Los coches autónomos son uno de los temas ‘candentes’ junto a la electrificación del automóvil. Es más, la conducción autónoma llega cogidita de la mano de la electrificación, son tecnologías que casi se complementan y ambas, prefiguran un futuro que no gusta a todos. Unos están en contra de este cambio al perder el control sobre la conducción, mientras otros se posicionan a favor por la promesa de la reducción de accidentes y por ende, de fallecidos en automóvil. Pero, ¿acaso la conducción convencional y la autónoma son incompatibles?
Hay que tener en cuenta que actualmente, la tecnología de conducción autónoma están ‘en pañales’. Cierto es que hay automóviles con capacidad para circular por su cuenta, pero también es cierto que lo no son 100% fiables. Pero no por la tecnología en sí, sino por lo impredecible de las reacciones de una persona al volante. A día de hoy, los accidentes registrados por coches autónomos no han sido culpa de los mismos, han sido errores humanos. Sin embargo, hay estudios que afirman que un alto porcentaje de conductores no se fían de estos sistemas justificando su opinión porque no se sentirían seguros al perder el control de la situación.
Con esto en mente, realizamos una serie de preguntas a varios aficionados, amigos y familiares con común denominador: prefieren los coches convencionales. Las preguntas en concretos fueron: ¿Qué opinión os provoca los coches autónomos? ¿Cómo los veis frente a un coche convencional? ¿Os subiríais en un coche autónomo para un viaje, digamos, de 200 kilómetros? Las respuestas, todas en el mismo camino.
Álvaro Hurtado:
"Bueno, trataré de dar una respuesta reflexiva.
Evidentemente, como amante de la conducción he de decir que el término conducción autónoma me produce ardor de estómago; como si a un niño que le encanta jugar al fútbol le dices que a partir de ahora será un robot quien juegue por él.
Sin embargo, no podemos olvidar que el conducir es una actividad más, y como otras muchas actividades, está sufriendo (por así decirlo) el inevitable camino hacía la automatización. Es lo que viene a ser el avance tecnológico: poco a poco las máquinas nos ayudan o nos sustituyen a la hora de realizar una actividad o trabajo, lo cual tiene su gracia, porque somos incapaces de hacer bien una actividad, pero podemos construir una máquina que lo haga por nosotros de forma perfecta.
Nadie duda que nos encontramos en la fase en la que los avances tecnológicos nos ayudan en la conducción, pudiendo evitar más de un accidente. ¿Terminará este proceso con la conducción no autónoma? No lo sé. Creo que para que este sistema fuera efectivo al 100% todos los coches tendrían que ser autónomos, y eso implicaría una renovación total del parque automovilístico.
Resumiendo. No creo que la conducción autónoma llegue de forma tan inmediata como quieren hacernos creer. Lo que sí veremos en su lugar es una cada vez mayor invasión de los sistemas tecnológicos sobre nuestra conducción, hasta tal punto de que lo único que tendremos que hacer es girar el volante. Yo sólo espero que si algún día estuviese prohibido conducir (como ocurre en la película “Yo Robot”) existan lugares habilitados donde quienes amamos conducir podamos seguir haciéndolo".
Nicolás Valenciano:
"Es tan simple como que si no son todos los coches autónomos, por más rápido que reaccione, no puede anticiparse a las manazas del 98% de los conductores. Luego viene el accidente y el ‘yo no iba conduciendo’, casos que ya hay a día de hoy. Yo no subiría ni a la vuelta de la esquina. A favor diré que se reducirían muchos problemas y mejoraría la fluidez del tráfico y los accidentes por despistes, o la gente que se queda dormida desaparecería y por fin algo, que no alguien, pondría los dichosos intermitentes".
Miguel Ángel de la Fuente:
"Simplemente no me fio. En mi coche sólo me han fallado sensores, nada de mecánica en 640.000 km, ¿¿crees que me puedo fiar??
El factor humano está ahí, para lo malo y para lo bueno. Es como un automático, serán más eficaces y mejores, pero cuando lo llevas en nieve deseas llevar un manual, él no sabe si en 20 metros va a ser cuesta arriba o cuesta abajo y tú si".
Mario Rodrigo:
"Simple y llanamente, es el futuro. En una época, en la que el tiempo es tan importante, el coche autónomo te “regala” esos minutos y horas que pierdes al volante para, por ejemplo, trabajar de camino al trabajo (válgame la redundancia). Y para todos los puristas, siempre podremos tener dos coches en el garaje…"
Josep María Serra:
"Llámame viejo, si quieres pero la verdad sigo pensando que me gusta conducir y con un coche así me sentiría como si fuera en un taxi, jejeje, fíjate que todavía estoy en la etapa que prefiero el manual al automático, lo dicho soy un carroza".
Abel Medrano:
"Es que antes de un coche autónomo me cojo el AVE: más rápido, directo y no tienes atascos. Además qué sentido tiene un coche autónomo si una de las funciones es conducir y es lo que 'mola'. Si no te gusta conducir no te compres un coche y coge un taxi".
Manual García:
"¿Qué opinión os provoca los coches autónomos? Como hecho tecnológico, me parece impresionante. ¿Cómo los veis frente a un coche convencional? Cambia por completo la experiencia de transporte, pero como han dicho otros, ¿para que quieres un coche que no conduces tú? me parece absurdo llenar el planeta de coches autónomos existiendo los transportes públicos. ¿Os subiríais en un coche autónomo para un viaje, digamos, de 200 kilómetros? Sólo para probarlo, sí. Me compraría uno, no. Simplemente, porque lo mejor de los coches, para mí, es la sensación de libertad al conducirlos, y estos coches ya no te la dan, tienes que establecer una ruta y dejarte llevar. A mi me gusta viajar, encontrar sitios y perderme. Obviamente hay personas para las que los coches sólo son una herramienta "que los lleva de un sitio a otro" descartando el hecho de que son ellos los que lo conducen".
Opiniones que contrastan con las ofrecidas por algunos fabricantes y administraciones. Muchas marcas están invirtiendo grandes esfuerzos en el desarrollo de esta tecnología e incluso empresas externas al automóvil se han involucrado con proyectos propios. Se trata de un avance realmente importante e incluso debemos reconocer que es sorprendente, que un vehículo pueda circular por su cuenta sin que haya una persona en su interior. Estamos ante el mayor cambio vivido jamás en la industria, de eso no cabe duda.
La conducción autónoma promete un futuro ajeno a desgracias, con la máxima comodidad en los desplazamientos y una eficiencia nunca vista, al poder gestionar el consumo de energía según infinidad de parámetros pero la convivencia entre conducción convencional y autónoma es, como poco, complicada. El ser humano es imprevisible y la capacidad de procesamiento de los sistemas actuales tiene sus limitaciones. Hay quien dice, como uno de los comentarios aquí mostrados, que podría ser como en la película ‘Yo, robot’, donde no se puede conducir manualmente en determinadas circunstancias evitando, por tanto, fallos humanos de alto riesgo como circulando a velocidades elevadas por autopista.
No obstante, el coche autónomo, como el eléctrico, tiene que recorrer mucho camino todavía. Mejorará la seguridad de los desplazamientos sin duda, pero para ello, todos los coches que circulan por las carreteras del mundo deberán ser autónomos o contar, al menos, con vías específicas. Es el futuro, pero no un futuro cercano.