Prueba: Opel Corsa OPC (parte 1)

Se le critica mucho a esta generación del utilitario alemán que sus motores de gasolina “no andan”. Cierto es que el 1.0, 1.2 y 1.4 tienen prestaciones muy modestas, pero este que os traigo hoy es otro cantar.

Para empezar, el motor es un 1.6 Turbo de 192 CV, lo cual ya deja entrever que es un pepinazo y este ni gasta poco ni “anda” poco. Como todo modelo OPC, cambia por dentro y por fuera.

Exterior

La parrilla frontal y los paragolpes son diferentes, tienen un aspecto más deportivo. Se pueden ver unas rejillas de ventilación (o algo que se le parece) en las aletas delanteras y traseras, en las esquinas. Los retrovisores también son diferentes, usan una curiosa forma de dos brazos y no permiten el plegado.

Los plásticos de la zona inferior son diferentes y tiene un par de retoques aerodinámicos: el alerón trasero y el difusor inferior, con una salida triangular de escape. Los pilotos traseros son más oscuros (ver detalle de Corsa normal).

Mi unidad estaba equipada con los neumáticos de serie, de 17 pulgadas y medidas 215/45, aunque opcionalmente puede montar unas llantas de 18 pulgadas. Los frenos son más potentes y llamativos que en un Corsa normal, 308 mm delante (ventilados) y 284 mm detrás (macizos).

Como puede apreciarse en las fotos de detalle de los neumáticos delanteros y traseros, el desgaste es más o menos uniforme, aunque evidentemente castiga más los delanteros por potencia y ser tracción delantera.

El Corsa OPC sólo está disponible en carrocería de tres puertas. Opcionalmente puede tener un techo practicable con una superficie considerable.

Interior

Dentro del Corsa OPC, como he dicho en alguna otra ocasión, hay luces y sombras. Las luces: volante deportivo recortado por debajo (con una rayita que marca el volante enderezado) y forrado en cuero, pomo deportivo de cambio, pedales de aluminio (no todos sus rivales los ofrecen de serie), asientos Recaro y una presentación ligeramente mejor a la del Corsa normal. Sombras: siguen viéndose plásticos de calidad razonable para un utilitario pero chocantes para un coche (pequeño o no) que cuesta más de 23.000 euros.

Como cualquier otro Corsa, se le puede criticar la posición del mando de las luces y su manejo, o la proliferación de botoncitos en la consola central. En el fondo el manejo de todos sus elementos es muy sencillo, pero no es intuitivo de primeras.

La terminación del coche es correcta, aunque pueden verse cables entre los asientos (ver detalle), la guantera no siempre cierra bien y por otro lado, no parecen los asientos muy firmes en los costados (ver detalle). Imagino que es para facilitar la salida del airbag cuando hay un golpe serio más que un defecto claro de acabado.

Estos asientos deportivos sujetan muy bien el cuerpo incluso a gente alta (2 metros) en conducción deportiva, si no son muy corpulentos. La posición de los mismos es ligeramente elevada, como en toda la gama Corsa, y los reposacabezas no se pueden regular (tampoco parece que haga falta). Para un viaje largo el mullido no es muy incómodo pero para eso los asientos normales son mejores.

En cuanto a los de atrás, los laterales bien, el central para gente delgada y poca talla de pie, el túnel central no es muy grande. Eso sí, la sujección lateral trasera es casi nula. Por su diseño, no parecen muy eficaces para prevenir el efecto submarino si llevamos a un pasajero mal sentado, por ejemplo si se ha quedado dormido. No es recomendable que una persona de más de 1,75 m de altura viaje atrás o tocará el techo.

El coche tiene detalles prácticos como 6 posavasos, hueco para moneditas o tarjetas de crédito/peaje, toma auxiliar para MP3 o similares, espejos de cortesía en los parasoles (sin luz), portaobjetos para los ocupantes traseros…

La instrumentación es diferente a la del Corsa convencional (ver detalle), pero está incompleta: falta indicador de temperatura del agua, presión/temperatura del aceite y puestos a pedir, manómetro del turbocompresor. ¿Es un deportivo o no?

Le tengo que poner pegas a la visibilidad trasera diagonal por los pilares C (ver foto superior) y que los asientos delanteros, al abatirse, recuerdan la posición del respaldo pero no la longitudinal. Además, por su curioso diseño, renunciamos a los revisteros. Tengo que comentar otro detalle, y es que los pasajeros del asiento trasero notan el flujo de los gases de escape bajo ellos y cuando se apuran mucho las revoluciones, les impone respeto. El conductor no nota eso con la misma intensidad.

Pese a que tiene una suspensión endurecida, no se puede decir que sea incómodo, comparándolo con un Ford Fiesta ST, por ejemplo. El motor está poco silenciado adrede, pero no es molesto para quien se compra un coche de casi 200 CV. Precisamente, el sonido es bonito. La climatización e insonorización contribuyen a crear una atmósfera agradable, pero sin pasarse.

En cuanto a maletero, cuenta con un doble fondo, bajo el mismo están los triángulos, y bien sujetos. No tiene rueda de repuesto, ya que se confía en un kit de reparación de pinchazos. La capacidad de 285 litros no es para tirar cohetes; los asientos traseros se abaten asimétricamente para conseguir un volumen máximo de carga de 1.050 litros.

En la próxima entrega os hablaré de qué tal va, aunque os imaginaréis que muy bien.

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