La Fórmula 1 está pasando por una de las mayores sequías de toda su historia. Desde hace 39 Grandes Premio no llueve en carrera, es decir, casi dos temporadas sin una sola gota el domingo. La última vez que llovió en una carrera fue en el Gran Premio de Singapur de 2017, y lo hizo de forma inesperada ya que no estaba en las previsiones.
Una sequía que está privando al aficionado de algo tan preciado como el pilotaje en lluvia y que también afecta a los propios corredores, ya que gran parte del aura y el carisma de los mismos llega en este tipo de pruebas. Además, tampoco estamos pudiendo disfrutar del nivel de los Fórmula 1 híbridos en estas condiciones.
Pilotos como Charles Leclerc o Pierre Gasly nunca han corrido en lluvia
Y es que la sequía en la Fórmula 1 es tremenda. Solo ha llovido en una de las últimas 52 carreras, el ya mencionado Gran Premio de Singapur en el que Kimi Raikkonen, Max Verstappen, Sebastian Vettel y Fernando Alonso chocaron en la primera curva. Para encontrarnos otra carrera mojada ya hay que irse hasta Interlagos en 2016, todavía con Nico Rosberg en pista.
Es cierto que los que gocen de mejor memoria recordarán que llegaron a caer unas gotas en el Gran Premio de Alemania de hace un año, pero Lewis Hamilton, el ganador de la carrera, ni siquiera llegó a montar el neumático intermedio. Varios pilotos sí lo hicieron, pero no el más rápido, por lo que es discutible si se podría considerar una carrera en lluvia.
Con todo esto, son muchos los pilotos de la actual parrilla que nunca han rodado en lluvia durante una carrera. Entre ellos, talentos como Charles Leclerc, la joven promesa de Ferrari que está deslumbrando a todos pero que todavía no sabe lo que es rodar con una rueda de mojado en carrera, más allá de unas vueltas que dio a la desesperada en la mencionada carrera de Alemania y con la pista seca.
Lando Norris, George Russell, Antonio Giovinazzi, Alex Albon o incluso Pierre Gasly, piloto de Red Bull, tampoco han disputado hasta la fecha ninguna carrera bajo la lluvia. Casi un tercio de la parrilla que, hasta la fecha, no conocen lo que es correr en mojado en Fórmula 1. Pilotos más veteranos como Max Verstappen o Carlos Sainz apenas han tenido cuatro oportunidades de probarlo.
En parte esto se debe a que la FIA organiza el calendario de modo que se consigan evitar todo lo posible las inclemencias meteorológicas. Por ejemplo, el Gran Premio de Malasia, uno de los que solía ser conflictivo, fue trasladado del principio al final del calendario para evitar las usuales tormentas tropicales.
Pero aún así, ya son casi dos temporadas sin una carrera en lluvia, algo nunca visto en la historia de la Fórmula 1. Lo más parecido fueron las 33 carreras que pasaron entre el Gran Premio de Brasil de 2012, en el que Sebastian Vettel ganó su tercer mundial, y el de Japón de 2014, en el que desgraciadamente falleció Jules Bianchi.
Si echamos la vista solo una década atrás, nos encontramos con que las temporadas 2008 y 2009 fueron de las más mojadas de la historia, con hasta seis carreras en lluvia entre las dos temporadas pese a que por entonces el calendario era más escueto. Una buena muestra de cómo ha cambiado el clima, y ha afectado a la Fórmula 1, en solo diez años.
Ya en su día se planteó la posibilidad de instalar aspersores en los circuitos para poder mojarlos en ciertas ocasiones. Fue una de las disparatadas ideas de Bernie Ecclestone para mejorar el espectáculo en la Fórmula 1, pero actualmente se ha quedado solo para test de lluvia en circuitos de pruebas. Y es que la Fórmula 1 se está secando.