El Ford Explorer es un modelo vital para Ford, sobre todo ahora que -a excepción del Mustang- solo venderá SUV y pick-ups en Estados Unidos. El Explorer es el segundo SUV más vendido de la marca, por detrás del Escape (la versión local de nuestro Kuga), y el tercer coche más vendido de la marca, por detrás del F-150 y del Escape. De ahí que para la nueva generación de este SUV, Ford no haya querido modificar en exceso su diseño (si algo funciona, no lo toques), pero sí todo lo que no se ve.
El diseño no es más que una evolución del modelo saliente. El frontal es más contundente gracias a una calandra más pequeña, la línea de techo baja de forma más pronunciada y las aletas tienen un ligero ensanchamiento que le da un aire musculoso y asienta visualmente el coche. Pero globalmente se reconoce al instante como un Ford Explorer.
Tan sólo dos motores en la gama y un cambio automático
Sin embargo, bajo esa familiar carrocería se esconde un coche radicalmente diferente. Comparte plataforma con el inmenso Lincoln Aviator, incluyendo la tracción trasera (el Explorar saliente es a la base un tracción delantera).
Habrá dos motores disponibles en la gama. El primero es un 4 cilindros turbo de 2.3 litros. Se trata del mismo motor EcoBoost que encontramos bajo el capó del Explorer saliente, del Mustang y del Ranger estadounidense, aunque en el nuevo Explorer el motor sube hasta los 300 hp (304 CV) y entrega 420 Nm.
El segundo propulsor disponible es un V6 turbo de 3.0 litros de 365 hp (370 CV) y 515 Nm que comparte con el Lincoln Aviator (aunque en el Lincoln es unos 35 CV más potente). Más adelante se unirán a la gama una variante ST y un modelo híbrido. Ambos motores disponibles (4 cilindros y V6) irán asociados exclusivamente a un cambio automático de 10 relaciones controlado vía un botón giratorio, cual Jaguar o Land Rover.
Aunque la base de la plataforma sea de tracción trasera, el Explorer estará disponible con tracción integral gestionada electrónicamente con hasta siete modos de conducción seleccionables por el conductor: Normal, Slippery (lluvia, hielo, gravilla), Deep Sand/Snow, Trail (tierra, barro, rocas), Sport, Tow/Haul (para tirar de un remolque) y Eco.
El nuevo Ford Explorer, al igual que el F-150 y otros modelos recientes de la gama estadounidense de Ford hace un uso extensivo del aluminio para conseguir contener el peso de la nueva generación. Y de hecho, es incluso más 90 kg ligero que el modelo actual. Así, 25 % del chasis es de acero de alta resistencia con elementos de aluminio en las zonas deformables, travesaños de parachoques, torretas de amortiguadores y el capó.
Habitáculo y pantalla multimedia más grandes
Otro cambio importante se aprecia en el interior. El salpicadero es completamente nuevo, más fino en su diseño aunque ha sucumbido a la moda de no integrar la pantalla multimedia al diseño. Éste se presenta como una tablet en modo vertical encajada entre dos bocas de ventilación y encima del bloque controles diversos. Vamos, es como un soporte de móvil gigante.
La pantalla es de 8 pulgadas de serie y hay una versión de 10,1 pulgadas opcional (es la que se ve en las fotos). El cuadro de instrumentos es también digital con una inmensa pantalla de 12,3 pulgadas.
Según Ford, el nuevo Explorer ofrece un habitáculo más amplio. Puede ser cierto ya que la distancia entre ejes ha crecido 15 cm, lo que efectivamente debería mejorar la habitabilidad del Explorer. La mayor habitabilidad se debe, al parecer, al uso de motores en posición longitudinal, o que habría mejorado el radio de giro y así permitió a los ingenieros disponer de una distancia entre ejes mayor.
El Ford Explorer 2020 hará su debut en el Salón de Detroit y su comercialización al otro lado del charco comenzará en verano de 2019. La versión ST y la híbrida llegarían en 2020 (aunque los cuerpos de policía ya tendrán su Explorer híbrido especifico para ellos, el Ford Police Interceptor Utility, desde este mismo año).