Como todo buen amante de la Fórmula 1 sabe, ésta es una competición en la que la mística importa casi tanto o más que lo que sucede en la pista. Otro diría que todo, o la mayor parte, es pura cosmética. Una máxima a la que ni siquiera se escapan las marcas, a las que la prensa, los aficionados y la organización acostumbran a llamar de una forma más glamurosa que el paddock.
Allí, por poner un ejemplo, Renault no existe. En todo caso estaríamos hablando del 'equipo de Enstone'. Y es que casi todos los grandes constructores con sus imponentes nombres que ahora campan por la Fórmula 1 tuvieron un pasado, a veces como pequeño garajista o en otras ocasiones siendo directamente una marca de la competencia.
Mercedes se hizo con BrawnGP para entrar en la Fórmula 1
Para ejemplificar estos vaivenes nada mejor que el caso de los dominadores de la era híbrida, Mercedes. Los orígenes del equipo ahora de nacionalidad alemana se remontan a 1970, cuando Tyrrell desembarcó en la Fórmula 1. El constructor británico entró con fuerza y ganó dos mundiales en 1971 y 1973 con Jackie Stewart.
Tras ello, se mantuvo en las carreras hasta 1998, cada vez con peores resultados, hasta que finalmente le vendieron su plaza a BAR. Después de la asociación del British American Racing con Honda, los japoneses se quedaron con la escudería para montar su equipo propio, que duró tres temporadas con relativo éxito al principio y un fracaso rotundo al final.
Tal fue la decepción que se marcharon de la Fórmula 1 sin darle ni siquiera una oportunidad al coche que con tanto mimo habían preparado para 2009. Craso error. Ross Brawn compró el equipo por un euro, montó el motor Mercedes en su chasis, le puso su nombre al equipo y ganó los dos mundiales con aquellos memorables y carismáticos Brawn GP.
TEN YEARS AGO...@JensonButton conquers the world with Brawn GP in Brazil!#F1 #OnThisDay pic.twitter.com/HVsFWXlYza
— Formula 1 (@F1) October 18, 2019
Fue ahí donde Mercedes entró en escena para comprar el chollo que era Brawn GP y montar su propio equipo en Brackley, donde llevaba instalada la sede del equipo desde tiempos de BAR. Desde sus inicios en 1970, el equipo de Brackley lleva ocho mundiales de pilotos, que serán nueve cuando Lewis Hamilton gane el de 2019.
Renault es 'el equipo de Enstone'
Otros de los casos más llamativos es el del mencionado 'equipo de Enstone', como se conoce a Renault en el paddock. El fabricante francés es conocido en la Fórmula 1 por sus constantes idas y venidas de la categoría. A veces entran como constructor, de repente salen del todo, luego vuelven solo como motoristas, regresan a construir su propio coche... Es el juego habitual de Renault.
Los orígenes de la actual estructura que es Renault, la que se fija en Enstone, se remontan a 1981, cuando Toleman, el primer equipo de Ayrton Senna, entró en la Fórmula 1. Curiosamente, en aquella época también competía, y con bastante éxito, Renault. Parece un trabalenguas, pero no lo es. La marca del rombo dejó la Fórmula 1 en 1985 mientras que Toleman cayó en manos de Benetton.
El equipo Benetton fue bastante exitoso en la Fórmula 1, llegando a su cénit en 1994, cuando ganaron el mundial con Michael Schumacher y motores Ford. De cara a la siguiente temporada, Renault volvió a la categoría motorizando a Benetton, repitieron título de campeones con Schumacher y ya echaron una semilla en el equipo de Enstone que ha fructificado en una relación muy exitosa.
Después de alguna ida y venida más, en 2002 Renault se quedó definitivamente con Benetton, empezó a desarrollar su propio chasis e inició la época más dorada de la historia de la compañía en la Fórmula 1, con los dos títulos mundiales de Fernando Alonso incluidos en ella. Tras la marcha del español, y con Flavio Briatore inhabilitado, en Renault trataron de darle continuidad con Robert Kubica, pero no funcionó.
Renault volvió a abandonar la Fórmula 1 en 2011, aunque dejó a Lotus calentándoles el asiento. De hecho los franceses le prestaban sus motores al equipo. Lotus se encargó de lavarle la cara la estructura de Enstone, sacar os vicios y devolverlos a la senda de la victoria con Kimi Raikkonen, cuando optaron al título de 2012.
Tras eso, Renault volvió a entrar con todo su poderío en 2015 iniciando un nuevo proyecto que de momento se les está atragantando. En la cuarta temporada del retorno de Renault, y pese al fichaje de una estrella de campanillas como Daniel Ricciardo, las nuevas teteras amarillas están demasiado lejos de la cabeza.
Sauber dotó de estructura a BMW y ahora a Alfa Romeo
Hinwil, una pequeña localidad suiza de menos de 10.00 habitantes, es otro de esos focos de concentración de grandes equipos de Fórmula 1. Allí es donde arranca la trayectoria del equipo Sauber allá por 1993, una estructura humilde impulsada por un soñador como Peter Sauber y que jamás estuvo cerca ni siquiera de luchar por las victorias.
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Sin embargo la solvencia del equipo atrajo a un gran constructor en 2006, BMW. Los alemanes estaban cansados de compartir escudería con Williams y decidieron independizarse comprando Sauber. Fue una alianza corta, de solo cuatro años antes de que BMW decidiese marcharse de forma precipitada de la Fórmula 1 en 2009, como hicieron también Honda y Toyota.
Seguramente fue una etapa marcada por una decisión, la de frenar el desarrollo del coche de 2008 cuando Robert Kubica había ganado el Gran Premio de Canadá e iba líder del mundial de Fórmula 1. Los esfuerzos destinados a 2009 no funcionaron y BMW se marchó. Sin embargo Sauber no quiso renunciar a su sueño, se quedó con el equipo y siguió compitiendo, con Pedro de la Rosa de piloto.
En esta segunda etapa de Sauber en solitario llegaron los mejores resultados, dejando al margen la etapa de BMW. Sergio Pérez estuvo a punto de ganar en Malasia en 2012, pero la era híbrida se le atragantó a Sauber. El año pasado, Alfa Romeo se hizo con la propiedad del equipo de Hinwil, haciendo desaparecer el nombre de Sauber por primera vez del nombre.
Los espíritus de Jaguar, Jordan y Minardi siguen en la parrilla
Los equipos de Red Bull también son otros de los que se han aprovechado de una estructura anterior para lanzar su aventura en la Fórmula 1. El equipo matriz de la empresa de bebidas energéticas entró en la categoría en 2005 comprándole el equipo a Jaguar, que a su vez se la había comprado a Stewart GP en el año 2000.
En los ocho años previos de la estructura antes de la llegada de Red Bull solo consiguieron una victoria, la de Johnny Herbert en Nürburgring en 1999, considerada una de las más sorprendentes de la historia. Jaguar lo intentó todo: desde fichar a figuras como Eddie Irvine hasta apostar por promesas como De la Rosa o Mark Webber, pero solo cayeron dos podios en cinco años.
Con la llegada de Red Bull todo cambió. A los austriacos les costó mucho al principio, pero aprovecharon el cambio de normas de 2009 y el fichaje de Sebastian Vettel para comenzar una época dorada con cuatro títulos mundiales. Ahora mismo, sin ser tan dominantes, siguen en la élite de la Fórmula 1.
Quienes no necesitaron esperar al cambio de normas de 2009 para ganar fue su filial, Toro Rosso, que se estrenó en la Fórmula 1 antes que el equipo matriz. En 2006 Red Bull decidió comprar un histórico del final de las parrillas de la Fórmula 1, el equipo Minardi, para montar su estructura satélite, al más puro estilo MotoGP.
Pero Toro Rosso terminó ganando su primera carrera antes de que lo hiciese Red Bull. Lo consiguió Vettel en el Gran Premio de Italia de 2008, otra de las victorias más inesperadas de la historia y que además tuvo un sabor especial para todos los aficionados de la Fórmula 1, porque el regusto del carismático Minardi estaba detrás de aquella epopeya.
El otro equipo de la parrilla que tiene sus orígenes en estructuras anteriores es Racing Point. La escudería rosa de la Fórmula 1 fue Force India hasta el año pasado, pero antes de eso albergó los proyectos frustrados de Midland y Spyker y la aventura del mítico equipo Jordan, que incluso llegó a ganar cuatro carreras en la Fórmula 1 y por momentos se codeó con los gigantes.
Los tres grandes y Haas, los únicos que no han cambiado
Pero también los hay de esos que han permanecido inmutables desde sus inicios. La panacea de eso es Ferrari, que se mantiene impertérrita en la categoría desde 1950, siendo la escudería más laureada de toda la historia de la Fórmula 1. Quince título de pilotos y dieciséis de constructores para la única constante de la categoría.
Tampoco han sufrido cambios desde su fundación los otros dos gigantes históricos de la categoría, McLaren y Williams. Aunque en el caso de estos últimos es cierto que hubo una bifurcación en los 70, ya que las dos primeras temporadas de Williams fue comprando Iso y después le vendieron esa estructura a Wolff y comenzaron de cero creando la suya propia en 1978.
Hay un cuarto equipo en la parrilla actual que no ha mutado. Se trata de Haas, el equipo americano que eligió el camino más difícil y empezó de cero en la Fórmula 1, aunque es cierto que con un potente apoyo de Ferrari. Desde entonces, Haas está asentado como equipo en la zona media de la parrilla de la Fórmula 1.
Fue el mismo camino que tomó Toyota en su día. Los japoneses entraron con mucha ilusión, empezando desde cero en 2002, pero la aventura fue infructífera. Toyota abandonó la Fórmula 1 en 2009 y, a pesar de toda la mística en torno a su coche para 2010, nadie terminó por comprarlo, ya que Stefan GP no participó jamás. Lo que sí han usado muchos, entre ellos Ferrari y McLaren, es el túnel del viento que los japoneses dejaron en Colonia. Toyota también dejó su semillita en la Fórmula 1.
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