Niño rico o niño de papá. Así es como muchos llamarán a este jóven de 18 años cuyo padre, además de tener una mansión con un jardín del tamaño de varios campos de fútbol, guarda en su garaje coches como un Ferrari F40 o un Ferrari Enzo. No lo voy a criticar, al contrario creo que es un afortunado por poder hacer la travesura que muchos soñamos con hacer cuando éramos pequeños, cogerle el coche a papá y salir a dar una vuelta en el.
La única diferencia entre él y la mayoría de los mortales, es que en su caso los coches de papá son dos de los Ferrari más exclusivos y cotizados de todos los tiempos, dos ejemplares de esa familia formada por el 250 GTO, 288 GTO, F40, F50, Enzo y LaFerrari considerada por muchos como el summum de la marca de Maranello. Bueno, eso y que él saca a pasear los coches por el impoluto y el resbaladizo cesped del jardín.
Como es lógico, controlar una máquina de ese calibre sobre una superficie con tan poco agarre no es sencillo, de ahí los contínuos trompos en redondo que además de demostrar poca práctica en esto de cortar el cesped con los Ferrari de papá, podrían acabar en un mareo de considerables dimensiones. Eso sin contar con el peligro de acabar con el coche hundido en el lago del fondo.
Parece que a Tax The Rich le ha salido un competidor que necesita todavía algo de práctica. Ah, y no os perdáis un básico en la indumentaria de todo guiri, los calcetines blancos con pantalones cortos.