Es sólo un rumor por el momento, pero es de esos rumores que tienen toda la lógica del mundo: los próximos modelos de Ferrari que dentro de unos años reemplacen a los actuales irán todos provistos de turbocompresión. El rumor viene recogido por Motor Trend, y la razón es simple: la necesidad de recortar en niveles de emisiones hasta lo que determina la normativa Euro6.
Desde luego, el legado de Ferrari no es ajeno a esto de montar turbos en los deportivos. Ahí están el Ferrari F40, que se considera el último Ferrari confeccionado a la antigua usanza, o el Ferrari 288 GTO, que en cierta manera fue precursor del F40. Es decir, que la turbotradición no les viene de nuevas en Maranello, aunque hace tiempo que ha llovido desde que se realizaron aquellos desarrollos.
El Ferrari F40 se presentó en 1987 con un motor V8 2.9 de doble turbo que entregaba 478 CV. Antes que eso, el Gran Turismo Omologato contaba en 1984 con un V8 2.8 de 400 CV que fue el primer motor turbo de Ferrari lanzado al mercado internacional, tras un ensayo a nivel de Italia con el Ferrari 208 Turbo presentado en 1982.
Tampoco les viene de nuevas ahora. El Maserati Quattroporte y el Maserati Ghibli montan motores V6 Twin Turbo desarrollados por la marca del tridente en colaboración con Ferrari Powertrain. Si uno y uno siguen sumando dos, estos dos modelos están siendo un banco de pruebas perfecto para que il Cavallino Rampante reciba, en unos años, alfalfa a mucha, pero que mucha presión.
Y si queremos, podemos sumar uno más y tendremos tres. La entrada de los nuevos motores V6 en la Fórmula 1, disciplina deportiva de la que Ferrari es receptora directa, propiciará que se incorporen nuevos sistemas de turbocompresión que permitan reducir el temido lag, que es una de las razones por las que el turbo no enamora. Quizá sea este el espaldarazo definitivo para que se investigue a fondo en asistencias eléctricas al estilo del biturbo Audi.
Por cierto, el rumor ha vuelto ahora a primer plano, pero viene ya de lejos...
Vía | Motor Trend