equipos necesitan para poder optar a plantar cara a Mercedes en 2015. Si será suficiente o no, lo veremos en Australia. Hasta tal punto llega la convicción de que Mercedes sigue estando por delante en cuanto a motor se refiere, que hay quien apunta que tanto la escudería oficial como Williams habrían rodado en Jerez aún con motores de 2014, algo que al parecer no es cierto.
Pero vaya, esos 50 CV de mejora que puede haber logrado Mercedes en su motor para 2015 siguen planeando en el ambiente. Es más que conocido que los motores de la estrella tenían una amplia capacidad de mejora en todo el sistema de recuperación de energía (ERS). ¿Que guardaron las cartas en Jerez, sin exprimir al máximo su motor? Yo pienso que eso es evidente. ¿Que no tendrán una superioridad tan grande en cuanto a motor como en 2014? Por el bien de la competición, esperemos que así sea.
1.000 CV para los motores en 2017
Por si no fuera suficiente con los esfuerzos que todos están haciendo para tener el mejor motor posible, la semana pasada se dio luz verde para que los motores pudieran alcanzar los 1000 CV de potencia en 2017. Ese era uno de los principales objetivos de la reunión del Grupo de Estrategia del pasado jueves en París. Pero nada de una unidad motriz nueva, como pretendía por ejemplo Ferrari con su propuesta de un V8 biturbo. A los 1000 Cv se llegará simplemente aumentando el flujo máximo de combustible permitido, además de la cantidad de combustible permitida para completar la carrera.
En otras palabras: en 2017 tendremos mayor potencia a costa de abrir el grifo y permitir un mayor consumo de combustible. Todo eso, en un marco de una Fórmula 1 que ha introducido un complejo sistema de recuperación de energía (ERS) para ser mucho más verde y eficiente, y que no olvidemos, está capado por normativa. Y yo me pregunto: si abres el camino de la eficiencia energética para acercarte a la realidad de la calle, ¿por qué no abres el grifo por ahí y permites unas cifras de recuperación mayores que las actuales? Por esa vía, se pueden llegar a cifras de potencia superiores a los 1.000 CV. Yo mismo me respondo: porque eso no va asociado a un ruido más "racing" de los motores.
Sin lugar a dudas, creo que la Fórmula 1 atraviesa una crisis de identidad importante. ¿Queremos ser "racing", o queremos ser "green"? Porque eso de quedarse a medias, no va con un deporte de límites como éste.