Ayer, el nuevo CEO de la marca del óvalo, Jim Hackett, cumplió 100 días en la centenaria compañía bajo la presión de ser el encargado de guiar con éxito un momento de transición. La pérdida de liderazgo del anterior director, Mark Fields, había dejado a Ford con menos cuota de mercado y muchos retos en cuanto a movilidad que asumir.
A la reciente alianza con Domino´s Pizza se le une su asociación con Lyft para desarrollar vehículos autónomos que se conecten con la aplicación móvil de Lyft. Sin embargo, de momento pondrán al volante a conductores humanos y no a máquinas. Andan con pies de plomo.
Lyft es solo una pieza del puzzle que quiere armar Ford
Tras la marcha de Fields, se ha producido un cambio de discurso en Ford. Se había prometido poner en el mercado un coche autónomo sin controles manuales en 2021, aunque la compañía había explicado que estaría únicamente disponible para las empresas de car-sharing. Sin embargo, Hackett adoptó una posición menos optimista.
La centenaria compañía puso 2021 como una fecha a partir de la cual podríamos estar hablando del coche autónomo. Además, Hackett aseguró que los coches autónomos no sustituirían los conductores humanos y que las empresas de car-sharing no eliminarán de la ecuación el coche privado. La alianza con Lyft respalda este cambio de discurso.
Junto a Lyft, Ford investigará cómo desarrollar una plataforma que se pueda conectar fácilmente con otra asociada, como la de Lyft, para poner en circulación un vehículo autónomo. También se estudiará qué ciudades son las adecuadas para esta red en base a datos compartidos, teniendo en cuenta las necesidades de los usuarios y lo más importante: qué tipo de infraestructura es necesaria para mantener una flota de vehículos autónomos.
El plan futuro es tener automóviles autodirigidos que operen junto a la actual comunidad de conductores de la empresa de transporte Lyft, para "asegurar que el transporte se produce a tiempo y de forma asequible".
Como parte del desarrollo de una plataforma tecnológica conjunta, Ford desplegará vehículos conducidos por humanos en la red de Lyft para probar la interfaz y asegurar la compatibilidad con la plataforma de Lyft. Los equipos de desarrollo de ambas compañías ya están trabajando en sistemas de programación para que puedan comunicarse entre sí sin afectar a los usuarios de la aplicación Lyft.
Ford también conectará vehículos de prueba autodirigidos a la red de Lyft; no estarán disponibles para el uso del cliente, pero permitirán a la marca del óvalo desarrollar la tecnología y asegurar una experiencia "positiva y tranquilizadora" para los futuros usuarios.
Claro que no ha hablado de una fecha concreta para hacer realidad este proyecto, pero el car-sharing y el alquiler de vehículos resultarán muy interesantes para los inversores. Ford se encuentra en una situación de estancamiento en detrimento de rivales como General Motors y las potentes empresas de Silicon Valley, que hacen que empresas tradicionales como Ford tengan que ponerse las pilas ante un futuro incierto y a veces demasiado optimista.
Mientras tanto, continúan trabajando en el resto de piezas del puzzle, que incluyen el desarrollo del sistema de Inteligencia Artificial Argo AI, empresa en la que invirtió 1.000 millones de dólares para dotar de cerebro a su vehículo autónomo. Sin mencionar los coches conducidos por señores disfrazados de asientos